Maduro anuncia construcción de «ciudad comunal» en el cerro El Ávila
Tras dos años y siete meses de ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia, el mandatario venezolano Nicolás Maduro consideró que es necesario retomar las relaciones entre ambos países
El gobernante Venezolano Nicolás Maduro, anunció este miércoles la construcción de una “ciudad comunal” en la montaña emblemática de la ciudad de Caracas: El Ávila.
Así lo dio a conocer el mandatario durante un acto desde Galipán, a lo que agregó que su inicio será luego de que la Asamblea Nacional adepta al régimen apruebe la Ley de Ciudades Comunales.
“Aquí mismo en esta montaña, una vez que aprueben la ley, promulgaré con mi firma de jefe de Estado la ley de Ciudades Comunales, y constituiré en el Waraira Repano la primera ciudad comunal del país, la primera ciudad comunal de la historia de Venezuela, aquí mismo, en el Waraira Repano”, dijo en un acto desde Galipán.
Esto es grave. Maduro anuncia que va a construir una ciudad comunal en El Ávila.
El Ávila es un Parque Nacional y por lo tanto no se puede poblar. Además sería un peligro para la ciudad en temas ambientales poblar la montaña.pic.twitter.com/gz3QYJq1yw
— Arnaldo Espinoza (@Naldoxx) October 20, 2021
Organizaciones rechazaron propuesta de Maduro
Tras el anuncio del mandatario venezolano de construir ciudades comunales en el parque nacional El Ávila, conocido también como Waraira Repano, organizaciones civiles y activistas llamaron a rechazar esta iniciativa y proteger el pulmón vegetal de Caracas, que desde el año 1958 está protegido por la legislación venezolana.
Desde la ONG Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos se calificó de “ecocidio” el planteamiento de Maduro e instaron a los caraqueños a no permitir que esto se cumpla. “El Ávila es un parque nacional. El Ávila es un pulmón para Caracas. El Ávila es un patrimonio natural de Venezuela. Anunciar una ‘ciudad comunal’ para El Ávila solo traerá más destrucción. La ley de parques nacionales lo protege desde 1958. No permitamos un ecocidio en El Ávila”, manifestaron.
Asimismo, la activista Lexys Rendón, directora de la organización Laboratorio de Paz, instó a las autoridades del régimen instalar ciudades de ese tipo en otros lugares más adecuados. “La ley de ciudades comunales requiere de un proceso amplio de consulta según la CRBV. El Ávila es un parque y reservorio que necesita cuidarse y salvaguardarse. Mantenerlo sano, protegido y equilibrado es fundamental. Una ciudad comunal pueden construirla en cualquier otro lado”, dijo.
Otra persona que se pronunció fue la bióloga Catalina Ramos, coordinadora de la fundación AsoCiudadanas, quien además del rechazo a la propuesta referida al Ávila se preguntó: “¿Esas ciudades comunales estarán incluidas en el reparto acordado del 21 de noviembre o es una cuenta que llevan aparte?”.
De mismo modo, la ONG Observatorio de Ecología Política de Venezuela (Ecopolítica), indicó en un comunicado que precisamente es en Galipán, pueblo ancestral ubicado en el Ávila, “donde hace varios años se viene atropellando la población para impulsar proyectos de desarrollo turístico de gran envergadura, destinados a turistas de alto perfil, el sitio escogido por Maduro para establecer la “ciudad comunal piloto”.
Indicaron que con esa propuesta de Maduro se quiere crear una figura jurídica que se pretende superponer a la del Parque Nacional, a su PORU y todas las medidas protectoras, que no pueden retrotraerse, por principio constitucional y del derecho, a un estado de menor protección y de mayor daño para el ecosistema allí existente.
“Pues más allá de la jerigonza jurídico-política, las contradicciones existentes, o lo nada comunal que tendrán las llamadas ciudades comunales, que no podemos discutir en este momento, el problema fundamental es la violación a la protección del principal pulmón de la región capital y un atentado a la vida del principal bosque nublado tropical#. añaden.
Denunciaron que el parque nacional, tan importante y emblemático para los habitantes de Caracas, ya ha venido sufriendo un proceso de degradación al permitir “ante la mirada cómplice de Inparques actividades que violentan la normativa del reglamento de uso de este parque nacional, como el uso de bicicletas y la promoción de carreras y deforestaciones; la realización de fiestas en el Hotel Humboldt y la deposición de las aguas servidas directamente en la montaña; así como la violación a los terrenos de los cultivadores de Galipán de forma arbitraria para construir carreteras, teleféricos, mansiones y otras edificaciones de gran tamaño. El peor de los casos, el permitir el uso de glifosato y otros agro-tóxicos sobre los terrenos”.
Relaciones con Colombia
Por otro lado, Maduro se pronunció a favor de retomar las relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia, rotas desde 2019. “Nosotros le damos un aplauso a esta iniciativa tomada por el Poder Legislativo de Colombia y el Poder Legislativo de Venezuela. Colombia y Venezuela tenemos que resolver nuestros problemas en paz, tenemos que regularizar, normalizar, las relaciones comerciales, productivas, económicas, tenemos que normalizar las relaciones consulares, las relaciones diplomáticas”, dijo en transmisión por VTV.
Tras dos años y siete meses de ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia, Maduro consideró que es necesario retomar las relaciones entre ambos países.
“Necesitamos levantar las relaciones respetando la vida política, las ideas, el bagaje ideológico, no metiéndonos en los asuntos internos. Por eso me parece un paso tremendo que el Congreso de Colombia y la Asamblea Nacional de Venezuela se hayan puesto de acuerdo para avanzar en una comisión binacional en la regularización y normalización del as relaciones diplomáticas, comerciales y económicas”, indicó.
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Más temprano, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, informó que desde el Parlamento venezolano se conformará este jueves una Comisión Bilateral para atender conjuntamente la normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales, así como la protección de las empresas venezolanas y colombianas en cada territorio y la verificación de las buenas prácticas económicas entre los dos países.