Medidas populistas de Maduro dan estocada a una economía en crisis
Sin financiamiento no hay recuperación posible en una economía en crisis. Las medidas de Maduro que han sido calificadas de populistas complican a las empresas que ya casi no cuentan con flujo de caja
Las recientes medidas anunciadas por el mandatario Nicolás Maduro para ser adoptadas mientras dure la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus, incrementan el gasto público y no atienden a un plan integral dirigido a minimizar el impacto en la ya debilitada economía venezolana. Por el contrario, atisba la hiperinflación y afecta a un diezmado sector privado.
Entre lo anunciado el pasado domingo se destaca la inamovilidad laboral hasta el 31 de diciembre, suspensión de los pagos de créditos bancarios, cancelar a través del sistema patria las nóminas de la pequeña y mediana empresa (pyme), suspensión del pago de los servicios públicos y de alquileres residenciales y comerciales.
La administración de Maduro hizo caso omiso a las solicitudes del sector privado sobre una prórroga en el pago de los tributos, entre ellos, del Impuesto sobre la Renta que vence el próximo 31 de marzo, del Impuesto al Valor Agregado (IVA); además de eliminar el encaje legal de 100% y liberar los recursos que tiene la banca represados en el Banco Central de Venezuela.
También pidieron eliminar las trabas de importación o flexibilizar los trámites y garantizar combustible al sector productivo, entre otras.
«Las medidas deben ser integrales y proteger a toda la nación. Sólo cabe la sensatez de entender la realidad y procurar lo mejor para todos. En este momento todos debemos ofrecer algo y saber que perderemos algo pero no se puede recargar todo sobre pocos», apuntó Ricardo Cusanno, presidente de Fedecámaras, luego de conocer los anuncios.
Por su parte, el presidente de Consecomercio Felipe Capozzolo, recalcó que si el Ejecutivo no tiene recursos es hora de buscar fórmulas de entendimiento en beneficio de la nación. «Estatismo e intervencionismo terminan cuando se agota la riqueza. Se pretende seguir el reparto con lo poco que le queda a los demás, sin asumir la propia responsabilidad«.
Mientras que Conindustria ha expresado que cualquier plan del gobierno debe considerar no sólo el primer eslabón de la cadena, sino todos los demás aguas abajo. Por ejemplo, los subsectores alimentos, productos farmacéuticos y de higiene personal, dependen de los envases y recipientes que a su vez requieren plástico, papel, cartón y otros como las artes gráficas.
Entretanto, se califica de «populistas» a las medidas tomadas por Maduro, ya que «atiende» a un solo lado de la población afectada. Señalaron economistas consultados que es necesario decretar un plan de emergencia económica en consenso con el sector privado para garantizar el sueldo de los trabajadores, así como la producción interna.
«Con la retorica populista que describe su gestión de gobierno, si hacemos una revisión seria de los anuncios, es fácil notar que se centra una vez más en propuestas populistas de expansión de gasto público con fines clientelares. Una vez más el carnet de la patria, mecanismo de control político y social vuelve a ser el epicentro de la estrategia de política económica de Nicolás Maduro», afirmó el economista Leonardo Buniak.
Para el diputado de la Asamblea Nacional, Angel Alvarado se mantiene la política monetaria y fiscal contractiva (encaje legal + impuestos) y no hay estímulos a la empresa privada sino cargas. «No hay soluciones de mercados sino ‘dirigismo’ económico. La sociedad al servicio del Estado«.
El director de la consultora Econométrica, Henkel García, apuntó que aunque estas medidas son similares a las tomadas por otros países, la exoneración y/o postergación de pagos ha sido asumida por los distintos Estados, no en el mismo sector privado. Por lo que reitera, las medidas ha sido acompañadas de una suspensión en los pagos de impuestos.
«Los países más avanzados lo entendieron muy bien. Es imposible que la carga de esta paralización económica sea asumida por el sector privado», dijo.
Hiperinflación
La economía venezolana ha estado inmersa en una brutal hiperinflación desde hace dos años. Sin embargo, en los últimos meses se ha desacelerado la tasa del índice de precios, debido a la cierta estabilidad que ha mantenido la tasa de cambio paralela y de un mayor abastecimiento de bienes.
Pero esta aparente mejora parece haber llegado a su fin, puesto que Maduro tendrá que inyectar más recursos a la economía de la única manera que sabe hacerlo: monetizando el déficit o lo que es lo mismo, pidiéndole al BCV que emita dinero inorgánico.
A juicio de Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica, las medidas ratifican la nula capacidad del régimen de Maduro para darle estímulo a la economía en medio de su peor momento histórico. De hecho, las mismas pueden exacerbar los desequilibrios.
