Los bravos pemones, por Samuel Boccanegra
El general Clíver Alcalá Cordones llegó como el «duro» de las FAN a «poner orden» en Urimán, zona indígena de La Gran Sabana donde la etnia pemón mantenía detenidos 43 efectivos del Ejército que tomaron la zona mediante el maltrato y la represión para impedir el trabajo minero de los habitantes ancestrales, al tiempo que se aprovechaban ilegalmente de las riquezas de la región.
Lo que no esperaba el general «machote» era la bravía respuesta de los indios pemones, quienes, con las bolas bien puestas, le dispararon un «quieto ahí» a Clíver Alcalá, que obligó al generalato y al alto gobierno a conversar y admitir ante los capitanes indígenas, el derecho de la etnia a recibir asistencia en salud, alimentos, transporte y otras reivindicaciones históricas que no han sido atendidas y que el fanfarrón de Miraflores se comprometió a cumplir.
Los indígenas obligaron al justo acuerdo al que se llegó y allí mismo espetaron al general Clíver Alcalá que es persona «non grata» en esos predios.
¡¡Ufff ¡! qué duro debe haber sido eso general, ¿cierto? La verdad es que esta etnia bravía le hizo saber con coraje al alto gobierno militar que somete a Venezuela, que ellos, en su tierra ancestral, no están dispuestos a permitir más atropellos, dirigidos además por un general de quien se dice es el hombre fuerte y consentido del fanfarrón; pero de quien se han dicho cosas feas también sobre su proceder sin que nadie haya intentado averiguar si eso que se dice es cierto o es falso. Impunidad pues.
Por cierto, los efectivos represivos del Ejército, tras los acuerdos y ya fuera de la región, fueron condecorados. En fin, lo que pasó en Urimán evoca a Fuenteovejuna.
¿Qué se siente, general Clíver Alcalá, cuando estos venezolanos corajudos le hacen morder el polvo en reclamo de esos derechos que la «revolución» grita a los cuatro vientos y no cumple? ¡Cojones tienen los pemones!
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