Lo Fuerte es el saqueo, por Teodoro Petkoff
El saqueo del país está llegando a extremos francamente apocalípticos. Lo de los bonos de la Electricidad de Caracas alcanza nuevos niveles en materia de enriquecimiento ilícito. La operación es como sigue: la Electricidad de Caracas, ahora estatal, anuncia una emisión de bonos de deuda pública. Monto: 650 millones de dólares, a diez años y con intereses al 8,5%. El comprador los adquirirá, con una prima, al precio de 105%, es decir, por cada mil dólares de valor facial pagará 1.050. Denominado en dólares, el bono será pagadero en bolívares fuertes a la tasa oficial de cambio de Bs. F. 2,15 por dólar. Hasta aquí el procedimiento sigue la pauta de las colocaciones de otros papeles, que aseguran dólares pagados a precio oficial, vendidos luego en el mercado paralelo y la cochina va a los que parten y reparten. Pero en el caso de los bonos eléctricos, el comprador deberá vender obligatoriamente sus bonos a un comprador aún no identificado, el cual pagará en dólares. El precio de recompra fluctúa entre Bs. F.
3,42 por dólar y 3,60, porque el precio de «recompra» es con un descuento entre 62,7% y 66%. Es decir, por cada mil dólares de bonos el tenedor recibiría 627 o 660 dólares, según sea el descuento.
Pero, y he aquí el kikirigüiki, el precio promedio de los bonos venezolanos en el mercado secundario es de 83% sobre su valor facial. De manera que los recompradores, todavía anónimos pero presumibles, estarían ganándose entre 170 y 200 dólares por cada 1.000 de bonos «recomprados» con los descuentos antedichos.
Compraste a 62 o 66 y vendiste a 83. La emisión completa (650 millones de dólares) produciría una «ganancia» entre 110 y 132 millones de dólares.
¿Para esto fue que nacionalizaron la Electricidad de Caracas? ¿Para transformarla en «agente corporativo» de robos a la nación y enriquecimiento de funcionarios y operadores financieros del régimen? Ya no vamos a preguntar si el Presidente está enterado de esto o si esto se hace a sus espaldas. Porque no sólo es imposible que no esté enterado de las enormes vagabunderías que se están llevando a cabo con las colocaciones de bonos de deuda pública, sino que puede presumirse que habiendo sido convencido por Moris Beracha del mecanismo a utilizar para deshacerse, sin que dejen rastro, de las notas estructuradas, que entrañaron una pérdida patrimonial para la nación superior a los 3 mil millones de dólares, se tome un tiempo para monitorear personalmente el desarrollo de las operaciones.
Y eso que todavía no ha sido establecido oficialmente el cambio dual. Cuando eso ocurra, la orgía de corrupción que se nos viene encima dejará como unos robagallinas a los famosos operadores de Recadi. La descomposición moral de este régimen está tocando fondo; el fondo de la olla que están raspando ante la perspectiva de que Chávez tiene fecha fija de vencimiento.