Mejor no, por Teodoro Petkoff
La perspectiva de que, conforme a lo que dice y repite Chacumbele, la reforma constitucional rechazada el 2D sea replanteada después del 2012, si se le aprueba la reelección indefinida, está acompañada de la incertidumbre, perfectamente calculada, que genera la redacción de la pregunta para el referéndum. ¿Por qué esa pregunta no fue redactada del modo simple y directo que es propio del tema, sino que se ha presentado un texto confuso y enredado, que enmascara el propósito de la remienda de varios artículos de la Constitución? ¿Por qué no se pregunta, claro y raspao, si se está de acuerdo o en desacuerdo con la modificación de los artículos tales y cuales para permitir la reelección indefinida del Presidente, gobernadores, alcaldes y diputados? Este mero hecho es tan capcioso, que aquellos compatriotas que todavía se debaten en la duda acerca de cómo votar e, incluso, de hacerlo o no, tendrían en ello un motivo de reflexión para la toma de su decisión. En principio, aprobar la enmienda comportaría darle un cheque en blanco a sus promotores. Aunque todo el mundo crea que de lo que se trata es de decidir, SÍ o NO, sobre la reelección indefinida, la verdad es que si fuere aprobada la remienda, nada impediría que los artículos fueran modificados luego por la Asamblea Nacional en el sentido, por ejemplo, de alargar el periodo presidencial a siete u ocho años o, llevando las cosas al absurdo, establecer la presidencia vitalicia.
Revise el lector la redacción de la pregunta y podrá darse cuenta de que en ella no se dice para qué es exactamente la en-mienda. La verdad es que cuesta trabajo imaginar una marramucia de esta magnitud, pero si algo de-muestran estos diez años es que de esta gente se puede esperar cualquier cosa. En la duda, parecería que mejor es votar NO.
Porque la duda no sólo planea sobre la redacción de la pregunta sino sobre todo lo que podría traer la aprobación de la reelección indefinida. ¿Puede alguien estar seguro de que un voto SÍ mayoritario no sería asumido por el Presidente como un mandato para avanzar por el camino de nuevas y mayores limitaciones al ejercicio de la propiedad, no sólo en el caso de las grandes empresas sino, también, en el sentido de nacionalizar taxis y/o busetas? ¿Se puede estar seguro de que la aprobación de la remienda no traería, por vía ejecutiva (como pasó con el cambio de nombre de la FAN y con la creación de la milicia, rechazadas el 2D), la instauración de «vicepresidentes» designados por el Presidente, para anular por completo a los gobernadores, tal como se proponía en la reforma rechazada? La sabiduría popular aconseja «en la duda, abstente», pero en este ca-so, más que abstenerse, mejor es votar NO.