María Corina ¿Llegó hasta el final?, por Ángel Monagas
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En política, tomar decisiones oportunamente es crucial. No solo porque el tiempo para tomar decisiones importantes es limitado, sino también porque una crisis es impredecible y afecta a grandes sectores de la población.
Nuestras decisiones políticas pueden influir en el bienestar social, la economía, el medio ambiente y la dirección política de nuestro país.
Tanto en el sector público como en el privado, la toma de decisiones sigue un modelo político. A pesar de tener objetivos, estrategias y escenarios diferentes, los actores involucrados deben considerar varios factores:
- El objetivo y el poder: Cada integrante tiene un poder en distintos niveles, pero no debe permitirse que ello sesgue el objetivo común. Es importante evitar que el poder de los actores de mayor fuerza atraiga los resultados a sus intereses.
- Las percepciones y los jugadores: Las diferencias ideológicas pueden traer un equilibrio, pero no deben sobrepasar la percepción de uno sobre la del otro.
- Las estrategias y la dirección: Cada actor debe desarrollar su estrategia en una misma dirección: el bien social.
- El escenario y la población: El contexto en el que se desarrollan las estrategias afecta la población y la toma de decisiones de los gobernantes.
En resumen sobre esta consideración, la política y la toma de decisiones están intrínsecamente relacionadas, y su impacto se extiende más allá de los límites de un gobierno o una empresa, o de una parcialidad ideológica, política, etc.
Hacia el final…el juego de María Corina Machado
Cuando usamos la palabra juego, no estamos banalizando el tema. Simplemente cuando se juega es a ganar, como los grandes equipos en las distintas disciplinas que existen.
María Corina Machado debe decidir, jugar al «boicot» electoral o sumarse al cuadro existente de opción electoral.
La líder opositora venezolana, María Corina Machado, se encuentra en una encrucijada política. Su decisión de participar en las elecciones o mantener el «boicot» electoral tiene implicaciones significativas. Aquí hay algunos aspectos a considerar:
- Participación Electoral:
- A favor de la participación: Al sumarse al cuadro electoral, Machado podría aprovechar la oportunidad para impulsar su plataforma y propuestas directamente al pueblo.
- Participar en las elecciones podría permitirle influir en el proceso político y representar a sus seguidores.
- En contra de la participación: El «boicot» electoral podría ser una estrategia para denunciar irregularidades en el sistema electoral y la falta de condiciones justas. Al no participar, Machado podría enviar un mensaje de protesta y presionar por reformas electorales, aunque esta referencia no ha sido exitosa en el pasado.
- Riesgos y Beneficios:
- Participación: Si decide participar no obstante su «inhabilitación», Machado podría enfrentar obstáculos o la falta de garantías. Sin embargo, podría ganar visibilidad y legitimidad.
- Boicot: El «boicot» podría fortalecer su posición como líder opositora, pero también podría alejarla de la posibilidad de influir en el futuro político del país.
- Contexto Político:
- Las elecciones en Venezuela han sido objeto de controversia debido a acusaciones de falta de transparencia y manipulación.
- La decisión de Machado debe considerar el contexto político actual, las condiciones electorales y la opinión de sus seguidores.
En última instancia, la elección de María Corina Machado tendrá consecuencias tanto para ella como para el panorama político en Venezuela. Sea cual sea su decisión, deberá sopesar cuidadosamente los riesgos y beneficios.
Marco referencial:
Como hemos señalado en el pasado, detrás de la acción de «inhabilitar» a María Corina hay varios intereses.
A nuestro juicio, fundamentalmente la marca cubana, dada la vocación del castrismo por una salida a su penosa situación. Igual de parte de un sector importante del chavismo que en algún momento pensó en una transición, al mismo estilo que ha ocurrido en otras latitudes.
El fantasma del «Trumpismo» asustó a más de uno en la isla y en Venezuela. Prefieren «atrincherarse» a la expectativa de los hechos que se susciten, con la llegada al poder de Donald Trump, quien no es conocido por cumplir lo acordado en el pasado del gobierno que recibiría.
Chavistas no se quedan en anuncios.
A lo largo de nuestras columnas y artículos, he sostenido que a diferencia de la dirigencia opositora, los chavistas hacen lo que dicen.
Lula: el nuevo Fidel de América Latina.
La inhabilitación y el adelantamiento de elecciones fue por demás publicitado con «bombos y platillos».
Hoy es un hecho.
El año pasado apareció en escena el Presidente Lula y su plan, que se superpone al de los cubanos.
El líder brasileño tiene su propio interés, y no solamente es el tema petrolero.
Los cubanos utilizaron la figura de María Corina para presionar en un arreglo buscado por ellos, desde los tiempos de Barack Obama.
No contaban con la estrategia brasileña de Lula.
También es necesario admitir, que María Corina no será candidata igualmente por los cubanos como última decisión. Ella sigue en discusión por los mismos razonamientos.
Hasta el presente, ella sin saberlo cumple los objetivos de ese sector.
Pudieran mañana actuar igual que con otros, aunque a lo largo de 20 años, ellos no le dan el carácter de peligrosidad suficiente para sacarla o «expatriarse».
El mayor peligro es la gran decepción que pudiera causar su exclusión, que vendría a sumarse a lo sucedido a Ledezma, Leopoldo López y Guaidó.
Cayeron, un amplio grupo opositor, en la trampa que le tendieron. El ego es mal consejero. No pudo entender Carlos Blanco ni la propia María Corina la realidad a su alrededor.
Lo circundante no era el proceso, ni las primarias, ni las mismas elecciones, era lograr debilitar un bloque con un cuarto de siglo en el poder.
Estaban convencidos, María Corina y sus nuevos seguidores, de un elemento holístico que los había ungido.
Hoy el panorama gris urge, requiere de otro amanecer, sin renunciar al esfuerzo de lo logrado.
El problema de los chavistas no es electoral. Ellos saben que en votos no ganan. Mantener el poder es la meta.
La incógnita es qué quiere la gente: Renunciar a los espacios conquistados y a las opciones.
¿Es hasta el final…? o llega ya.
Los próximos días nos señalará el destino.
La peor muestra de esta pintura, no es si María Corina llegó o no hasta el final. Ella aún tiene mucho juego, si sabe orientarse en el terreno político.
Todos nuestros esfuerzos deben sumarse a impedir que Venezuela llegue hasta el final.
*Lea también: El voto no baila solo, por Luis Ernesto Aparicio M.
Lo digo porque estamos a la par de Haití, peor que Nicaragua, igual que cualquier Corea del Norte, entre otros, en lo que se refiere a un régimen de libertades y de respeto a los ciudadanos. En lo atinente a la calidad de vida.
Hasta el final…es mucho más que terminar la historia de Nicolás Maduro y del chavismo…
Se me acabó el papel.