Madariaga: El último morichal, por Eduardo López Sandoval
Los morichales son muy del Llano, son nuestros, si googleas la palabra morichal te encuentras que en las primeras diez entradas wikipedia no dice nada, ni siquiera hay una nota del otro país que tiene llanos en el mundo, Colombia.
El periódico El Universal realiza un trabajo que titula: Los morichales son fuente de vida, Su gran potencial debe ser explotado para un mayor beneficio social. Coincidimos con la periodista Génesis Reyes, en cuanto a que los morichales son nuestros, cuando afirma: “Venezuela es una tierra con naturaleza privilegiada, que contiene en ella una variada vegetación, tal es el caso de la palma de moriche o también llamados morichales, pues hablar de ellos es hablar propiamente de este país, del agua, de palmas exuberantes y de biodiversidad.”
Nos aventuramos a decirlo con más cortas palabras, para el llanero el morichal es vida. Es como decir las guacamayas para los más sentidos caraqueños, o la Avenida Las Delicias para un maracayero, o el Lago para los maracuchos, o el mar para los margariteños, así es un morichal para los llaneros.
El ecosistema es muy de aquí, lo corrobora el entrevistado, quien dice: «los bosques hidrófitos asociados a palmares, como se define en la bibliografía a la conformación de morichales, es un ecosistema muy particular que está restringido a la zona tropical del continente suramericano, y aparentemente su centro de especiación fue la Cuenca Amazónica, desde donde se irradió expansiblemente colonizando las regiones bajas y mal drenadas del norte de Suramérica».
En Calabozo, ciudad del centro de Venezuela, llamada en otros tiempos la capital del Llano Integral Colombovenezolano, hay un morichal, sí, amenazado de muerte, pero está vivo en este mes de lirios de abril.
En esta ciudad colonial hay una ONG en formación denominada CalaboZO40, se llama así por creatividad de un grupo de estudiantes de la carrera Arquitectura de la USB, donde la silaba ZO la escriben en mayúscula para que sea a su vez los dos primeros dígitos del año 2040.
Los estudiantes por requerimiento de una materia realizaron un trabajo que proyecta cómo debe ser esta ciudad en el año 2040; un grupo de ciudadanos ha tomado esta bandera de las ciencias de la Arquitectura e intenta cumplir lo proyectado, entre otras cosas se han planteado el rescate de los humedales de la Mesa de Calabozo, que como el país todo está abandonado, deteriorado, contaminado, pero especial mención hacemos a que la ONG ha descubierto algunos humedales que son prácticamente desconocidos. Han hecho una comparación con los afamados humedales de Bogotá, al que sólo le sobreviven 13, en Calabozo hay más de veinte…
Antes de abordar el caso del último morichal hablemos de un manantial que fue visitado por el padre Madariaga, el mismo personaje de nuestra historia que no fue muy nombrado este pasado 19 de abril, –lo citamos por un gramo de justicia. Veamos, sucedió en 1811, el mismo año de la Declaración de la Independencia, en Agosto de 1811 el padre José Cortés de Madariaga, el mismo que ganó la primera consulta popular en Venezuela, cuando al preguntar el Capitán General si quería el pueblo caraqueño que siguiera con su mandato, –sin duda la promoción del primer plebiscito realizado en América–, los caraqueños respondieron, –incitados por el movimiento del dedo índice del Padre, que precisamente indicaba la negación–, que no querían el gobierno en esta Provincia de este español, lo que devino en la Declaración de la Independencia que se firmó el año siguiente.
El Padre, dentro de sus tareas patriotas, realiza un viaje diplomático a Bogotá, que en su regreso se convierte en una interesante ruta de Bogotá a Caracas pasando por los Llanos, más especialmente transitando por los ríos. El chileno realiza la primera exploración de la ruta, pero la explotación de ésta permanece aún en la avanzada edad de doscientos diez años, angelicalmente virgen. El clérigo chileno nos escribe texto que denomina, Diario de Viaje de Bogotá a Caracas, que es presentado a las recién estrenadas autoridades venezolanas ese mismo año 1811 de la libertad.
El viaje, hecho por una vía inédita, significó grande esfuerzo del Padre Cortés de Madariaga y sus acompañantes, el día antes de llegar a Calabozo, a la Misión de Abajo, –que así la llama–, es descrito así:
“El 15 a las 5 y media de la mañana me puse a bordo: reanimé a mis bogas abatidos por extremo con las fatigas precedentes: les hice distribuir doble ración de aguardiente: y pacté con ellos que habíamos de concluir nuestro viaje en el propio día. La jornada fue terrible, pues la violencia y rapidez de las corrientes se aumentaban progresivamente, y no cedían a la fuerza del remo. A las dos de la tarde, la curiara descubridora dio en un tronco cubierto por las aguas; se abrió y, a no venir al lado uno de los buques del convoy, para trasbordar la gente y víveres, hubieran perecido.”
Pero apenas pasado el mediodía siguiente se vislumbraron los rayos del amanecer de aquella noche triste que había significado el viaje, se acercan a Calabozo, están en la Misión de la Santísima Trinidad de Marchena. Antes es recibido desde las orillas del camino de agua con gritos de vivas.
Fue abordado por los patriotas calaboceños en la llamada Misión de Abajo, e invitado a la Villa, y en el transitar pasa revista a los manantiales que hace la quebrada de Marchena, que no designa especialmente con este nombre: “A las cuatro y media de la tarde comparecieron el Teniente justicia mayor, Cabildo, y vecinos de Calabozo, media legua distante de la Misión, para felicitarme y conducirme a la Villa: en cuyo tránsito examiné unos baños termales, visitados anteriormente por el barón de Humboldt.
No alcanza mi pluma a describir el gozo que se manifestaba en el semblante de cada uno de mis nobles compatriotas ni las dulces sensaciones que su lenguaje insinuante excitó en mi ánimo, hasta aquella fecha justamente consternado.”
Los baños termales que visitó Humboldt en 1800 reciben al primer Ministro de Relaciones Exteriores de la naciente República, estos son los mismos manantiales que hoy resisten la destructora bota de quien nos gobierna, a pocas centenas de metros está el morichal del que les hablamos, que como todos los humedales de Calabozo, tal los ciudadanos condenados a muerte en alguno de los Estados del Norte, que permiten la pena de muerte, esperan para una defunción, que en este caso es más dolorosa que la silla eléctrica o cualquier cámara de gas, porque la ejecución es pública, lenta, segura.
Como la del moriche de la foto, adulto y solo… Los morichales son eso, plurales, un grupo de la misma especie que viven en sociedad, este ejemplar adulto íngrimo y solo, pudo dar lugar para que Gabriel García Márquez escribiera su Crónica de una Muerte Anunciada…
Me despido a la llanera, con un corto diálogo que referido a la fecha se hizo en el grupo de Whatsapp CalaboZO40, doña Chichita dice: “hoy es 19 de abril día de la independencia, las redes muy poco lo señalan…”, don Ricardo pregunta, “¿Ustedes creen que Maduro aceptaría el referéndum que aceptó Emparan?”, y don Ubaldo prevalecido de su avanzada edad, responde: “No creo, para eso hay que tener talante democrático…”