La consultora, que había calculado en 10% la caída del Producto Interno Bruto (PIB) venezolano para este año, ahora estima que esa cifra estará más cerca del 20%, deprimiendo a sectores que mostraron «algo de respiro» como el comercio y los servicios. Este número inquieta aún más cuando se observa que la economía del país ha perdido 60% en seis años.
«Como era previsible, lo que viene es una inyección brutal de gasto en bolívares y/o petros, que en medio de una aguda restricción externa, va a presión rápidamente la tasa de cambio y la inflación. Sin mejores sustanciales para la gente, especialmente los sectores más vulnerables», sostuvo Oliveros.
Por su parte, el profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), José Manuel Puente, considera que para cubrir el pago de nómina de las pequeñas y medianas empresas, el gobierno debe realizar una inyección de bolívares o petros muy importante y eso será «gasolina pura para el tipo de cambio y para la inflación venezolana. El tipo de cambio lo que está haciendo es agarrando impulso para ajustarse en el futuro».
Explicó que la única manera que tiene Maduro para asumir el pago de nómina de las pymes, «es ampliando el déficit fiscal».
Banca en crisis
Quizás la resolución más relevante y donde existían mayores expectativas, pudiera ser ahora, la de mayor preocupación para el sector productivo y muy especialmente para la industria bancaria nacional, destacó Leonardo Buniak.
«Suspender los pagos de capital e intereses a todos los créditos otorgados supone un golpe directo al corazón del sistema bancario. La principal fuente de rentabilidad y de solvencia de una entidad es la contabilización de ingresos por créditos otorgados, médula del negocio de intermediación financiera», dijo.
Explicó Buniak que no contabilizar ingresos por créditos durante un semestre en medio de un proceso de hiperinflación que multiplica al alza los gastos administrativos y en un contexto donde la colocación de créditos está extinguida dada el encaje marginal del 100%, supone casi decretar la inviabilidad e insostenibilidad del sector. Y vale recordar que el sistema financiero, es el sistema circulatorio del país.
«Con esta decisión se produce lo peor de ambos mundos: Primero, al dejar el encaje legal de la banca en los niveles actuales, se elimina la posibilidad de otorgar nuevos créditos que irían al torrente sanguíneo del sector productivo. Duro golpe a un flujo de caja que promete estar diezmado por el proceso de paralización casi total que implica la cuarentena social. Y por otra parte, se introducen enormes interrogantes acerca de la viabilidad económico financiera de la banca venezolana», sostuvo el economista.
El director de la consultora Aristimuño Herrera y Asociados, César Aristimuño, coincide con que las medidas no contribuyen a suministrar los estímulos económicos necesarios que de manera urgente necesita la economía e inclusive pueden agravar aún más la ya delicada realidad del país.
A su juicio, mientras no se disminuya el encaje legal, se ajusten a la baja las multas que debe pagar la banca por el incumplimiento del encaje y/o se le autorice a la banca contabilizar de manera distinta sus principales gastos con el fin de no agravar aún mas los beneficios de la banca, no será posible generar nuevos financiamientos a sus clientes independientemente de su actividad económica.
«Mucho menos ahora que se le impone una moratoria de seis meses para la cartera de créditos comerciales que representan 50,44% del total al cierre de 2019. Esto significa que el capital más los intereses que provienen de esta cartera no podrán ser cobrados, lo que afecta de manera importante los ingresos financieros de la banca y por ende su flujo e caja en efectivo», afirmó.
Por otra parte, Aristimuño llamó la atención de un punto relevante y que había sido un punto positivo para el sector desde hace muchos años, el índice de morosidad se elevará exponencialmente luego de años en bajos niveles. Esto afectará todos los resultados de la banca, los cuales ya venían mostrando una preocupante caída desde el año pasado.
«Atacar su salud no es un problema que atañe solo a sus accionistas, sino a las millones de personas naturales y jurídicas que tienen recursos en las instituciones financieras tanto públicas como privadas», indicó.
Por último, Maduro no informó cómo va a financiar el paquete de medidas ni el monto de los recursos que erogará para ello. Tampoco sí se reunirán nuevamente con el sector privado que aún sobrevive en el país para llegar a un tipo de acuerdo.
Pero mucho menos que estaría dispuesto a renunciar a alguno de sus privilegios como mandatario a cambio de una flexibilización de las sanciones y con ello, conseguir financiamiento externo para destinarlo a programas en pro de los más necesitados y para minimizar el impacto de la paralización de actividades en la economía.