Me despido de este 2022, por Beltrán Vallejo

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Este ha sido el peor año de mi vida. Y para reflexionar sobre él, me queda señalar que entre las noticias malas del mismo está que se murió Pablo Milanés. Este cantautor murió el pasado 22 de noviembre, y yo formé parte de una generación que elaboró su personalidad con sus canciones. Soy hijo de su poesía y de sus sentimientos en el ámbito de una melodía. Soy hijo de su “Yolanda” y del “Breve espacio en que no está”.
Pero de él hay una canción que en estos momentos me marca, y es la que se intitula “Si ella me faltara alguna vez”. Está dedicada a la ausencia de las personas que amamos. Es una canción dedicada a la apreciada ausente. Es una canción que se contempla fielmente en este año cruel para mí, y sé que para muchos.
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Venezuela es un país de millones de ausentes en estas fechas navideñas. Y en ese ámbito están los que han fallecido, los que dejaron la terrenal existencia, y también esos millones de seres queridos que están en esa dolorosa diáspora por el mundo. Venezuela es un país de ausentes.
Ojalá que se avecine ese tiempo del reencuentro; que se avecinen los días de aquellas navidades felices cuando no faltaba ningún familiar en el instante de hacer las hallacas y de comernos el pan de jamón y la ensalada de gallina. Hace dos décadas atrás las navidades de los venezolanos era en familia; ahora son los tiempos de navidades de sillas vacías.
Y en mucho grado, en el contenido de la letra de su canción “Si ella me falta tara alguna vez”, Pablo nos pinta el frío y el dolor de la persona tan amada que ya no está. Cito aquí extractos de la letra de su canción e interpreten lo que me duele:
Si ella me faltara alguna vez nadie me podría acompañar
Nadie ocuparía ese lugar que descubro en cada amanecer
Si me faltara alguna vez.
Si ella me dejara de querer cuando la contemplo al despertar
Siento la pureza que me da, nunca la pureza que me da
Nunca la podré corresponder si me dejara de querer.
Si ella se olvidara de cantar ese hermoso mundo que me da
Cómo volvería a predicar si fue su palabra mi verdad
Si se olvidara de cantar
Si ella no inundara esta ciudad todo cambiaría de color
Gozaría de otra claridad
Cuando miro y pienso con dolor si no inundara esta ciudad
Si ella me faltara alguna vez
Si ella me dejara de querer
Si ella se olvidara de cantar
Si ella no inundara esta ciudad
Yo no escribiría esta canción.
El pasado 25 de septiembre murió mi esposa. Para mí la mejor mujer del universo y sectores circunvecinos. Aquí quedé viendo como parapeto mi existencia sin ella, mi magnificó amor. Espero tener una vida digna para enaltecer su legado de mujer humilde y solidaria, una exponente fiel de la nobleza de la mujer sucrense.
Después de estas palabras, solo me queda despedirme de ustedes, mis lectores, con otros francos deseos para el 2023: deseo por ejemplo que termine la guerra en Ucrania, y que se acabe el tormento ejercido por los invasores rusos sobre el sufrido pueblo ucraniano. También deseo algo, y que sea para mañana en lo que concierne a mí país, y es que Maduro deje de ser tan miserable y que por lo menos suelte a una gran cantidad de presos políticos; que abra los calabozos de muchos que están secuestrados por su tiranía.
Nos vemos en el 2023.
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