Mercedes Ojeda Reyes, un hada de bata blanca, por Rafael A. Sanabria M.
Como médico, Mercedes Josefina Ojeda Reyes, ha predicado y practicado la sencillez, la humildad, el bien, el honor, la disciplina. Considera que el más alto valor y dignidad del hombre dependen del mejor desempeño de las funciones que se le hayan sido encomendadas y del mayor servicio social prestado.
En el campo médico propiamente dicho han sido múltiples sus actividades, impregnadas de una bondad inquebrantable que ha hecho de ella un médico-sacerdote porque no sólo atiende las dolencias del cuerpo de sus enfermos, sino a las angustias del alma de sus pacientes, lleva una vida modesta porque en el aspecto material de su profesión no ha hecho más que dar, ayudar y aliviar.
Ha estado para servirle a su pueblo en todo momento, sin importarle la cuna, la posición social o económica, su norte es salvar vidas.
La Mercedes mujer es tan grande como la Mercedes médico. Por eso se explica la existencia de tantos quienes la admiran más en su calidad humana, por cuanto no sólo ha sido una mujer buena, sino el prototipo de mujer guía, de la mujer desprendida de lo material ,pues su alto espíritu humanitario es el antídoto más efectivo para restituir la salud de sus pacientes.
La armonía existente entre su generosa humanidad y el apostolado al que ha consagrado su existencia hacen de Mercedes Josefina una venezolana digna del reconocimiento perenne y la emulación creadora de las nuevas generaciones.
Nace en El Consejo el 20 de enero de 1962, hija del modesto hogar de Martín Ojeda y Carmen Reyes.
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Sus hermanos: Ana Rosa, Yolanda, Migdalia Josefina, Norma Coromoto, Martín Ramón Ojeda Reyes y José Rafael Runque (cheo).
Es madre de dos hijos.
Realiza su primaria en el Grupo Escolar Juan Uslar.
Cursa el ciclo básico común en la Unidad Educativa Manuel Cipriano Pérez.
Obtiene el título de Bachiller en Liceo Nacional José Félix Ribas.
Se gradúa de médico cirujano, en la Universidad de Carabobo, núcleo La Morita- Estado Aragua (1992).
En su afán de superación ha realizado varios diplomados y especializaciones, entre ellos: oncología médica, salud ocupacional, audiología, espirometría, entre otros.
Ha laborado en centros de salud pública de la región aragüeña, médico ocupacional de diversas empresas en el eje este de Aragua. Actualmente labora como médico ocupacional en el hospital Lic. José María Benítez.
Ha sido merecedora de múltiples reconocimientos por instituciones públicas y privadas en función a su loable actuación como profesional de la medicina.
El Consejo su pueblo natal es testigo de su entusiasmo y fecundidad por el desarrollo de su espíritu de renovación y luz.
Su terruño la llama: abnegada cual un apóstol, perseverante como un misionero y empeñosa como una profeta, será Mercedes siempre en el hospital y en las calles una legítima médico de personalidad completa, plasmada en viva emoción y demostración clara de progreso profesional. Gloria legítima de El Consejo y Venezuela por la grandeza de su obra que será evocada en todo tiempo por el pueblo agradecido. Pues la robustez de su pensamiento va pareja a la grandeza de su alma.
Probidad, exaltación de la función médica, espíritu público, moralismo relevante, visión exacta de la realidad médico- social y cultual, gallardía, alta dimensión humana, trabajadora incansable y consumada profesional, son entre otras las cualidades que sobresalen en la noble médico.
Mercedes Ojeda, llega a esta página no sólo por ser médico, sino también por su alto grado de sensibilidad social que ha demostrado y la ha convertido en un filántropo a granel.
Su familia se siente orgullosa, la medicina le agradece su apostolado y El Consejo le lleva en el corazón.
Con motivo del día del médico, recibe estas cortas pero muy sentidas palabras, en agradecimiento a tu labor médica, fecunda en acción creadora y acento humano para con todos tus pacientes.
Decir doctora Mercedes en El Consejo, es sentir su presencia inmediata como llama encendida que todo sana.
Sin duda alguna, esta noble mujer es un mensaje de la Venezuela que avanza.
! Saludos, Meche!
Auténtica consejeña