Madre y Padre solo hay uno/a y puede estar lejos, por Marianella Herrera Cuenca
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Con retraso escribo sobre el día de las madres y con adelanto al día del padre. Quizás porque es un tema que duele. Las madres tenemos un rol complejo, profundo, intenso con nuestros hijos. Primero el apego durante el inicio de la vida de nuestros hijos, luego pasar a otras etapas donde poco a poco se van transformando las necesidades, y los vemos crecer y convertirse en seres autónomos, independientes con sus gustos y preferencias, sus identidades marcadas distintas de nosotras y a la vez con rasgos que muestran la influencia innegable del vínculo materno. Al padre, le entregamos a los hijos al momento del desapego para que se forme la identidad, el padre tiene un rol fundamental en el desarrollo de los hijos.
Pero a las madres venezolanas nos ha tocado un reto, sobre todo a las generaciones «ya mayorcitas» de mamás que hemos tenido que ver a nuestros hijos partir hacia otras latitudes. Una reunión familiar que hace algunos años podría haber sido muy sencilla de planificar, ahora requiere de un tiempo, esfuerzo, dinero y logística que puede ser complicada.
Crecí con los «días de la y del padre » que se celebraban en casa de mis abuelas y donde estaba presente toda la familia, los tíos, los primos, los abuelos, amigos, en fin, todas las personas importantes y allegadas que estaban disponibles y estaban a la distancia de una llamada telefónica, para invitarlas al icónico segundo domingo de mayo o del tercer domingo de junio. Pero ahora, celebrar ese día, quizás implica estar con unos sí y con otros no, dependiendo del lugar del mundo en el cual uno como madre (o padre) se encuentre y los hijos se encuentren. Familias fragmentadas o celebraciones «por pedacitos» pareciera ser la nueva normalidad. También se han normalizado las celebraciones virtuales por las plataformas que permiten la comunicación a distancia con cámara para visualizar a la gente, aun cuando el sentido del tacto quede a un lado: los abrazos se sustituyen por cámaras.
Para mí, ha sido difícil coordinar la reunión familiar, todos estamos en lugares diferentes, las logísticas y los costos no siempre ayudan, el trabajo tampoco. Los viajes son agotadores y cuando se cubren distancias grandes en poco tiempo los son aún más. En días pasados le comentaba a una amiga lo que debía hacer para ver a todos mis hijos, cumplir con las tareas del trabajo y seguir adelante lo mejor posible y me decía: nada más de oírte ya me cansé.
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Claro, si tienes solo unos días, llegas a un lugar quieres compartir con los hijos (digo hijos, pero cualquier familiar o amigo que tienes tiempo que no ves) y tienes que seguir trabajando, porque ahora uno no se detiene, uno sigue trabajando desde donde quiera que se encuentre, y luego sigues el periplo para poderlos ver a todos, si es que la vida y las circunstancias te permiten.
Además, hay que estar agradecidos, por esos minutos, horas, días que nos brinda la vida para reunirnos en familia. No todos lo logran, por diferentes razones. Conversaba con una migrante hace algunos meses que atravesó la selva del Darién, y me decía y ahora ¿cuándo volveré a abrazar a mi mamá? Yo estoy en otro país, no podré volver a Venezuela por mucho tiempo, y no tengo idea de cuándo será el día que la pueda volver a ver en persona.
El pasado día de la madre pude estar con tres de mis cuatro hijos, lo cual agradezco enormemente, me siento privilegiada. Me hizo falta mi mamá, y mi otro hijo que no pudo unirse a la reunión familiar. Para el próximo día del padre, estaremos solos, que se hace es así.
A los padres que les ha tocado salir con sus hijos de Venezuela, a pesar de todo les ha tocado estar con ellos y eso es una dicha enorme. A nosotros los que nos tocó más bien que los hijos se fueran primero, la vida nos ha hecho ser unos nómadas, saltarines intentando hacer hogar en lugares remotos, inimaginables en un principio. No queda otra, seguir adelante, seguir construyendo hogares, tradiciones y momentos allende los mares, y en otras latitudes.
Marianella Herrera Cuenca es Médico, Profesora UCV-CENDES-F Bengoa
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