Los abstencionistas le hacen el juego al gobierno, por Víctor Álvarez R.
Twitter: @victoralvarezr
Sin saber todavía cómo va a quedar conformado el nuevo CNE, la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional (AN) presidida por Juan Guaidó aprobó un Acuerdo de rechazo al proceso para designar el CNE. Esta decisión se traduce en un nuevo llamado a la abstención que dividirá aún más el descontento nacional entre la oposición abstencionista y la oposición electoral.
Con este Acuerdo —aunque los cinco rectores sean de la oposición—, el sector liderado por Guaidó no reconocerá la nueva autoridad electoral. Argumentan que los actos de la «espuria» AN electa en las parlamentarias de 2020 no son válidos y que la designación de la autoridad electoral solo puede ser hecha por la «legítima» AN electa en 2015 que él preside. La oposición electoral que quiere postular candidatos a las elecciones de gobernadores y alcaldes cuestiona: ¿Entonces por qué no lo hicieron cuando pudieron? ¿Por qué no lo hacen ahora?
La Comisión Delegada de la AN dirigida por Guaidó también aprobó solicitar a la comunidad internacional desconocer los procesos electorales que sean convocados por el CNE designado por la AN electa en las Parlamentarias de 2020. ¿Cuál va a ser la posición de EE. UU., la UE y la comunidad internacional? ¿Reconocerán al nuevo CNE y las elecciones de gobernadores y alcaldes que este convoque?
Un nuevo llamado a la abstención llevará a desperdiciar otra vez las favorables condiciones políticas derivadas del 80% de rechazo que tiene el gobierno y sus candidatos. Se perderá así la oportunidad de ganar la mayoría de las 23 gobernaciones y 335 alcaldías que servirían de plataforma institucional para solicitar el referendo revocatorio.
Si se convoca el referendo revocatorio, el enorme malestar nacional revocará el mandato presidencial de Nicolás Maduro.
Una vez que Maduro sea revocado, ¿quién de la oposición será el candidato? ¿Habrá uno o varios aspirantes? Al no ponerse de acuerdo para presentar una candidatura unitaria que enfrente al candidato del chavismo, los divididos y debilitados partidos de la oposición temen ganar el revocatorio, pero perder las presidenciales. Esa es una de las principales razones por las cuales la oposición radical condiciona su participación en cualquier elección: a que Maduro sea sacado por la fuerza del poder y que el chavismo no participe en la elección presidencial.
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Por eso, este sector de la oposición encuentra en el deterioro de las condiciones electorales el pretexto perfecto para abstenerse, cuando el verdadero motivo es su incapacidad para acordar candidaturas unitarias. Abstenerse es desaprovechar unas ventajosas condiciones políticas mucho más decisivas que las desventajosas condiciones electorales. Con 80 % de rechazo al gobierno, abstenerse es facilitar el triunfo de los candidatos oficialistas que a lo sumo contarán con el respaldo de apenas el 20 % de electores. ¿Es eso inteligente?
La gran tragedia de Venezuela es sufrir, al mismo tiempo, el peor gobierno de la historia y también la peor oposición.
Víctor Álvarez es Economista. Investigador/Consultor. Premio Nacional de Ciencias.
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