Mercosur: ¿en terapia crítica?, por Félix Arellano
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Se ha efectuado la 64 Cumbre semestral de Jefes de Estado del Mercosur en La Asunción, Paraguay el pasado lunes 08 de julio y el panorama del bloque resulta desolador. Para algunos ha sido la Cumbre de la discordia. Los problemas estructurales, de vieja data, se mantienen; el fantasma ideológico, que polariza y paraliza, sigue latente, con la disruptiva del presidente Javier Milei de Argentina, ausente de la Cumbre por atender compromisos políticos en Brasil y, las negociaciones internacionales, que representaban una potencial tabla de salvación del bloque, también han entrado en tensión,
Los temas estructurales son de preocupación ya que se vienen acumulando desde los primeros años del proceso de integración y, entre otros, tienen que ver con los obstáculos que aún persisten en el acceso al mercado, pues no se ha enfrenado con firmeza las medidas no arancelarias que mantienen cada uno de los gobiernos. En el plano político, el sistema de toma de decisiones se mantiene ambiguo, por la resistencia a la supranacionalidad de las normas y el sistema de solución de diferencias se caracteriza por un marcado nivel de discrecionalidad.
Por otra parte, el tema de la unión aduanera sigue generando una gran incertidumbre, se mantienen tantas excepciones, que algunos definen al Arancel Externo como «poco común». Al respecto, no se ha eliminado las excepciones nacionales de cada país y persisten excepciones sectoriales en: azúcar, automotor, bienes de capital, informática, telecomunicaciones y algunos productos del sector textil.
Adicionalmente, la unión aduanera se enfrenta con las contradicciones, actualmente en debate, en relación a la posibilidad de realizar negociaciones comerciales individuales con terceros países, vulnerando la normativa comunitaria (Decisión 32/00).
La ausencia de mecanismos de equidad también forma parte de los problemas estructurales, generando un vacío que afecta a los sectores más sensibles; empero, sorprendentemente, es un tema al que el bloque no le ha prestado mayor atención.
Tal lista de problemas. que definimos como estructurales, no es exhaustiva, pero los casos se van acumulando y complicando en el tiempo. Adicionalmente, van apareciendo otros nuevos, como es el caso del factor ideológico, polarizante y paralizante. En principio se estimaba que tal factor obedecía a la incorporación del gobierno venezolano como miembro pleno del Mercosur, inicialmente aceptado en el año 2006 y formalmente incorporado, de forma irregular, en el 2012.
Pero Venezuela ha sido suspendida del bloque, con la aplicación de la cláusula democrática del Mercosur, el Protocolo de Ushuaia (agosto 2017), y el tema ideológico se ha mantenido de la mano de presidentes como Jair Bolsonaro de Brasil, Alberto Fernández y Javier Milei de Argentina.
Por otra parte, las negociaciones comerciales con terceros países, que se proyectaba como la tabla de salvación del bloque, en la medida que contribuían a lograr una mayor cohesión; en tiempos recientes se está enredando, particularmente, con la desafiante posición del presidente Luis Lacalle Pou de Uruguay, interesado en iniciar negociaciones individuales de libre comercio con China, en detrimento de la normativa comunitaria relativa a la unión aduanera.
El tema de las negociaciones internacionales se ha incrementado y complicado en el tiempo. Cabe recordar el caso de la negociación con la Unión Europea, que inicia en 1999 y, luego de dos décadas se logra la firma del acuerdo, en el 2019; pero, hasta el presente los países europeos no avanzan en la ratificación del acuerdo, por lo que se podría considerar como un potencial fracaso.
En ese largo proceso de negociación con la UE, el Mercosur amplio las opciones de negociaciones incluyendo a varios países en la agenda, ha sido el caso de: Singapur, Canadá, Corea del Sur, la EFTA, Indonesia, Líbano; una ambiciosa agenda que, en su momento, el presidente de Argentina Alberto Fernández cuestionó. De esa larga lista se ha logrado concluir la negociación del acuerdo con Singapur (diciembre 2023), pero se observa un estancamiento en los otros frentes; empero, diálogos exploratorios, con el ánimo de realizar algún avance en materia comercial, se han iniciado con una larga lista de países que incluye: Vietnam, Unión Económica Euroasiática, Nigeria, Tunes, Marruecos, Turquía, Georgia, Siria, Bangladesh, Malasia, Japón y Emiratos Árabes Unidos.
Para esta 64 Cumbre la Secretaria reportó como avances, la reducción de un 10% de los niveles del Arancel Externo Común (AEC), una señal contradictoria, pues sumando la reducción del nivel del AEC y la lista de excepciones vigentes, la tendencia se orienta a una posible eliminación del arancel. También se informó sobre la reforma de la normativa de origen del bloque (Decisión CMC 5/23), un paso importante, que puede resultar poco relevante si persisten las restricciones de acceso al mercado.
El gran avance de la presente Cumbre ha sido la incorporación de Bolivia como miembro pleno del Mercosur, decisión que estaba pendiente desde hace varios años, y políticamente fortalece a las dos partes. Además, resulta un caso novedoso, toda vez que Bolivia se posiciona como miembro pleno en los dos bloques de integración existentes en la región, situación que técnicamente resulta posible, toda vez que la Comunidad Andina ha suspendido la aplicación de su Arancel Externo Común (Decisión 805 del 15 de abril del 2015).
La participación de Bolivia aporta mayor fuerza al Mercosur en la región, pero también abre otro frente de tensión en la unión aduanera, por la tendencia boliviana a mantener bajos niveles arancelarios, en contravía a la practica en el Mercosur. Por otra parte, esperemos que su participación no estimule del factor ideológico. El presidente Luis Arce, que está enfrentando el ataque ideológico del expresidente Evo Morales, debería estar consciente de las negativas repercusiones de ese inútil debate.
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Otro elemento de la Cumbre que nos involucra, tiene que ver con la declaración del presidente Lula Da Silva de Brasil, manifestando su interés por una pronta reincorporación de Venezuela en el bloque. Un tema complejo, que exige de una exhaustiva reflexión, pues no debemos olvidar que la incorporación fue producto de un proceso ideológico, inconsulto, a espaldas de las necesidades e intereses del país e irregular en el marco de la normativa del Mercosur, al respecto, en su momento, algunos medios titularon que Venezuela estaba ingresando: «por la ventana o la puerta trasera».
Félix Arellano es internacionalista y Doctor en Ciencias Políticas-UCV.
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