Mercosur: tiempos sombríos, por Félix Arellano
El nuevo año 2020 no se presenta muy alentador para el Mercosur. Existía la esperanza que al suspender al proceso bolivariano, el miembro díscolo, el bloque lograría retomar la senda del crecimiento, empero varios problemas se mantienen y el factor ideológico, perversamente inoculado en el sistema, sigue generando complicaciones; en estos momentos, los agresivos comentarios del Presidente de Brasil, los vientos radicales en Argentina y el posible desinterés del nuevo gobierno del Uruguay, anuncian un nuevo estancamiento en el Mercosur.
El peso de Brasil en el bloque es significativo, es su gran promotor y principal mercado, empero, no ha dedicado mayores esfuerzos para fortalecerlo. En buena medida los principales mecanismos, como el arancel externo común, han sido construidos con un marcado sesgo brasileño. Por eso causó tanta sorpresa los duros comentarios contra el Mercosur del candidato Jari Bolsonaro y varios de sus más cercanos asesores, en la pasada campaña electoral brasileña, todo parecía indicar que al llegar al poder se decretaría el retiro del bloque.
Los hechos indican que tal agresividad ha sido un falso discurso electoral, pues al llegar al poder la virulencia contra el boque ha bajado y, luego, con la firma del acuerdo con la Unión Europea, después de dos décadas de negociaciones, el discurso cambio; empero, la atención se ha concentrado casi exclusivamente en la inserción internacional, tema importante, pero poco eficiente si no se superan los problemas internos.
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La agenda internacional en alguna medida une al bloque, pero también se han observado diferencias en la orientación futura de la inserción comercial internacional, y algunos apoyan el inicio de prontas negociaciones de libre comercio con los Estados Unidos, otros, por el contrario, se inclinan a favor de China. Pero insistimos que la agenda de problemas internos sigue pendiente y eso resta credibilidad y confianza a la comunidad internacional.
Se establece como prioritario la apertura al mercado internacional, pero poco se avanza en la situación de los obstáculos internos al libre comercio en el bloque. Sigue pendiente enfrentar el tema de las restricciones no arancelarias que limitan la consolidación de la zona de libre comercio. Se mantiene un esquema discrecional de solución de diferencias, se menosprecia el tema de la equidad en el comercio, en particular, lo relativo al tratamiento especial y temporal de empresas, sectores productivos o incluso países que presenten problemas de competitividad.
Resulta indispensable una evaluación profunda de la unión aduanera, pues tanto los niveles del arancel externo común, como el tema de las negociaciones con terceros países requieren de una revisión, algunos proponen flexibilización y, los más radicales, plantean la eliminación de esta etapa, lo que se corresponde con lo que se ha llamado la crisis estructural de las uniones aduaneras en el marco de la globalización de la economía mundial
En estos momentos el tema político predomina en la agenda, pues el Presidente Bolsonaro ha emitido duros comentarios contra el nuevo gobierno de Argentina, que toma posesión el próximo 10 de diciembre y ha anunciado que enviará una delegación de muy bajo perfil al acto, encabezada por el ministro de ciudadanía. Por otra parte, Alberto Fernández, el nuevo Presidente de Argentina, está presentado algunas señales de radicalismo, que si bien pueden tener una razón interna, por el peso del radicalismo peronista en su contundente triunfo, no garantiza tiempos mejores para el Mercosur.
Por ahora, el Presidente Fernández ha preferido al México de AMLO para realizar su primera visita como presidente electo, rompiendo la tradición de visitar a su vecino y principal socio comercial Brasil. Adicionalmente, ha privilegiado la relación con el Grupo de Puebla, de ambiguas posiciones en temas fundamentales como los derechos humanos y la institucionalidad democrática. En la medida que la relación entre los dos grandes fundadores del Mercosur se deteriore, las consecuencias para el Mercosur y para toda la región pueden ser impredecibles.
Por su parte. El nuevo Presidente del Uruguay, Luis Lacalle Pou, en sus pocas referencias al Mercosur, ha subrayado conceptos como revisión, flexibilidad; resaltando como un tema relevante de su política exterior, el dinamismo en la inserción del Uruguay en la economía mundial, sin considerar que la unión aduanera del Mercosur represente un factor fundamental y, menos aún una limitación.