Mastercard cree que el Contactless en Venezuela estará implementado en dos años
Los bancos venezolanos tienen la tarea de sustituir las tarjetas Maestro por las nuevas Mastercard Débito, una vez completada la regulación para la nueva tecnología bancaria y los trabajos de adecuación de sistemas junto a la compañía norteamericana. Con las nuevas tarjetas ya no haría falta pedir cédula ni «clave secreta» (para pagos de hasta el equivalente a 20 dólares), se facilitan los pagos y se permiten compras online
Mastercard ha tomado la delantera en la modernización del pago con tarjeta de débito en Venezuela. La empresa norteamericana impulsa en el país la migración de las tarjetas Maestro a las nuevas Mastercard Débito, que permiten pagos con tecnología Contacless (sin contacto) con el plástico pero también con teléfonos que tengan tecnología NFC. Es decir, los pagos que se hacen acercando el instrumento al punto de venta, sin más. Además, se permiten las compras en línea que antes solo estaban permitidas para tarjetas de crédito.
Las condiciones del mercado venezolano brindan unas condiciones particulares a la empresa. Por una parte, su competencia, Visa, no ha anunciado un plan tan extendido de sustitución de tecnología y, por otro, la casi completa desaparición de las tarjetas de crédito nacionales en manos de usuarios hace que la posibilidad de hacer pagos virtuales con débito tengan gran atractivo.
Federico Martino, cluster leader de Mastercard para la región, dijo que buscan impulsar la confianza, «que todos sepan que con un plástico o un teléfono la transacción se va a completar bien». El foco, afirmó, es hacer más transparentes y seguros los pagos, y facilitar la movilidad.
Maestro es una tecnología antigua, de salida. De hecho, Mastercard decidió en 2018 que esa red dejara de usarse, y ya no emitirá más tarjetas Maestro en 2024. Por ello la tecnología Contactless de Mastercard Débito ha avanzado en varios países del mundo, mostrando que en la región Venezuela se ha quedado rezagada. Colombia, Panamá, Brasil, México, Argentina y otras naciones ya han avanzado en su implementación.
«El ejemplo más cercano es Colombia. Por eso sabemos que la migración y el cambio de tarjetas toma un par de años. No se trata sólo de cambiar plásticos sino de adaptar completo el sistema para que la solución esté habilitada. Cada banco debe hacer adecuaciones diferentes. Hay 45 millones de tarjetas Maestro en venezuela, por eso sustituirlas es un proceso que lleva tiempo. Nosotros vamos a desplegar esta tecnología apoyando a los bancos», recalcó Martino.
En comercios venezolanos ya desde hace algún tiempo, especialmente luego de la pandemia por covid-19, se observan puntos de venta con la tecnología Contactless (identificados por el logo de tres bandas que indican su capacidad inalámbrica), pero solo Bancamiga ha podido activar sus productos para funcionar con ellos. En esos casos, no se escapa el proceso de marcar cédula y clave «secreta». Algunos empleados encargados de hacer los cobros no saben cómo operar esa nueva tecnología. El despliegue del Contactless en Venezuela pasa, por tanto, por una reconfiguración de los comportamientos.
Mastercard confirma que los pagos serán sin necesidad de dictar cédula o marcar una clave, sino tan solo acercando la tarjeta al punto cuando las operaciones sean menores al equivalente a 20 dólares, como ha sudo acordado por todos los actores. «Queremos que la tecnología se aplique sin cédula ni pin para transacciones por bajos montos», especificó el dato Claudia Acosta, country manager de Mastercard en Venezuela.
Acosta dijo que la tardanza en la aplicación de esta tecnología en Venezuela se debió a las adecuaciones bancarias. «Lo bueno es que prácticamente todos están trabajando en la solución. El gran proyecto para 2024 es lograr la aceptación del Contactless. Ya tenemos la estandarización entre todos los jugadores. Ahora viene el desarrollo en los distintos tipos de puntos de venta».
