Maduro fustigó malos tratos a Alex Saab mientras ignora denuncias de torturas en el país
Alex Saab asegura que en la prisión en Cabo Verde lo presionaron para que declarase «mentiras» en contra del gobierno de Nicolás Maduro, que presuntamente habrían tenido el propósito de justificar una intervención militar pedida a Washington por Juan Guaidó
El mandatario Nicolás Maduro protagonizó un nuevo capítulo de su podcast, esta vez con el recién liberado Alex Saab, quien se mantuvo como prisionero en Cabo Verde y Estados Unidos durante tres años bajo la acusación de ser un testaferro del chavismo que le ayudaba a evadir sanciones mientras lavaba dinero en Norteamérica.
Una buena parte de la conversación entre Maduro y su «representante diplomático» —título que utilizó el chavismo para defender sus vínculos con el empresario colombiano y fustigar su detención— se enfocó en sus vivencias como prisionero en Cabo Verde y los malos tratos e incluso torturas que habría padecido en la isla africana.
De acuerdo con el relato de Saab, durante su instancia en Cabo Verde fue prisionero en dos cárceles distintas, una en la isla de San Vicente y otra en Isla de Sal. En ambas habría sufrido múltiples torturas físicas y psicológicas, entre las cuales detalló ahogamiento, cortes en sus brazos, golpes en todo el cuerpo, oscuridad permanente y escaso acceso a comida.
«Me llevan a un calabozo oscuro, sin baño, incomunicado, en las peores condiciones, con un balde para hacer las necesidades, que vaciaba una vez al día. Si quería tomar agua, tenía que hacerlo en el mismo balde», contó sobre sus primeros días como prisionero en San Vicente.
Según el principal proveedor de la red de distribución de alimentos del Estado, la experiencia en Isla de Sal fue mucho peor y fue torturado todos los días por al menos tres meses, hasta mediados de noviembre de 2020.
«Yo llegué a tener casi todo el cuerpo morado. Me cortaban los brazos, pero no con cortes profundos, sino me los dejaban como en carne viva. Me ponían lámparas en la cara, me echaban alcohol y agua para hacerme creer que me estaba desangrando. Me tumbaron tres dientes. Me dieron durísimo entre finales de julio, todo agosto, septiembre y octubre, casi a diario», remarcó.
El mismo Saab acotó que el cese de las agresiones coincidió con el cambio de gobierno en Estados Unidos por la victoria de Joe Biden ante Donald Trump. Maduro lo interrumpió para argumentar que el entonces presidente republicano buscaba generar, a raíz de la detención y una posible declaración de Saab, una matriz de opinión en torno a Venezuela que le ayudara a ganar las elecciones.
«Ellos querían buscar una declaración que generara un efecto de opinión para buscar una acción sobre Venezuela que le diera el triunfo electoral a Donald Trump. Los Leopoldo, los Machado, los Guaidó (…) estaban desesperados por una intervención militar sobre Venezuela», razonó.
En medio de la conversación, Maduro lamentó los tratos descritos por Saab en su relato y argumentó que esas prácticas de tortura en las prisiones eran ejecutadas por dictaduras fascistas y mencionó otros países de la región.
«Me recuerda mucho los testimonios que hemos leído por años de los tratos de las dictaduras fascistas de Chile, Uruguay, Argentina; como llevaron ese tipo de métodos traídos de los manuales gringos de tortura. Si lees la biografía de Pepe Mujica, a él lo tuvieron 12 años secuestrados en esas condiciones: gente encapuchada, en las peores condiciones, nadie le hablaba; recuerda mucho a esos métodos», añadió.
¿Y las torturas en Venezuela?
El rechazo de Maduro hacia las torturas sufridas por Saab llama la atención al considerar que Venezuela ha sido señalada en múltiples ocasiones de cometer torturas de manera sistematizada a través de sus cuerpos de seguridad, un tema del que la vocería del chavismo apenas habla.
Actualmente sigue en curso una investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) por estas denuncias sobre posibles crímenes de lesa humanidad cometidos con pleno conocimiento de una cadena de mando que llega hasta el propio Maduro.
De acuerdo con la Misión internacional independiente de determinación de los hechos sobre Venezuela, estas prácticas incluyen actos de tortura y violencia sexual.
«Nuestras investigaciones y análisis muestran que el Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los derechos humanos, incluidos actos de tortura y violencia sexual», declaró Marta Valiñas, presidenta de la misión de determinación de hechos.
