Maduro se queda sin opciones para vender el petróleo que no enviará a EEUU
Con el tiempo en contra, al gobierno no le queda otra posibilidad que la búsqueda de nuevos mercados, una tarea nada fácil dadas las sanciones impuestas por EEUU
Autor: Erika Hidalgo López
Las sanciones aplicadas por Donald Trump directo al corazón de las finanzas de Venezuela fueron una estocada moral y mortal para la administración de Nicolás Maduro, quién prometió una respuesta contundente a la medida, a la que calificó de unilateral y al margen del derecho internacional.
El equipo de Maduro, posiblemente, evalúa la única salida que le queda a una desgastada administración que enfrenta una de sus peores crisis políticas y económicas, y que intentará desesperadamente recuperar al menos una parte del flujo de caja perdido.
Para analistas, a Maduro no le queda otra posibilidad que la búsqueda de nuevos mercados, que en el papel luce fácil, pero en definitiva no lo es. Y que según el panorama actual podría tornarse inviable.
El economista Luis Oliveros asegura que buscar destinos a los 600.000 barriles que en promedio envía Venezuela a EEUU será complejo, y significará tiempo y dinero. Incluso tendrán que ceder a condiciones, como fuertes descuentos y plazos de pago, a la par, deberán hacer frente a gastos de envío mucho más elevados.
Una fuente ligada a la industria petrolera considera que la búsqueda de mercados podría no ser una solución, si los socios de Venezuela en materia petrolera, Rusia y China, le exigen nuevamente a Maduro el cumplimiento de las cuotas de suministro acordadas como pago a las onerosas deudas que mantiene Pdvsa con esas naciones.
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El declarante señaló, además, que eso sería muy grave considerando que el petróleo enviado a esos destinos ya fue cancelado al régimen de Maduro. “Y esos recursos ya fueron gastados en su totalidad, lo que no ayudaría a hacerse de dinero contante y sonante”.
Y es que las deudas no son una “concha de ajo”. De Rusia Venezuela ha recibido más de 17.000 millones de dólares entre 2006 y 2018. Entre tanto, China ha desembolsado más de 50.000 millones de dólares que, al ritmo que va la extracción de crudo en el país, el gobierno tendrá que negociar “correr más la arruga”, indicó.
La duda es razonable si se recuerda que recién en noviembre, en plena crisis de producción de Pdvsa, el presidente de Rosneft, Igor Sechin, viajó a Caracas para reclamar por el retraso y el recorte de los envíos. Además, una delegación china hizo lo propio
Los acuerdos originales consistían en las entregas de 600.000 barriles diarios a Moscú y unos 300.000 a Pekín. Estos envíos se han reducido a poco menos de la mitad, por los incumplimientos, y la caída estrepitosa de la producción de Pdvsa que el año pasado rozó los 1,2 millones de barriles por día, de acuerdo con reportes de la Opep, cuando en 2013 se extraían alrededor de 3 millones.
Las exportaciones, que en un determinado momento llegaron a representar 2,4 millones de barriles por día en los planes de gastos de la nación, hoy no superan los 950.000 barriles al día, por lo que han tenido incluso que recortar sus compromisos geopolíticos con Petrocaribe.
Incluso, Ecoanalítica ha vaticinado que para este año las exportaciones podrían retroceder a 500.000 barriles, según el deterioro, ya casi estructural de la estatal petrolera venezolana.
Lukoil da un paso atrás
El caldo se puso más morado aún para buscar alternativas que aminoren las sanciones impuestas por EEUU, cuando ayer la petrolera rusa Lukoil, una de las principales suplidoras de productos petrolíferos a Pdvsa, congeló su contrato con Venezuela, según señaló el WSJ.
El reporte detalla que los rusos no están preparados para arriesgarse a sufrir las consecuencias que puedan acarrear las sanciones que en materia petrolera impuso a Venezuela Donald Trump, quien este lunes congeló 7.000 millones de dólares en activos de Pdvsa, además de otros 11.000 millones en exportaciones a futuro.
“Lukoil está entre la media docena de proveedores de petróleo que cortaron o suspendieron contratos con Pdvsa hoy (ayer), según los comerciantes y un funcionario de suministro de Pdvsa. Esto amenaza con dejar la empresa sin gasolina y diluyente para mover su crudo”, tuiteó Anatoly Kurmanaev corresponsal del WSJ en Moscú
A la realidad se suman más factores que atentan en contra de la búsqueda de nuevos mercados.
El exgerente de refinación de Pdvsa, Francisco Javier Larrañaga, sostiene que otro factor que ensombrece las opciones al régimen es que se trata de petróleo pesado y extra pesado, de difícil colocación, adaptado básicamente a las refinerías estadounidenses, entre ellas Citgo, una cadena refinadora propiedad de Pdvsa en Estados Unidos.
“Las refinerías que actualmente pueden procesar un volumen de 500.000 barriles de crudo pesado y extrapesado están principalmente en EEUU”, detalló el especialista.
Agregó además que para ofrecer alternativas tendrán que diluirlo más aún, y llevarlo a un crudo mediano comprando petróleo liviano para mezclarlo. Este factor podría representar gastos adicionales.
En tres y dos
Con las nuevas sanciones Maduro no solo no podrá realizar operaciones de venta de crudo y sus derivados a Estados Unidos, sino que, además, la medida está sazonada con el bloqueo de los fondos en divisas que serán entregados para su administración a la Asamblea Nacional, específicamente, a la figura del presidente encargado, Juan Guaidó.
La producción actual de la petrolera estatal no ayuda, y las finanzas del régimen se verán cada vez más estrechas. La destrucción del aparato productivo le pasa ahora más que nunca factura, y evidencia la debilidad y vulnerabilidad de su economía
Los últimos viajes de Nicolás Maduro no rindieron los frutos esperados. Los periplos, más allá de escapadas de placer, con grande comitivas, convirtieron a Venezuela en la mendiga a los ojos del mundo; en la paria que ha perdido no solo presencia en el mercado petrolero, sino que además influencia y poder en el seno de la Opep, y en general en el mundo de los negocios donde Venezuela no tiene nada que ofrecer.