Mientras usted llora, otros le venden los pañuelos, por Carlos Bracho
La Venezuela que estamos viviendo es sin duda compleja y muy distinta a la de unos años atrás, es que sin ir muy lejos cada semana nos presenta un panorama completamente distinto, lleno de retos complejos que muchas veces nos apartan de nuestras metas, no los culpo, no es fácil vivir en el país con la inflación más alta de Latinoamérica, por no terminar de decir el mundo.
Ante esta crisis, ante tantas carencias, necesidades, retos y contratiempos complejos que nos presenta el vivir en un país como Venezuela, me ha llamado la atención como muchos emprendimientos están saliendo a flote, y es que cada vez son más las personas que están creando alternativas que ayuden a sobrellevar esta crisis y que ante tantos posibles escenarios negativos al menos puedan hacer algo que los llene, los motive y los ayude a estar mejor, si, así como lo lees, sorprende ver como muchos venezolanos no sólo están haciendo sus emprendimientos para crecer económicamente sino que también los están haciendo para nutrir su alma, su espíritu y sus emociones, por muy esotérico que suene, muchos venezolanos están empezando a entender que más allá de trabajar para sortear la crisis política, social y económica que tenemos en el país, es vital realizar actividades, proyectos y trabajos que nos den paz, que nos ayuden a mantenernos en equilibrio con nuestros sentimientos, que nutran nuestra fe y que nos ayuden a impulsar el país.
En la Venezuela de hoy en día tenemos emprendimientos que van desde jabones artesanales hasta carritos de comida que luego en poco tiempo se han convertido en grandes restaurantes franquiciados generadores de empleo con pagas muy por encima del sueldo mínimo.
Cada vez que veo que en este país se levanta un nuevo emprendimiento, me hace sentir muy bien, pues me llega ese sentimiento de tierra fértil, ese sentimiento de esperanza que nos invita a pensar en lo posible y apartar las limitaciones a un lado; sin duda alguna el venezolano no se rinde, no importa la circunstancia, no importa el momento, acá en Venezuela luchamos y seguimos adelante siendo más fuertes que cualquier circunstancia, eso está más que claro.
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No quiero tampoco irme al extremo el optimismo, pues, desanimarse muchas veces está bien, incluso creo que muchas veces eso nos impulsa a vernos en retrospectiva y hacer cambios necesarios que nos lleven a elegir caminos o decisiones exitosas; sin embargo, de lo que si estoy seguro es que no podemos ver el vaso siempre medio vacío, eso no nos ayuda de nada, incluso caso contrario nos info más en un círculo vicioso que no nos permite avanzar. Cómo sé que la mayoría de los artículos y noticias que leerás serán de política, economía o algo referente a la situación país que ya la conoces muy bien, entonces decidí hablarte desde el entendimiento y el corazón, para que si usted está pasando por algún problema o se siente estancad@, entonces es tiempo de cuestionar su camino, tomar decisiones y avanzar; recuerde que mientras usted llora, hay otros que no solo están haciendo pañuelos, sino que también los están vendiendo y a muy buen precio.