Mireya Rodríguez: Elecciones podrían forzar el inicio de una transición en Venezuela
La especialista en conflicto y negociación advierte que todos los involucrados en estas elecciones «deberán abandonar la narrativa de estar frente a una dictadura, con todo lo que ello implica, en especial sobre la figura de Guaidó y los países que aún lo sostienen a nivel internacional»
El pasado 13 de agosto, delegaciones del oficialismo y la oposición mayoritaria firmaron un memorando de entendimiento en México, bajo la mediación del Reino de Noruega, para iniciar un nuevo proceso de negociación con el objetivo de encontrar una salida política a la crisis venezolana.
Con siete puntos y una metodología clara, las delegaciones lideradas por Jorge Rodríguez, por el chavismo, y Gerardo Blyde del lado opositor, se reunieron en cuatro oportunidades antes de paralizar el proceso tras la extradición del empresario colombiano Alex Saab, a quien la administración Maduro defiende como su diplomático, a Estados Unidos.
Mireya Rodríguez, profesora universitaria y expresidenta del Foro Mundial de Mediación, analiza que la interacción cruzada de algunos factores internos y externos de importancia están generando unas «dinámicas políticas sorprendentes, que se nos escaparían si los vemos de manera aislada».
En particular, menciona cinco factores internos que están afectando «configurando nuevos escenarios políticos y económicos en el corto plazo», entre ellos la realización de elecciones regionales y municipales, «marcadas por una mezcla de indiferencia, cansancio y rabia por parte de la población; la decisión de participar de la Plataforma Unitaria, a pesar que no aglutina todas las expresiones opositoras; el descrédito generalizado del liderazgo político, tanto del régimen como de la oposición; la nueva investigación que el fiscal Tarek William Saab abrió contra Juan Guaidó; y la reconversión monetaria y el nuevo cono llamado bolívar digital, que eliminó seis ceros a su valor actual.
Además, Rodríguez menciona que, de manera complementaria, se han producido eventos externos de alto impacto directo sobre la estabilidad del régimen y la credibilidad de la Plataforma Unitaria.
Entre los más significativos enumera las denuncias por manejos irregulares de los recursos asignados al «ex gobierno interino» y por la gestión amañada de empresas como Citgo y Monómeros; la extradición del empresario colombiano Alex Saab a Estados Unidos y el pronunciamiento de Rusia a su favor; la sorpresiva invitación de Nicolás Maduro a reestablecer relaciones diplomáticas y comerciales con Colombia, luego de años de abierto conflicto con Iván Duque; la extradición de Hugo Carvajal desde España, otra pieza central del entramado de corrupción y vínculos con el narcotráfico a escala internacional; y por último, la visita del Fiscal de la Corte Penal Internacional Karim Khan a Venezuela, quién tiene a su cargo la investigación por presuntos crímenes de lesa humanidad.
Para la especialista en negociación, la interacción de estos once factores internos y externos permite dibujar un nuevo panorama político a corto y mediano plazo, que afectarán de manera diferenciada a los actores involucrados y a la negociación misma:
- En cuanto a las elecciones regionales y municipales:
La dispersión de las fuerzas opositoras podrá favorecer a las fuerzas del régimen, que siempre se han caracterizado por asistir estratégicamente unidos a los eventos electorales. Esta tendencia se vería reforzada por el clima de leve mejoría en materia de abastecimiento de alimentos y medicinas. Sin embargo, no debe menospreciarse la opinión de la población que -según Delphos- la intención de voto entre quienes afirman estar muy seguros de ir a votar es de 38.2% para los movimientos opositores (G4+Alianza Democrática), 28.5% para el GPP, mientras que 30.4% se mantiene indeciso. Faltaría por ver por quién se deciden los que No Saben, o si la oposición termina por unirse al final de la campaña.
- Por la dispersión de la oposición
Estas elecciones regionales y municipales actuarán indirectamente como unas elecciones primarias, ya que darán información del estado actual de los liderazgos y de sus estructuras, que han estado abandonadas luego de la estrategia de no participar en los eventos electorales convocados por el régimen. Asimismo, permitirá determinar quien tendrá la legitimidad para afirmarse como la oposición frente al gobierno de Maduro. Este veredicto será clave para la recomposición o no de las fuerzas opositoras en Venezuela.
- Un Poder Ejecutivo amenazado y en ascuas:
Debido al impacto cruzado de la extradición de Alex Saab a Estados Unidos, (sazonada con la de «el Pollo» Carvajal y Claudia Díaz), la vigencia de la orden de captura de Nicolás Maduro emitida por la DEA así como la visita del Fiscal de la Corte Penal Internacional, cuyo informe será pospuesto para el año próximo. Tomando en cuenta la importancia de estos acontecimientos, no descarto que pudiera ocurrir un futuro vacío de poder a nivel del Ejecutivo.
Mientras se dilucida ese escenario, Maduro podría desplegar una ronda internacional para hacer valer la legitimación externa generada por unas elecciones regionales y municipales observadas por la comunidad internacional y vaciar el apoyo de los países que siguen apoyando a la figura de Guaidó. Ya hizo su primer acto en esa línea, al viajar a México con motivo de la celebración de la Cumbre del Celac. Debe ganar tiempo mientras Saab devela su trama.
- Una Asamblea Legislativas ganando terreno:
Las elecciones de noviembre servirán para legitimar a este actor, clave para aprobar los acuerdos internacionales mediante los cuales el régimen podrá recibir fondos y créditos internacionales, hasta ahora imposibilitados de hacerlo.
- Mantenimiento de la suspensión de la mesa de negociaciones:
El régimen ha asumido una posición de principios en relación a su solidaridad con Saab, cuya modificación sólo podría ser intercambiable –a mi juicio- por el levantamiento de algunas sanciones muy importantes o a la devolución de activos a la República que todavía están en manos del cuestionado grupo de Guaidó.
- Regularización accidentada de las relaciones con Colombia:
Lo cual podrá ocurrir a partir de la designación de sendas Comisiones nombradas por los Congresos de ambos países. Todo ello, a pesar del rechazo y desconocimiento de Maduro por parte de Iván Duque.
- Una transición forzada para Venezuela:
Paradójicamente, una mesa de negociaciones en principio muy inefectiva –por la debilidad política de sus actores- aunada a un conjunto de factores externos inesperados y extremadamente relevantes, han puesto en marcha unas dinámicas que -aun favoreciendo al régimen- podrían significar el inicio de una transición forzada en Venezuela.
La profundidad o el alcance de esta transición forzada por factores externos dependerá de los resultados electorales, ya que podría dar inicio tanto a un proceso de apertura política por parte de un régimen ya legitimado por las elecciones, como a una reorganización de las fuerzas opositoras, con el que podrían reiniciar una reconexión con la población y prepararse para las elecciones presidenciales en el 2024. El gran interrogante será el rol que jugarían las Fuerzas Armadas, que podrían también verse involucradas en las denuncias de los extraditados, en esta recomposición política.
Todos deberán estar conscientes de que desde estas elecciones deberán abandonar la narrativa de estar frente a una dictadura, con todo lo que ello implica, en especial sobre la figura de Guaidó y los países que aún lo sostienen a nivel internacional.
*Mireya Rodríguez también es facilitadora de diálogo y especialista en negociación y otros medios alternos de resolución de conflictos