Lo irracional impera en Venezuela, por Beltrán Vallejo
Entre los comportamientos humanos más enfermizos existe uno, expresado en forma individual y colectiva, que genera graves daños en la existencia de quien lo padece; me refiero al denominado “negacionismo”.
El “negacionismo” es esa irracional condición de negar la realidad para no reconocer el significado o las verdades que ella implica.Es una postura que no acepta los hechos a pesar de la contundencia de los mismos, a pesar de la rotunda comprobación de ellos, y eso pasa porque no se está de acuerdo con ellos, incomodan, son contradictorios con un necio sistema de creencias y propósitos, desentona con la comodidad de toda una manera de pensar fácil. Para algunos, la realidad hiere y por eso hay que negarla, enfrentarla, no aceptarla obstinadamente.
Por supuesto que lo más calamitoso del “negacionismo” es cuando se instrumentaliza como una política de Estado. Lo más perverso es cuando se ejerce el poder omnímodo sustentándose en esa irracionalidad. Cuando un régimen de gobierno es “negacionista”, lo que viene es tragedia para los pueblos donde impera. Todas las dictaduras son “negacionistas” de la realidad, por naturaleza. Hay líderes populistas y autocráticos que funcionan puramente con “negacionismo”. Es más, creo que la democracia es transparencia y verdades; no puede ser “negacionista”. Creo que la democracia es aceptar la realidad para superar sus aspectos negativos.
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Negar la realidad no resuelve absolutamente nada de sus posibles inconvenientes; eso es una máxima para cualquier gobernante, gerente, padre de familia o esposo. Les confieso a mis lectores que he sido “negacionista” varias veces en la vida, y me ha ido muy mal.
Pues lamentablemente por este camino del “negacionismo” anda el régimen de Maduro y algunos de sus simpatizantes (me duele que haya gente humilde en esa categoría), y hasta una parte de la oposición es igualmente “negacionista” (sobre todo del ámbito más radical). También son “negacionistas” empalagosos toditos lo inscritos en la “oposición funcional” de un Claudio, de Falcón y otros dulcitos mamones.
Son “negacionistas radicales” Nicolás Maduro y Diosdado Cabello; sobre todo este último que hasta se atrevió a amenazar a la comunidad científica cuando esta realizó estimaciones de casos de covid-19 y que han sido acertadas; pues claro, el científico es científico, y el politiquero “negacionista” y malandro es enemigo de la realidad y es manipulador, farsante, irresponsable y criminal.
Por cierto, el Cabello ahora dice que la gente que regresó de Colombia y Perú en lo más álgido de la pandemia, y con esas economías cerradas a cal y canto, ahora se devuelve a esas naciones, no porque esas sociedades se están reactivando económicamente, sino porque hay una campaña de manipulación, les están lavando el cerebro y van, dice él, a caer “otra vez en la trampa”.No, Diosdado “negacionista”, lo que pasa es que Venezuela tiene un covid 19 económico que se llama chavomadurismo, y que mientras ese modelo de opresión siga en este país, así se acabe el coronavirus en el mundo, éste seguirá en cuarentena y con buena parte de su economía paralizada y enferma.
Me preocupa “el negacionismo” de un chavismo hambreado y empobrecido que no da su brazo a torcer y sigue “rodilla en tierra”. Caramba, ese es un “negacionismo” a prueba de balas, de hambre y de enfermedades. Pareciera en ellos que es primordial defender su identidad de afín al régimen que ser realista y actuar en consecuencia
Le toca al mundo democrático, y que pisa tierra, enfrentar el negacionismo, tanto el de arriba como el de “aguas abajo”. Eso se hace con un liderazgo que deje el confort y la virtualidad.
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