Migrante retornado: «No fue fácil cruzar la frontera»
El ciudadado venezolano Kevin Torres, quien decidió emigrar hace seis años a Colombia, regresó al país a través de la frontera Táchira- Norte de Santander para evitar que le quiten su casa en Valencia (Carabobo) y porque «estar fuera es muy fuerte», aun contando con estatus legal y permisos
Autor: La Nación
Tres grandes carretillas repletas de maletas, colchones y con cinco perros, tres cachorros, y un pollo distribuidos sobre las pertenencias, llamaron la atención de los ciudadanos de frontera al cruzar la avenida Venezuela de Táchira, haladas por una familia de migrantes que retornaban al país tras haber vivido seis años en Bogotá, Colombia.
«Vengo con mis dos hijos, mi esposa, mi suegra, un cuñado y un primo», soltó Kevin Torres, venezolano que emigró al vecino país hace más de un lustro y este lunes 3 de febrero lograron cruzar la frontera para pisar nuevamente su tierra, tras una travesía en la que llevan más de dos meses caminando desde que dejaron la capital colombiana.
Torres precisó que uno de los motivos que los empujó a regresar es la casa que tienen en Valencia, en el estado Carabobo, la cual tiene varios años sola y se la quieren quitar. «Segundo, es duro estar afuera, ya que se paga el arriendo, los servicios y la cosa está muy dura».
«Esto ha sido muy duro»
Indicó que en Bogotá trabajaron en varios oficios y contaban con sus permisos de permanencia. «Estábamos legales, pero estar fuera del país llevando humillaciones de otros y con ganancias que solo dan para comer, pagar el arriendo y sin poder reunir para algo más es muy fuerte», recalcó, al tiempo que subrayó que las mascotas, parte de su núcleo familiar, los acompañan es este viaje.
«Ellos son parte de la familia y a uno el corazón no le permite dejarlos», reiteró para luego dejar por sentado que durante la peripecia han intentado quitárselos. «Esto ha sido muy duro, pero el que anda con Dios nada le pasa», sentenció.
Aunque no está seguro con cuál escenario se va a tropezar una vez pise Valencia, le alegra la idea de saber que va a volver a ver su mamá, abrazarla tras seis años de ausencia, de no compartir un desayuno o un almuerzo con ella.
«No fue fácil cruzar la frontera»
Kevin lamentó el no haber recibido el apoyo de las autoridades al momento de cruzar el puente internacional Simón Bolívar. «Tuvimos que pasar cada bulto por separado, mientras otros iban cuidando las carretas que, finalmente, conseguimos cruzar por las trochas».
Han sido más de 60 días durmiendo a la intemperie, comiendo de las pocas reservas que llevan y de lo que algunas personas le han ofrecido. «Acá en Venezuela, esperamos que Dios le toque el corazón a alguien y nos pueda llevar en un camión porque son tres carretas», recalcó al asegurar que la Providencia les dará la fuerza necesaria para seguir el trayecto que les queda, el cual aún es kilométrico.
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