Macron enfrenta la última oportunidad para la reforma migratoria
El deseo del entorno del presidente Emmanuel Macron es que prospere la Ley de Inmigración que no ha sido examinada por la Asamblea Nacional tras la aprobación de una moción de rechazo
En un último intento por salvar la Ley de Inmigración preparada por el gobierno de Enmanuel Macron, tras la moción de rechazo aprobada el lunes 11 de diciembre, una comisión mixta (CMP) se reúne este lunes 18 de diciembre en la Asamblea Nacional francesa.
Su tarea es encontrar un texto de compromiso que satisfaga a los 14 diputados que componen la comisión, la mitad de los cuales son diputados y la otra mitad senadores, en representación del equilibrio político de las dos cámaras.
Aunque los debates de la CMP se celebrarán a puerta cerrada, los distintos bandos políticos ya han dado a conocer sus posiciones y exigencias respecto a este texto, sugiriendo varios escenarios posibles, informó RFI.
La «necesidad» de un texto para la mayoría
Para los diputados de Renacimiento, el día de hoy marca la culminación de varios meses de trabajo. El ministro del Interior de Macron, Gérald Darmanin, ha hecho de la Ley de Inmigración su caballo de batalla, y ha tratado de encontrar un equilibrio que creía que satisfaría a los representantes electos tanto de la izquierda como de la derecha.
«Seremos malos con los delincuentes, pero buenos con los buenos», resumió en noviembre de 2022 en una frase que se ha convertido en emblemática de esta legislación.
De ahí el deseo del entorno del presidente Emmanuel Macron de que prospere esta ley, que no ha sido examinada por la Asamblea Nacional tras la aprobación de una moción de rechazo que reunió los votos de los Nupes (coalición de izquierdas), los Republicanos (derecha) y la Reagrupación Nacional (extrema derecha).
«Hoy existe una voluntad de acuerdo por parte del gobierno, por parte de la mayoría presidencial y por parte de una parte de nuestra oposición», explicó el presidente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet.
Macron y la derecha
El gobierno de Macron no ha esperado mucho para entablar negociaciones con la derecha: según la agencia de noticias francesa AFP, el Ejecutivo ha dado su acuerdo para incluir una medida de revocación de la nacionalidad a las personas con doble nacionalidad que cometan delitos contra las fuerzas del orden.
También podría formar parte del acuerdo un «droit du sol» más severo, según el cual los niños nacidos en Francia de padres extranjeros tendrían que manifestar a partir de ahora su deseo de adquirir la nacionalidad francesa cuando alcancen la mayoría de edad. El presidente del partido Los Republicanos, Éric Ciotti, afirmó haber obtenido garantías sobre «la exención de la aplicación del ‘droit du sol’ a los menores que hayan cometido un delito».
Aunque parece que se han alcanzado compromisos, no hay nada seguro: «Anoche recibí algunos borradores, que tienen en cuenta una serie de puntos, pero que no son completamente satisfactorios», declaró a BFMTV-RMC Bruno Retailleau, líder de Los Republicanos en el Senado, que también es miembro del CMP.
Queda la cuestión de la Ayuda Médica del Estado (AME), transformada en Ayuda Médica de Urgencia en la versión del texto elaborada por el Senado. El gobierno, que desea que este aspecto se aplace a un proyecto de ley aparte, no obtendrá fácilmente el consentimiento de la derecha. Bruno Retailleau ha exigido que la primera ministra, Elisabeth Borne, envíe una carta «antes de las 17.00 horas» al presidente del Senado, Gérard Larcher, detallando la futura reforma de la AME.
Al margen de las negociaciones entre la derecha y la mayoría, la Reagrupación Nacional y la Nupes persisten en su oposición al texto. Por boca de su presidente, Jordan Bardella, la extrema derecha ha hecho saber que sigue oponiéndose firmemente a cualquier medida de regularización de los sin papeles.
A falta de un compromiso garantizado con la derecha, sigue existiendo el riesgo de que no salga ningún texto de la reunión del CMP. Esta situación podría conducir al abandono del proyecto: aunque el recurso al 49,3 (legisar por decreto) sigue siendo posible en teoría, ha sido descartado por Emmanuel Macron.
Y si de la CMP saliera un texto de compromiso, aún tendría que ser aprobado por el Parlamento. El presidente del grupo socialista en la Asamblea, Boris Vallaud, ya ha pedido a los «humanistas de Macron» que voten en contra del proyecto.