Eso sí, Mastercard se cuida de confirmar si tales retrasos tuvieron que ver, como informaron fuentes del sector a TalCual, a la resistencia de grandes bancos nacionales debido a que controlan buena parte de los puntos de venta tradicionales distribuidos en el territorio. Temen que la activación de datáfonos Contactless lleve a clientes a sustituir los suyos por los de otras empresas, perdiendo las comisiones correspondientes. «Con los bancos tenemos los proyectos de migración y estamos trabajando», responde Acosta sin querer adelantar cuál de las instituciones financieras será la que comience primero a sustituir tarjetas de sus clientes. «Cada uno tendrá su estrategia», apunta Federico Martino.
Martino comenta también que el rezago no es solo venezolano. «Se trata de determinar cuándo el producto se vuelve atractivo para crear un caso de negocio. Cada mercado tiene desarrollos diferentes. Colombia y Ecuador, por ejemplo, no usan tanto capacidades digitales y los pagos no presenciales no pasan de 20%. Por eso decimos que esto va más allá de cambiar un plástico Maestro por uno Mastercard Débito. Tiene que ver con la madurez del propio mercado. Ahora Venezuela está en un momento adecuado, pues creció la tendencia de consumo digital y muchas transacciones ya se hacen sin efectivo». En el país el uso del bolívar se hace principalmente por operaciones de débito o usando el Pago Móvil.
En Venezuela hay una característica adicional: el Estado es banquero. Además de ser autoridad, el Estado es propietario del banco más grande del país -Banco de Venezuela (BDV)-, y otros como Bicentenario, Tesoro y Banfanb. En mayo de 2022, BDV comenzó a distribuir tarjetas con Contacless de Maestro, que nunca funcionaron distinto a las tradicionales.
En Mastercard prefieren no comentar demasiado sobre aquellos anuncios de la banca pública. Se limitan a decir que «el Estado es regulador y todos los productos son regulados. El Estado está al tanto del proceso de migración».
Nuevas formas
En marzo pasado, Mastercard participó de una conferencia en Venezuela donde participó William Martínez, de la firma Thales, una empresa de soluciones tecnológicas. Allí el experto explicaba que los sistemas internos de los bancos debían desarrollar tecnología que diferencia una operación Contactless y una tradicional «para que no espere el pin del usuario». Decía, además, que los nuevos puntos de venta pueden actualizarse de manera remota.
Milagros Borboa, country manager de Newtech, recordaba en aquella oportunidad que cuando se implementó en Venezuela la necesidad de pedir la cédula al cliente para procesar un pago con tarjeta se buscaba atajar las denuncias de fraudes. «Eso pasó antes de la migración a las tarjetas con chip, que no necesitan eso pero se dejó como algo de tradición, para no cambiar la experiencia de compra que ya la gente conocía».
Ahora, con la llegada del Contactless, se presenta la oportunidad de quitar esos dos pasos (cédula y pin), que son inneccesarios con la nueva tecnología y solo alargaría las operaciones sin necesidad. Pero esto pasa por una reeducación del comprador y también del vendedor sobre la experiencia de pago, que pueda convencer de que las operaciones siguen siendo seguras con tan solo un toque de la tarjeta en el punto de venta.
En algunos países la migración al Contactless ha pasado por entregar los plásticos inactivos a los clientes de bancos y que solo se «encendieran» una vez que se complete la primera transacción con la nueva tecnología. En algunos mercados, esa primera transacción sí requiere un pin que confirme que se trata del usuario legítimo, para luego no volver a solicitarlo.
¿Cómo se hará en venezuela? Veremos qué aplican los bancos. Hasta ahora la mayor parte de la información sobre estos cambios han sido por parte de Mastercard. Los bancos ahora tienen la palabra sobre esta migración a Contactless que es un reto logístico, pero también comunicacional.