Maiquetía queda casi vacío y en silencio tras la cancelación de vuelos internacionales
Counters cerrados, espacios vacíos y silencio en las pantallas marcaron la jornada en Maiquetía, donde solo un puñado de aerolíneas mantiene operaciones con destino internacional
La cancelación de operaciones de varias aerolíneas dejó la pista y el cielo del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía inusualmente despejados. Aunque este espacio aéreo no suele ser muy concurrido, las actividades están aún más limitadas.
La terminal luce silenciosa: los locales de comida sin clientes, los empaquetadores de equipajes distraídos frente a las pantallas de sus celulares y los taxistas resignados, comentando que están «como en el cine: solo viendo porque no hay trabajo».
En las pantallas de información no aparecen los vuelos cancelados; solo se muestran las salidas de las pocas aerolíneas que mantienen operaciones: Wingo a Bogotá, Laser Airlines a Bogotá y Curazao, Copa Airlines a Panamá y Conviasa a Cuba.
Para el 26 de noviembre, apenas siete vuelos internacionales conforman la oferta del principal aeropuerto del país. Para el día siguiente solo se suma una ruta más, con destino al Aeropuerto Internacional Viru Viru, en Bolivia.

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Las oficinas de las aerolíneas que suspendieron sus operaciones están cerradas. Solo en la Turkish Airlines se exhibe un documento que anuncia la cancelación de vuelos del 24 al 28 de noviembre. La aerolínea explica que los pasajeros podrán ser reubicados en rutas hacia Bogotá, Panamá, Cancún y La Habana, y aclara que «solo se cancela la ruta desde/hacia Caracas».
Las compañías que continúan volando con normalidad son Copa, Wingo, Boliviana de Aviación, Satena y las nacionales Avior y Conviasa. Entre los pocos pasajeros, los que viajan a La Habana destacan porque casi todos cargan al menos cinco maletas de gran tamaño.

Mientras tanto, otras empresas mantienen suspendidas sus rutas hacia y desde el país. Entre ellas destacan: Air Europa, Plus Ultra, TAP, Gol, Latam, Avianca, Iberia, Caribbean y Turkish.
En los pasillos abundan funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Guardia Nacional, Policía Nacional Bolivariana, Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) y unidades antidrogas.
En los counter reina un silencio incómodo. La gente observa las pantallas y en voz baja comenta, entre sí, en especie de susurro. Los parlantes tampoco anuncian nada sobre la cancelación de vuelos.

El personal de mantenimiento cumple su rutina: barren, pulen el piso, desmontan anuncios publicitarios. La «Cromointerferencia de color aditivo», de Carlos Cruz-Diez, luce extrañamente desnuda. El punto de encuentro y postal obligada parece haberse quedado sin propósito: ya nadie, ni viajeros nacionales ni extranjeros, se detiene para fotografiarse y llevarse un recuerdo.
Entre las 10:30 a.m. y las 12:30 p.m. en las pistas del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía solo rugieron los motores de dos aviones que levantaron vuelo. En un espacio donde los zumbidos de las aeronaves retumbaban La Guaira, reina un silencio inusual para una pista de aterrizaje.

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