Los jóvenes a la obra, por Américo Martín
Se equivocan los que venden a los jóvenes del presente resonancias revolucionarias mil veces desmentidas por la realidad (la razón) y también quienes los creen propensos a extremismos apasionados. La pasión es una palanca de transformación pero, vuelta contra la razón, la desquicia así jure lo contrario.
En estos días fue invitado –junto con valiosos líderes de distintas ubicaciones- a un intercambio con muchachos y muchachas del Congreso juvenil. Su filiación política es variada y muy amplia. Demuestran gran capacidad de liderazgo y ejemplar independencia de criterio. ¡Guay de quien intente manipularlos sesgándolos a tal o cual fragmento de los que, por desgracia, proliferan en el universo político!
El totalitarismo tiende a unificar las diferencias de sus opositores. Una buena dirección lo aprovecha, una mala, no. En las democracias se alienta la competencia que al final resuelve el sufragio
La Reforma Universitaria de Córdoba (1918) conectó al estudiantado latinoamericano con la inteligencia creativa, el desarrollo diversificado, la cultura, la democracia y la solidaridad hacia los marginados y perseguidos. Unió estrechamente pasión y razón, subrayando que aquella impulsa pero ésta dirige. Por todo eso pasó a la historia.
- La juventud vive siempre en trance de heroísmo” dice su Primer Manifiesto.
Y no es cuento. Ese heroísmo se complementó con la densa racionalidad de su programa. Semejante simbiosis se expandió por América Hispana, y más allá. Proyectada al bravo movimiento universitario venezolano de 1928, 1936, 1952, 1958 y los años corridos bajo la tragedia de las dos últimas décadas, explica la racional tenacidad democrática de nuestros estudiantes y el fracaso de la brutal represión que infructuosamente ha pretendido acallarlos.
Desde el absolutismo gomecista el país ha conocido tres “causas nacionales”: contra Gómez, contra Pérez Jiménez y contra el régimen actual. El totalitarismo tiende a unificar las diferencias de sus opositores. Una buena dirección lo aprovecha, una mala, no. En las democracias se alienta la competencia que al final resuelve el sufragio. Dado que las pugnas naturales en democracia no aplican a modelos de fuerza y perpetuidad, algunos no entienden cómo un gobierno rechazado por 80% y minado hasta los tuétanos, sigue en su “ley”. De allí la suspicacia que rastrea fantasmales complicidades y desestima la importantísima disidencia chavista.
Es deber de todos conquistar unidos la libertad para garantizar de veras los derechos. Las causas históricamente nacionales generan o deberían hacerlo un “espíritu” especial
Es un privilegio luchar en tiempos de unificación nacional. La forma democrática de tramitar diferencias no calza en el zapato chino autocrático. Es deber de todos conquistar unidos la libertad para garantizar de veras los derechos. Las causas históricamente nacionales generan o deberían hacerlo un “espíritu” especial. El afecto entre los jóvenes luchadores del año 28 cimentó la transición democrática de 1936 a 1948. El espíritu del 23 de enero de 1958 aseguró, con sus pro y contra, cuarenta años de democracia.
- Volvamos al espíritu del 23 de enero, pidió Rómulo Betancourt tras el bestial atentado contra su vida preparado por el tirano de los tiranos: Rafael Leónidas Trujillo, pecho cuajado de medallas refulgentes cual “chapitas” de refresco.
Nuestros jóvenes, otra vez, construyen la más fraternal unidad, ya presente en sus palabras, actos y hechos como el de pertenecer a todas las tendencias, incluso el chavismo disidente, sin sectarismo ni absurda rivalidad.
No son buscadores del Arca Perdida. Son el Arca y la unidad misma.