Los culpables, por Freddy Núñez
Twitter: @nm_freddy
Algunos apenas barruntaban lo que era fácil predecir, y comenzó la búsqueda de culpables. Desde el pasado 21 de noviembre ha habido todo tipo de análisis, conjeturas, propuestas, y no podía faltar el ¡yo acuso! a los llamados abstencionistas.
Creo que un inmenso beneficio de la jornada pasada, ha sido dejar tajantemente establecido que sin Unidad Nacional, es muy difícil sacar del poder a los usurpadores.
Espero que el alto porcentaje de no participación en la farsa del pasado 21, permita entender con mayor claridad que lo ocurrido en 2018, 2020 y 2021, no puede ser despachado con la ligereza pueril de etiquetar de abstencionista a quienes se han negado a participar en los fraudes recurrentes.
Durante los procesos señalados, el país fijó una posición política, exigió del liderazgo una alternativa efectiva, un trazado de ruta para la lucha contra el régimen. No fue que el país se abstuvo por flojo o negligente, le gritó a una dirigencia sorda y prepotente su mensaje, y a eso hay que responder.
Una verdad de perogrullo se esgrime ahora como si se hubiera descubierto el agua tibia, si todos los venezolanos descontentos con el régimen salen a votar en avalancha, arrasan y no hay trampa capaz de detenerla, esto es verdad, pero mientras el liderazgo no se plantee las premisas claves que harían eso posible, seguirán regalándole el poder a la barbarie.
La clave está en la construcción de una unidad nacional que incluya a todo venezolano e institución que desee una Venezuela democrática desligada de todo tipo de sesgo comunista y fascista, y cuyo interés máximo sea la solución de los problemas ciudadanos.
Es una obviedad a prueba de ciegos, que mientras el régimen controle la asamblea nacional y la presidencia de la república, no será posible resolver ningún problema. Por lo tanto el liderazgo haría bien en entender a qué espera el país ser convocado.
No debe haber espacio para el leguleyismo que permite al régimen actuar al margen de la constitución, pero niega al país el mandato constitucional que exige al ciudadano defenderla. La crisis que padece Venezuela solo puede ser resuelta a través de una elección presidencial y de asamblea nacional.
Los resultados recientes también dejaron constancia de que no es tan lerdo el país como algunos “expertos” de la política creen, el caso de la alianza de Henry Falcón con los execrables alacranes en ese adefesio llamado “alianza unitaria”, tuvo su repudio mayor en la derrota de Falcón en Lara.
La unidad nacional no puede incluir a los pagados por el régimen que constituyen una oposición a su medida y hablan en nombre de esa majadería que llaman “las oposiciones”.
Juan Guaidó cuenta con un invaluable apoyo internacional y debería ponerse al frente de la construcción de la unidad nacional, convocando a todos aquellos que no han participado de los fraudes señalados y a quienes de buena fe participaron en el reciente proceso. Ya el régimen comenzó a convertir en cascarones vacíos las gobernaciones que perdieron.
Todos estamos obligados a hacer una autocrítica que nos conduzca a la unidad nacional y a la construcción de un camino común, hay un país que lo demanda, hay líderes dispuestos, no desaprovechemos esta oportunidad. El hambre mide su tiempo en horas.
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