“Los Precios del Hambre, Capítulo Venezuela”, por Reinaldo J. Aguilera R.
El 2020 inicia con una serie de espectáculos políticos que definitivamente hacen que muchas personas se decepcionen mucho más de la dirigencia –de ambos lados- y haga que el enfoque se vuelque hacia el sentido de supervivencia.
La realidad del nulo poder adquisitivo del venezolano, hace que ya ni con la ayuda de quienes se encuentran fuera del país, los casi 25 millones que quedaron atrás puedan hacer algo, más allá que medio comer; del resto es soportar los malos servicios públicos que son “regalados” y no garantizan ninguna calidad de vida, claro está, eso afecta a todos quienes no poseen contacto directo con el régimen y que por medio de los “negocios” hacen que fluya la economía, pero hacia un solo lado, esa es la realidad que se pretende ocultar.
En días recientes realmente impactó el observar una cartelera de precios, publicada en uno de los mercados municipales de la ciudad de San Félix, en el estado Bolívar al sur del país; lo sorprendente no son los precios como tal, es el hecho de que esos mercados populares, son administrados por las Alcaldías, en el caso específico al que hacemos referencia, se encuentra en manos –políticamente- hablando, del régimen Chavo/Madurista, que se llena la boca todos los días defendiendo una revolución que lo que ha traído es miseria y hambre.
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La imagen, con precios totalmente dolarizados es elocuente, clara y no deja nada a la imaginación, es una radiografía de lo que sucede en un país que se encuentra secuestrado y controlado por un tipo de “Mafia” que no es la tradicional, esa de las películas, donde todo lo maneja la “Cosa Nostra”, aquella sociedad secreta criminal desarrollada originalmente a mediados del siglo XIX en Sicilia, Italia.
Los mafiosos de la Venezuela de la “Revolución Bonita” inventada por Hugo Chávez, son delincuentes sin escrúpulos, que hacen del engaño su mejor carta de presentación, esa es la verdad.
No les importa lo que le suceda ni a propios ni a extraños, su objetivo es mantener el poder a costa de lo que sea y eso incluye el tener al “Pueblo” que tanto defienden justamente pasando hambre, sin importar los efectos colaterales que esto traiga consigo.
Aunque muchos no lo procesen, todo pasa por lograr la estabilidad política, lo que sucede en éste momento en el seno de la Asamblea Nacional así lo demuestra, dos Presidentes, dos directivas y dos agendas hacen que el posible manejo de la crisis sea más dificultoso y mientras tanto la inmensa mayoría de los ciudadanos sufriendo esas incongruencias.
La Venezuela antes de la “Revolución”, tenía amplio desarrollo sumado a la producción petrolera, los cultivos agrícolas eran enormemente rentables, productos como el maíz, arroz, sorgo, ajonjolí, maní, girasol y algodón, al igual que los productos líderes como la caña de azúcar, el café, el cacao, el tabaco, maíz y el arroz eran la punta de lanza; hoy no es así y el país se encuentra sumido en lo que algunos catalogan de una hambruna, pues el control del régimen se circunscribe a la entrega de una Caja con productos de baja calidad a los que “ellos” deciden beneficiar.
En conclusión, la crisis social, política y económica aún parece no tener fin, aparentemente recrudeció, teniendo como más afectados a la inmensa mayoría que solo necesita vivir, recobrar calidad de vida, de esparcimiento, de lograr inclusive que hijos, padres, familia vuelvan a estar juntos, todo eso y más lo ha destruido el régimen Chavista, con la certeza de no rectificar y seguir destruyendo.
Cabe destacar que los aliados de Maduro, Cuba, Rusia, China e Irán, lo han financiado con decenas de miles de millones de dólares, con el agravante de que incluso terroristas de hezbola han logrado entrenar a las milicias conocidas como colectivos” que acompañados de espías cubanos destruyen cualquier plan para poder salir del régimen que asfixia a la nación suramericana e imposibilita el cambio requerido.
Finalmente, de no hacer nada con mayor contundencia, resultará con toda seguridad en la muerte de millones de venezolanos más, muchos ya hambrientos y enfermos, también empujará a otros a que se sumen a los millones de refugiados en el exilio, una tragedia que la región y la comunidad internacional no puede permitir de continuar solo pronunciándose sin actuar, se tienen y deben tomar otras medidas, más contundentes para lograr el objetivo definitivo, así de simple y sencillo.