En la investigación se tomaron en cuenta 245 entrevistas con víctimas, sus familiares e incluso exfuncionarios de los servicios de seguridad e inteligencia que recibían estas órdenes.
Se documentaron al menos 122 detenciones por parte de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim), de las cuales 77 pasaron a un episodio de tortura, violencia sexual u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
También se apuntó al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) como culpable de malos tratos a al menos 51 detenidos desde 2014, principalmente políticos opositores, periodistas, manifestantes y activistas defensores de derechos humanos.
Entre los malos tratos, torturas y otro tipo de vejaciones reportadas en el informe de la misión de determinación de hechos, figuran:
- Golpes.
- Asfixia con bolsas en la cabeza que en ocasiones contienen insecticida.
- Suspensión de prisioneros en el aire, atados por las muñecas o tobillos.
- Descargas eléctricas en los testículos.
- Inhalación de gases lacrimógenos.
- Quemaduras de cigarrillo en el cuerpo.
- Quemaduras químicas en el rostro.
- Privación de sueño, facilitado por luz constante las 24 horas del día y música a todo volumen.
- Ingestión de estupefacientes.
- Reclusión prolongada en celdas de castigo o en condición de régimen de aislamiento (contacto cero con otras personas).
- Violación o amenazas de violación y otros actos contra la integridad sexual tanto de hombres como de mujeres.
Y no solo se habló de torturas, sino que Maduro cuestionó incluso la detención de Saab, considerándola de arbitraria y ajena al derecho internacional.
«¿Sin imputarte cargos ni nada? Vas a la cárcel y punto. Estás secuestrado», cuestionó el mandatario cuando Saab le contó cómo fue su proceso de detención.
Esta declaración difiere mucho de la posición del chavismo sobre las decenas de detenciones arbitrarias que han registrado en el país distintas ONG.
Según Foro Penal, entre 2014 y 2023, durante el período de gobierno de Maduro, se han producido más de 15.700 detenciones arbitrarias por motivos políticos. Estas cifras son tomadas en cuenta en el panorama internacional por organizaciones como Amnistía Internacional.
La conversación no tardó en generar reacciones. El activista por los derechos humanos Marino Alvarado, excoordinador general de Provea, recalcó que tanto en el Dgcim como en el Sebin se «maltrata y tortura con más barbaridad» que la relatada por Saab en Cabo Verde.
En este sentido, recomendó que se investigue la cadena de mando que permite la ejecución de esas torturas y mencionó como ejemplo el asesinato del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo, quien falleció durante la custodia del Dgcim con al menos 38 heridas de distinta índole.
El examen forense a Arévalo determinó que al momento de su muerte tenía la nariz rota, raspaduras en hombros, codos y rodillas, moretones en todo el cuerpo, un pie fracturado, 16 costillas quebradas, signos de quemadura en ambos pies y lesiones de latigazos en la espalda.
La misión de determinación de hechos incluye este caso en sus informes. «Hay motivos razonables para creer que se cometieron torturas y otros tratos degradantes hasta el punto de causarle la muerte», considera el equipo de la ONU.
*Lea también: Dos funcionarios de la Dgcim reciben condena máxima por la muerte de Acosta Arévalo
¿De qué más hablaron Maduro y Saab?
El episodio de podcast se extendió por más de hora y media. Acompañados por sus respectivas esposas, Cilia Flores y Camila Fabri, abordaron diversos temas como las sanciones de Estados Unidos, la labor de Saab como proveedor de alimentos del chavismo y los presuntos planes de Washington para justificar una invasión a Venezuela mediante la detención del empresario.
Curiosamente, Saab no hizo prácticamente comentario alguno sobre su encarcelamiento en Estados Unidos, a pesar de que permaneció detenido en el país norteamericano por más de dos años, más del tiempo que pasó en Cabo Verde.
Uno de los detalles más relevantes de la conversación fue el plan orquestado por el gobierno de Trump para justificar la supuesta invasión que tanto ha señalado Maduro durante años, pues consistía, según el chavismo, en hacer que Saab hiciera una confesión falsa que incriminase al gobierno chavista y utilizarla para justificar una intervención militar en Venezuela.
«Me exigían firmar la extradición y hacer declaraciones contra el gobierno de Venezuela al llegar a Estados Unidos (…) Ellos empezaron a desesperarse. Llegó un punto en el que pretendían que yo mintiera con otra serie de locuras. Me decían que ya no había tiempo y que iban a invadir, que Juan Guaidó pediría una intervención militar», aseveró Saab.