«Me quedé con la maleta hecha»: miles de venezolanos varados tras cancelación de vuelos
La cancelación de rutas hacia Venezuela dejó a miles de venezolanos varados sin poder regresar o salir del país. Entre ellos, adultos mayores que planeaban regresar a su tierra natal y otros que deseaban ir a visitar a familia en el extranjero, ambos grupos atrapados en la tensión entre EEUU y Venezuela
«Me quedé con la maleta hecha», dice Daniel Leal, quien tenía un año planificando un viaje a Italia, un mes con el boleto comprado y acumula dos años sin ver a su mamá y hermanos, luego de que ellos migraran a ese país. El pasado sábado 22 de noviembre, tres días antes de volar, recibió un correo electrónico de Transportes Aéreos Portugueses S.A. (TAP Portugal) informando que el vuelo estaba cancelado y no había opción de reprogramación.
Su novio logró viajar a España justamente una semana antes: «Teníamos planeado reencontrarnos todos en Italia y pasar Navidad, pero ahora me quedé yo solito en La Guaira», resume.
Ante la falta de alternativas, Leal aceptó el reembolso y no ha buscado otras opciones para visitar a sus seres queridos: «Me daría miedo arriesgarme a tomar un vuelo a Colombia por este tema de las tensiones que hay», confiesa y sostiene que esperará si se reactivan las operaciones aéreas.
La suspensión de vuelos hacia Venezuela dejó a miles de venezolanos y a decenas de ciudadanos de otras naciones varados en distintos países, así como dentro del territorio nacional; luego de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) instara a las aerolíneas a «extremar la precaución» al sobrevolar el espacio aéreo de Venezuela y el sur del Caribe por considerar que existe «una situación potencialmente peligrosa en la zona». A esta advertencia estadounidense se sumó la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA).
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Las tensiones entre las administraciones de Donald Trump y Nicolás Maduro han crecido, luego de que EEUU desplegara equipos militares en el Caribe para luchar contra el narcotráfico que sale desde el sur hacia su territorio; acciones que Caracas argumenta buscan un cambio de régimen en el país.

Entre los afectados por la cancelación de operaciones áreas al país están un par de abuelos venezolanos de 80 años de edad, residentes en Chile desde hace una década. Tenían planeado pasar unas vacaciones en su tierra natal entre diciembre y marzo. Saldrían el domingo 23 de noviembre con Avianca, rumbo a Bogotá y luego a Maiquetía, pero la aerolínea les informó que los vuelos estaban suspendidos.
«Estoy esperando», comenta la abuela, que se muestra tranquila; en cambio, su esposo lamenta profundamente no haber podido volar. «Eso es por la vaina de Trump», sostiene y asegura que la medida le afecta anímicamente.
Avianca les prometió una respuesta para el 18 de diciembre; sin embargo, la compañía figura entre las seis a las que el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) les revocó la concesión por supuestamente sumarse a «acciones de terrorismo» impulsadas por EEUU.
Las otras aerolíneas sancionadas son Iberia, TAP Portugal, Latam Airlines, Turkish Airlines y Gol Linhas Aéreas S.A.
José Camacho está en Alemania y aunque su retorno está previsto para el 13 de diciembre, ya cree que está «sin vuelo de regreso» porque su boleto es con TAP, una de las empresas a las que las autoridades venezolanas le retiraron la autorización de vuelo.
«TAP no me ha informado absolutamente nada. Mi vuelo en la página sigue estando programado, pero yo sé que van a tener que cancelar porque les revocaron», afirma. Sus rutas previstas son Alemania-Madrid-Lisboa-Caracas.
Camacho dice que desconoce si la empresa ofrecerá reembolso o conexiones alternativas para llegar a Venezuela. Aunque su trabajo remoto le permite extender su estadía, le preocupa que miles de venezolanos no tengan la misma flexibilidad ni los recursos para mantenerse fuera de su país por un lapso mayor al planificado.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.




