Liliana Ortega: la sociedad venezolana ha avanzado poco desde 1989

Este 27 de febrero de 2018 se cumplen 29 años del llamado «Caracazo» que dejó un número de más de 3.000 desaparecidos según cifras extraoficiales. Hoy, Nicolás Maduro usa la fecha como una «fiesta» y la aprovecha para formalizar su candidatura a unas elecciones presidenciales cuestionadas. Para Liliana Ortega, no hay nada qué celebrar
Autor: Ronald Uribe
Son casi 30 años de los sucesos del 27 de febrero de 1989, que causó dolor y tragedia a la población venezolana y un número aún indeterminado de víctimas. Para la directora general de Cofavic, Liliana Ortega, los hechos que se registraron en esa fecha y en los días posteriores, siguen estando vigentes al día de hoy.
«Lamentablemente los hechos del 27 de febrero no son un asunto del pasado. Son del presente y pueden ser del futuro», alertó Ortega en entrevista exclusiva al diario TalCual.
De igual forma advirtió que en la actualidad, los elementos que conllevaron a esa situación se han potenciado y son «mucho más graves», en elementos como la tenencia de armas y el uso excesivo de la fuerza -registrado en 2014 y 2017- por parte de los cuerpos de seguridad durante las protestas antigubernamentales que «revela que estamos en una situación muy grave, porque está conectado con el tema de la impunidad».
Al ser preguntada por la intención del gobierno de usar esta fecha como símbolo para «celebrar» que el «pueblo despertó», Ortega dijo tajantemente que no es una fecha de júbilo porque las condiciones del país y la sociedad han sufrido un deterioro considerable.
«No hay nada qué celebrar en Venezuela. Cuando hay destrucción de los espacios democráticos, cuando hay temor para denunciar los hechos, cuando la justicia es usada como arma de venganza en contra de los ciudadanos, la existencia de perseguidos políticos, cuando los hechos desde hace casi 30 años no se han entregado. Solo pueden celebrar los que no tuvieron el dolor ni la afectación del año 89. Tanto el 27 de febrero de 1989 como hoy, los que sufren son la gente más pobre y vulnerable. La sociedad debe tener presente lo que pasó ese día», fustigó.
Criticó que tras casi las tres décadas de estos sucesos «no hay nadie que haya sido condenado» y aprovechó para denunciar que, aunque existen investigaciones abiertas, aún no hay apertura de juicios orales y públicos de estos casos y dijo que aún los familiares no han podido tener acceso a los expedientes.
Lamentó también que tampoco se haya permitido a los familiares de los desaparecidos que se entreguen sus cuerpos y que ellos puedan honrar su memoria.
Creo que el mejor tributo que le han dado al país es haber hecho una lucha independiente (…) han tenido una voz autónoma, unida en esa vocación de justicia, verdad y reparación
Destacó que esos hechos deben seguir siendo recordados por la población, pero dijo a manera de retrospectiva que la sociedad venezolana ha avanzado muy poco al recordar que existe una profunda crisis en Derechos Humanos.
Respecto al por qué no existe una reacción popular similar a la ocurrida en 1989, Ortega reconoció que la situación que originó el «Caracazo» es peor que la vivida a finales de la década de los 80, aunque a su juicio, es difícil que esa reacción de entonces -que calificó de terremoto social- «se puedan copiar y repetirse de manera exacta».
Hizo hincapié en que en 2014 y 2017 se registraron niveles de protestas públicas importantes, mismas que fueron reprimidas fuertemente por los cuerpos de seguridad, con graves violaciones a los DDHH.
Tras 29 años de batallas legales y de reconocimiento de las víctimas, que la han llevado tanto a ella como a los familiares, a llegar a instancias como la Corte Interamericana de Derechos Humanos para pelear por los derechos de los afectados, Liliana Ortega cree que el mejor legado que ha dejado el «Caracazo» es el testimonio de las víctimas y su lucha silenciosa para el reconocimiento de lo sucedido, además de evitar que la violencia tenga una proliferación hacia el colectivo.
«Creo que el mejor tributo que le han dado al país es haber hecho una lucha independiente (…) han tenido una voz autónoma, unida en esa vocación de justicia, verdad y reparación. Es les ha dado fuerza. Por eso llegaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Además lucharon para que eso no se hiciera visible y se politizara el hecho. Por ello siguen luchando (…) En la actualidad acompañan a otras víctimas (…) El mínimo gesto humanitario para con ellos es la entrega de los restos de los fallecidos, identificarlos», dijo.
En relación a la investigación anunciada por la Corte Penal Internacional por denuncias contra el Ejecutivo venezolano por crímenes de lesa humanidad, recordó que la misma está apenas en una fase preliminar y no hay una apertura oficial del caso. Además advirtió que «puede pasar mucho tiempo» para que haya un fallo de esa instancia.
Indicó que, a pesar de que los familiares de las víctimas del 27 de febrero tienen distintas formas de recordar lo sucedido, se realizará una misa este viernes 2 de marzo en La Candelaria, conducida por el padre Pedro Trigo.
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