Los americanos contienen el autoritarismo, por Luis Cermeno
La democracia estadounidense es deficiente al nivel que el populismo autoritario ha permeado su sistema político y algunas de sus instituciones, pero no lo suficiente para derribar las fundaciones de la democracia del país más poderoso del planeta.
El partido demócrata ganaron ampliamente el Congreso. El triunfo de candidatos de descendencia latina, musulmana y afroamericana, jóvenes y miembros de la comunidad LGBT, es una proyección de la diversidad de la sociedad estadounidense que consigue espacios de representación. Por el otro lado, los candidatos republicanos consiguieron el triunfo en el senado.
Sin embargo, el resultado ha encendido nuevamente el debate sobre la pertinencia o no de reformar el sistema electoral para hacerlo más representativo de las mayorías dado los 8 puntos de ventaja que obtuvieron los demócratas en el voto popular. Otro aspecto de deficiencia en el sistema electoral americano es el diseño de distritos o lo que también se denomina `gerrymandering’, por parte de los líderes de los partidos demócrata y republicano que gobiernan cada estado, los cuales crean áreas geográficas equidistantes con el objetivo de literalmente “elegir” a sus votantes de acuerdo a sus tendencias políticas y garantizar que representen la mayoría política necesaria para alcanzar la victoria de sus líderes ante el congreso.
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A eso hay que agregar todas las trabas por las que pasan las minorías raciales para su registro electoral y el proceso mismo del ejercicio del voto el cual se realiza en un día laboral y es particularmente lento en zonas donde la población de color es mayoría. Por último, está la fuerte influencia de las grandes corporaciones en la toma de decisiones del congreso a través del lobby y el financiamiento a las campañas electorales, lo que es absolutamente antidemocrático ya que aunque los congresistas son elegidos por votación, su producción a nivel de legislación representa la voluntad de una clara minoría.
Lo importante de todo este resultado es la vuelta a un necesario equilibrio institucional a través de balance de fuerzas entre demócratas y republicanos que va a permitir contener las aspiraciones de Trump. El congreso ahora podrá facilitar la justicia en temas serios de corrupción y la trama con Rusia, así como hacer revisión de temas que requieren discusión y debate más allá de la voluntad del ejecutivo.
La democracia estadounidense tiene serias deficiencias que tiene que ver la permeabilidad de sus instituciones reflejo de la decadencia causada por la falta de reformas que han impedido que éstas se adecuen a los cambios y vicios que se crean.
Sin embargo, EEUU está aún lejos del autoritarismo y particularmente de la concentración de poder, aunque se incline a ello. Ahora, el que haya estado de derecho no quiere decir que haya representatividad, participación o un estado capaz y competente, por lo menos a los niveles de lo que se espera de una democracia como la estadounidense.