Microcurso para ser un macroinfluencer, por Reuben Morales
Porque el número de seguidores determinará su éxito, sus amistades y sus talentos, le traemos la fórmula que le hará tener más “K” que una Kardashian pagando karma en el Ku Klux Klan. Para empezar, no crea en ningún curso de redes sociales que haya tomado. Todos esos consejos de “Especialízate en un área”, “Interactúa”, “Identifica tu red social”, “Haz una agenda de contenidos”, “Agrega valor” y “Monetiza” agárrelos, métalos en un sobre y mándelos a Wuhan para que les dé un buen Coronavirus.
Si usted es músico, coach, comediante, médico, chef o una madre que busca explotar a su hijo en YouTube haciéndole abrir juguetes; consejo número uno para ser macroinfluencer: no haga aquello en lo que es bueno. Lo que debe hacer es (y en este momento sienta que usted es Luke Skywalker y yo soy Yoda, a punto de pasarle la Fuerza Jedi)… ¡Ta, ta, ta, taaaaan!… Crear una polémica.
Es aquí donde comienza el microcurso para ser macroinfluencer:
PASO 1: elija a otro influencer como objetivo de su odio.
PASO 2: dedíquele un mensaje personalizado. Si no le gusta la opción personalizada, omítalo dirigiéndose a este, pero muy importante: nunca diga su nombre. Que todo sea una insinuación. Ese sabor de dejar a la gente imaginando a quién va dirigido les hará sentir presidentes de Wikileaks.
PASO 3: grábese bravo y como si tuviese a esa persona enfrente. Usted debe notarse tan, pero tan molesto, que sus seguidores piensen: “Si estos dos se encuentran en vivo, se van a caer a tiros”. Sin embargo, hay una conclusión importante para este paso. Cuando llegue el día de encontrarse en vivo con esa persona, evádala o arme otra estrategia para aumentar seguidores: Hagan las paces y tómense una foto juntos, de mil amores, diciendo que ya son maduros y que el amor es el verdadero motor que debería mover al mundo.
PASO 4: todos están equivocados. Usted tiene la razón. Esto aplica cuando el objetivo de su polémica no es una persona sino la población de todo un país. Dígales que son unos brutos y que el país está como está por culpa de ellos. Siempre es bueno agregar un poco de teoría de conspiración en esta fase. Deje ver que usted sabe algo muy comprometedor que nadie más sabe, pero (muy importante) usted no lo puede revelar (y no lo revelará jamás porque en el fondo es mentira).
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PASO 5: cierre sus cuentas. Diga que cayó en una depresión y que se tomará unos días para reflexionar y reencontrarse consigo mismo.
PASO 6: reabra sus redes, pero ahora diga que solo se dedicará a trabajar, pues aprendió que lo realmente importante es la familia y aquel talento inicial que lo llevó a la fama: su oficio.
PASO 7: tras semanas y meses de aburrimiento… vuelva al paso uno.
¿Cómo saber si usted aprobó el curso? ¡Muy fácil! Si usted, por ejemplo, es cantante, entonces anuncie un concierto. Si alguien dice: “¡Claro que voy! ¡Es mi cantante favorito!”. Usted ha fracasado. Ahora, si alguien dice: “¿Pero él es cantante?… ¡Ay, yo no sabía! Yo lo sigo en redes es porque se la pasa peleando y me da risa”. ¡Felicitaciones! Usted se ha convertido en un macroinfluencer.