Los «desagradables» elementos para una transición, por Luis E. Aparicio M.
La polarización política y la crisis que enfrentan muchos países bajo regímenes autocráticos representan desafíos complejos para la reconstrucción de la vida política. A menudo, estas divisiones se intensifican por emociones humanas como la desesperanza y la necesidad de mantener una razón individual, que puede transformarse en una razón colectiva.
Estas emociones, en lugar de promover el diálogo, tienden a exacerbar los conflictos y dificultan el paso de una autocracia a una democracia plena.
Sin embargo, para avanzar hacia una reconstrucción política efectiva, es fundamental abordar varios elementos claves, aunque a menudo sean percibidos como «desagradables» por las partes enfrentadas. Estos elementos incluyen el diálogo y la reconciliación, el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la promoción de la conciencia cívica y la educación política, la construcción de una economía inclusiva y sostenible, y, sobre todo, la prevención de una recaída autoritaria.
Para sanar las profundas divisiones y construir una paz duradera, es crucial iniciar un proceso de diálogo inclusivo que reúna a todas las partes involucradas: el régimen autocrático, las fuerzas opositoras, la sociedad civil y los grupos minoritarios. Este diálogo debe centrarse en encontrar puntos en común y establecer un compromiso genuino para avanzar hacia una transición pacífica.
Como he mencionado en otros artículos, la reconstrucción y fortalecimiento de las instituciones democráticas son fundamentales para garantizar la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana. Reformar el sistema judicial, mejorar los procesos electorales y asegurar la independencia de los medios de comunicación son pasos esenciales para construir un estado democrático robusto.
Asimismo, la educación política y la conciencia cívica desempeñan un papel crucial en la reconstrucción de la vida política. Es vital reincorporar la educación cívica en los sistemas educativos y fomentar el activismo político, sin importar las inclinaciones ideológicas. Esto ayudará a construir una ciudadanía informada y comprometida con el proceso democrático, tanto antes, durante, como después de una transición.
Además, es fundamental establecer salvaguardas legales y políticas para prevenir la concentración excesiva de poder y evitar una recaída autoritaria. Esto puede incluir límites a los mandatos presidenciales, el fortalecimiento del poder legislativo, y garantizar la pluralidad y diversidad en las fuerzas armadas y la policía. Sin estas medidas, cualquier avance hacia la democracia podría verse comprometido.
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Hasta aquí, hemos destacado algunos elementos esenciales para asegurar las condiciones mínimas que permitan la resolución de conflictos y la reconstrucción de la vida política de un país hacia la normalidad democrática. Sin embargo, no debemos perder de vista el elemento humano: las emociones y las actitudes de los ciudadanos y líderes políticos. Sin un grupo de personas dispuestas a asumir compromisos difíciles pero necesarios, cualquier esfuerzo de reconstrucción será en vano.
Por tanto, es crucial contar con un equipo moderado o de centro, conformado por personas de todas las partes enfrentadas, que estén dispuestas a construir caminos hacia la solución de los conflictos.
Estos moderados deben ser capaces de navegar los compromisos difíciles y mantenerse firmes en su responsabilidad con la paz y la democracia. Sin la existencia de este grupo moderado y la voluntad de todos los involucrados, será imposible encontrar una salida a los callejones sin escapatoria a los que las sociedades puedan haberse conducido.
Finalmente, es importante recordar que la construcción de puentes para avanzar desde una autocracia hacia una democracia requiere no solo de acciones políticas concretas, sino también de la participación activa y comprometida de todos los actores, especialmente aquellos en el poder. Solo a través de un esfuerzo colectivo y coordinado se podrán superar los desafíos y construir una democracia plena y duradera.
Luis Ernesto Aparicio M. es periodista, exjefe de prensa de la MUD
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