Maduro, ¿es que recuerdas a Walesa?, por Beltrán Vallejo

Tremenda vitrina para un “Presidente Obrero”: se trata de que hace unos días, Rubén González, carismático líder sindical de Guayana, fue sentenciado a 5 años y 9 meses de prisión, y recluido en la cárcel de la Pica. Fue juzgado por un tribunal militar que le imputó sentencia por dos delitos: “ataque al centinela y ultraje a la Fuerza Armada Nacional”.
¡Qué juicio tan ridículo, pero tan abominable! Ridículo, porque la institución militar es objeto de un desprecio nacional, ya que ella tiene rato ultrajándose a sí misma, desde el guardia nacional corrupto en cualquier alcabala, hasta el Ministro de la Defensa bien retórico que tenemos y que llegó de Moscú de firmar acuerdos entreguistas de nuestra soberanía, que permiten el avance de la verdadera invasión militar, que es la invasión rusa, la invasión de un ejército tan criminal como lo es el de Putin.
¡Qué mensaje tan bueno está dando Maduro para esa izquierda internacional ñoña y pedigüeña!, para esa Europa necia, al encadenar a un líder sindical cuyo único delito ha sido defender a la clase trabajadora, incluso desde que militaba en las propias filas del chavismo, por lo que, con esta sentencia, Rubén lleva dos carcelazos a cuesta. ¡Caramba, “Presidente Obrero”!, ¿es que está viendo a un Lech Walesa, y por eso teme un destino como el del polaco dictador comunista Jaruzelski que fue barrido por la movilización y la lucha de una clase obrera combativa?
A mí me gusta que esta parte del antifaz se siga cayendo, ya que su efecto, que tiene el mismo sentido de lo que reveló el informe Bachelet, seguirá haciendo estragos en la red de propaganda que Maduro tiene en círculos de la izquierda mundial, para que se evidencie de que es un cobarde, un tirano, un violador de derechos humanos, y que de progresismo no tiene ni un átomo
¡Qué más se puede decir de un régimen protegido por un asesino como Putin! Nicolás es el Bashar al-Assad de Suramérica, porque en eso quiere convertir a Venezuela, en la Siria del Caribe.
Pero lo que más me inquieta es que un Rubén González tras las rejas es un mensaje directo de terrorismo de Estado sobre lo queda de dirigencia sindical clasista y combativa”; para ese sector, que todavía está en pie, se dirige el mensaje del Rubén preso, como advertencia amenazadora. Ojalá que este propósito macabro del gansterismo en el poder no gravite sobre la contraparte digna para reimpulsar las luchas sociales en el país; ¡eso es lo que me preocupa!
La prisión de Rubén Gonzales debe aupar la resistencia de los trabajadores con la presencia de nuevas formas de organización y de acciones de calle, entre ellas, la de instalar en barrios y en comunidades las ollas solidarias con organizaciones civiles y con el sector privado, para ofrecer comida a los más necesitados, y sobre todo a los niños. Y especialmente, toda acción de calle, toda huelga, se deben de relacionar con la agenda política dirigida al cuestionamiento de la tiranía y a alentar su salida de Miraflores.
Confieso que mientras escribo estas líneas en nombre de Rubén González, me invade una esperanza demencial. Hoy creo, y de ahí mi llamado a la lucha, que sí es posible una vida más humana. Hoy creo que así como sale la gente a la calle ante un incendio en la casa de un vecino, y sale para ayudar con el agua y a rescatar al que se pueda, así mismo siento que debemos de recuperar entre todos la audacia y el coraje.