Lula: Maduro es un problema de Venezuela, no de Brasil
Luiz Inácio Lula da Silva resaltó que tiene mucho qué hacer para sacar a Brasil adelante, aunque expresó su deseo de que Venezuela «viva bien»
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, salió del silencio que mantenía sobre la crisis política en Venezuela, desde que su gobierno vetó el ingreso del país al bloque de los Brics.
Lula, quien fue entrevistado por el medio RedeTV, aseguró que no puede estar pendiente de lo que sucede en Venezuela cuando tiene mucho por hacer en Brasil y señaló que, si bien quiere que el país salga adelante y haya buena calidad de vida, lo que suceda con su par, Nicolás Maduro, es tema que deben resolver los venezolanos.
«He aprendido que hay que ser muy cuidadoso cuando se trata de otros países y presidentes. Maduro es un problema de Venezuela, no un problema de Brasil (…) Yo quiero que Venezuela viva bien, que ellos cuiden de su pueblo con dignidad. Yo me preocupo de Brasil. Maduro que se preocupe de él, el pueblo venezolano que se preocupe de Maduro», dijo el mandatario brasileño.
Este nuevo pronunciamiento pudiera interpretarse como una acción para bajar la tensión entre ambas naciones.
La escalada de tensión entre Brasil y Venezuela inició con la iniciativa de Lula da Silva y el presidente colombiano, Gustavo Petro, de buscar mediar en la situación electoral venezolana al pedir que publicara la data desagregada de las elecciones. Esto alcanzó un hito cuando el país quedó excluido de los Brics; en un momento que coincidió con la cancelación del viaje a Rusia del presidente carioca debido a un accidente doméstico que le generó varios puntos en la nuca, pero que el fiscal general, Tarek William Saab, dijo que era falso.
A pesar de eso, Maduro señaló que prefería esperar a que su par brasileño midiera la situación de los Brics y se pronunciara; responsabilizando a funcionarios de la Cancillería del veto a Venezuela.
El otro punto de tensión fue en torno a las elecciones. Itamaraty, sede de la Cancillería de la nación amazónica, manifestó su sorpresa por el «tono ofensivo» con el que diversas autoridades venezolanas se han dirigido a ese país, a sus funcionarios y a los símbolos patrios.
Dicho nudo diplomático se acentuó con las declaraciones de Celso Amorim, asesor especial del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien hablaba de que se había prometido algo en Caracas y no se había cumplido; esto en referencia a la publicación de la data desagregada de las elecciones que validarían el triunfo proclamado del mandatario venezolano.
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Esta respuesta la amplió el 29 de octubre en una comparecencia ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados para explicar la posición de Brasil frente al proceso electoral venezolano. Allí, Amorim insistió en que el gobierno de Lula da Silva no reconoce los resultados de las elecciones presidenciales venezolanas debido a la falta de transparencia.
Sus declaraciones causaron polémica en el seno del Ejecutivo venezolano. Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional 2020, le dijo a Amorim que estaba mintiendo sobre el tema de los resultados de las elecciones en Venezuela porque «El Consejo Nacional Electoral publicó los números arrojados por las máquinas electorales y el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ratificó, en sentencia inapelable, la voluntad absoluta del pueblo de Venezuela» y que además llevaría a Plenaria la iniciativa de declararlo persona non grata por considerarlo un «agente» de EEUU
Por otro lado, Luiz Inácio Lula da Silva se sometió a nuevos exámenes médicos tras el golpe que recibió en la nuca y se determinó que permanece sin síntomas, por lo que los médicos aseguran que puede mantener sus actividades habituales e incluso tomar vuelos para reuniones internacionales.
Lula, de 79 años, se cayó en su residencia oficial el pasado 19 de octubre y sufrió un golpe en la nuca, que le produjo una herida que requirió cinco puntos de sutura.
Desde entonces ha estado bajo observación médica, aunque ha retomado gradualmente sus actividades y despachado, con algunas restricciones, en el palacio presidencial de Brasilia.
Con información de Europa Press / Swiss Info