Los leñazos del mayor general, por Beltrán Vallejo
Entre las alarmantes tragedias de los venezolanos, la falta de gas doméstico se arraigó como pesadilla. Ante este panorama, y para colmo, aparece una muestra del cinismo en el poder. Se trata de una desfachatez grosera que caracteriza a Maduro y a su patota, proveniente precisamente de un integrante de los pretorianos eunucos que sostienen la tiranía.
Con esto me refiero a la triste expresión del Mayor General Ovidio de Jesús Delgado, jefe de la región de Defensa Integral de los Andes, quien hace anuncios de una campaña para repartirle leña a la ciudadanía y así mitigar la ausencia de los cilindros en los hogares de los venezolanos. Es más: caraduramente terminó su anuncio con estas palabras: “No se trata de volver a la prehistoria, no”.
Pues sí, Ovidio, retrocedimos brutalmente, y gran responsabilidad en eso de que tengamos que cocinar con leña, así sea en las azoteas de los edificios, la tienen los militares. Por eso es que a este planteamiento de un vocero del nefasto mundo castrense hay que darle una respuesta de repudio por ofender la inteligencia y por su cinismo puro.
La fuente del gas doméstico es el propano, y éste está asociado a la producción de petróleo; entonces, nuestra gran calamidad económica es que la producción petrolera se fue por un farallón y con ella la del gas, y ni siquiera se puede importar suficientemente ese componente porque el país no tiene dólares para ese gasto enorme.
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Entre otras variables, ¿quiénes aparecen como responsables principales de esta brutal caída de la producción petrolera? Cómo pesa, cómo duele todo el proceso de destrucción de la industria petrolera, sobre todo cuando en ella imperaba desde la alta gerencia la bota militar. El tal General Quevedo, toda una pesadilla al mando de Pdvsa, encontró dicha industria con una producción de 1 millón 837.000 barriles diarios de petróleo, y se fue, echado por Maduro en una esas crisis de luchas intestinas contra Diosdado Cabello, dejando una paupérrima producción por debajo de los 700.000 barriles diarios de petróleo.
Quevedo se “echó al pico la industria petrolera”, y eso fue a punta de mala gerencia, corrupción, mafia, irresponsabilidad, brutalidad, robo, soberbia, controlismo, autoritarismo e incompetencia. Y así ha sido en todo donde los militares han puesto las manos o las garras: hicieron desastre en la industria eléctrica, hicieron desmanes en las empresas estatales de alimentos y saquearon el ministerio de esa área, se volvieron locos con las divisas y las importaciones, y ahora hasta el más humilde, muerto de hambre y pícaro guardia nacional lo vemos haciendo desmanes en las bombas de gasolina, cobrando en dólares y haciendo otras patrañas.
Así que Ovidio, el país ha retrocedido porque el vandalismo lleva uniforme militar en Venezuela. Así como Quevedo convirtió a PDVSA en un cadáver insepulto, y sus trabajadores ya comienzan a dar lástima como dan los maestros y profesores de este país, así mismo el estamento militar expandió un daño moral en distintos escenarios económicos.
Pues amigo mío, sea quien sea que me esté leyendo, cada vez que usted vaya por la calle, llevando su cargamento de leña para activar el fogón en el patio o en el balcón del apartamento, acuérdese del Mayor General Ovidio y de todo ese entramado militar que convirtió a las Fuerzas Armadas en un perol de incapacidad, incuria, mala gerencia, robo y corrupción.
Y para darle continuidad a nuestros males, se anunció que el General Reverol pasa a ser un flamante Ministro de Energía Eléctrica.
“Leñazos y apagones vendrán juntos”.
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