Mondelēz Venezuela: eficiencia y competitividad son pilares para revivir la industria
Hace 10 años se constituyó Mondelēz Venezuela como un conglomerado de marcas con más de un siglo de tradición. Pese a que permanece en el país, ha padecido una década de crisis hasta que finalmente parece empezar a repuntar, aunque no sin antes revisar las políticas económicas que implementa el gobierno de Nicolás Maduro
Ejercer actividades empresariales en Venezuela durante la última década puede considerarse una proeza, pues las políticas del gobierno chavista no solo condujeron a la debacle industrial sino que además presionaron a los empresarios hasta el límite.
Para 2018, año en el cual la hiperinflación alcanzó su pico, el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) calculaba la desaparición de unas 500.000 empresas desde 1998, directamente bajo el gobierno chavista.
Entre las empresas desaparecidas, figuran diversas multinacionales con inversiones prominentes en Venezuela que fueron expropiadas o que decidieron retirarse para evitar perder recursos manteniendo sus operaciones. De esta manera, marcas como Mattel, GoodYear, Clorox, Kellogg’s, Kimberly-Clark y Colgate-Palmolive dejaron de producir en territorio nacional.
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Por el contrario, muchas otras empresas globales optaron por resistir la «época de vacas flacas» con la esperanza de una hipotética recuperación futura que, pareciera, finalmente empieza a gestarse en Venezuela.
Una de estas compañías es Mondelēz. Aunque su nombre pueda no gozar de tanto reconocimiento, las marcas que maneja sí, pues cuenta dentro de su portafolio en Venezuela productos icónicos como Oreo, Chips Ahoy, Club Social, Mayonesa Kraft o Tang; además de distribuir en territorio venezolano caramelos y gomas de mascar Trident, Bubbaloo y Halls.
Aunque la firma se constituyó oficialmente hace apenas una década, es producto de una larga historia de adquisiciones y fusiones que se remonta a inicios del siglo XX y una presencia de más de 80 años en Venezuela. Por lo tanto, es una de las multinacionales insignias del país que ayuda a sostener la escasa producción nacional mediante dos plantas industriales ubicadas en Valencia y Barquisimeto.
El equipo de TalCual conversó con Rubén Echeverri, gerente general de Mondelēz Venezuela, con el propósito de indagar en los retos que supone para una multinacional operar en el país y las perspectivas a futuro, después de que la compañía anunciara a finales de 2022 una inversión de aproximadamente de 8 millones de dólares para impulsar y relanzar sus marcas más importantes.
—¿Cómo ha acompañado Mondelēz Venezuela la recuperación que ha experimentado el país en los últimos dos años?
—La visión de la compañía es a largo plazo. Estamos en todos los mercados con una visión a largo plazo. Entendemos que en esa visión hay épocas buenas y menos buenas, hay ciclos. Desde el punto de vista del manejo del negocio toca adaptarnos a esas situaciones.
En Venezuela venimos de una crisis importante y nos ha tocado repensarnos, transformarnos. Tenemos una agenda que nos acompaña y está marcada por la búsqueda de la eficiencia y mantener la conexión con nuestros consumidores a través de nuestras marcas, por eso hemos vuelto a colocar nuestra mayonesa en el mercado, hemos hecho lanzamientos de galletas, hemos transformado el portafolio.
Ha sido todo un proceso de transformación marcado por la búsqueda de eficiencia, pensando todos los días los procesos en los que trabajamos.
—¿Cómo opera una compañía global como Mondelēz en un país con escasa producción como Venezuela? ¿Hay predilección a la importación por las facilidades de tener una casa matriz en el extranjero?
—Nosotros operamos con una visión muy local. Nos toca adaptarnos al mercado y al entorno local. Somos absolutos cumplidores de toda la normativa que hay en el país. En función de eso tenemos una mezcla de procura o compra de materias primas nacionales e internacionales.
Hay materias primas que, por las condiciones geográficas del país, no se producen, como el trigo, que importamos desde el norte.
Utilizamos el conocimiento de la compañía, pero trabajamos de forma local. Tenemos interés en desarrollar a los proveedores locales porque el desarrollo de la industria nacional es fundamental para el crecimiento de la economía del país. No creemos que el país pueda prosperar sin una industria sólida que pueda acompañar ese crecimiento.
—¿Cómo les ha afectado la disminución de producción de materias primas y bienes esenciales para la cadena productiva a raíz de la crisis industrial?
—Hay una evolución con ciclos. Tuvimos un ciclo muy marcado por controles y tuvimos que adaptarnos. Normalmente trabajamos con proveedores locales en la medida en que existen. Tenemos un interés en desarrollarlos porque esa es la base del desarrollo de la economía.
Para aquellas cosas que no logramos conseguir de manera local, toca hacer el trabajo de ir a buscar afuera. Es una mezcla de conseguir proveedores locales y acompañarlos, y también buscar alternativas que nos permitan abastecernos de materias primas en el mercado internacional.
—¿De qué manera Mondelēz Venezuela apoya a los proveedores locales?
—Los ayudamos a profesionalizar sus servicios. Implica acompañarlos en ese proceso de maduración y desarrollo. Son procesos rigurosos que tienen altos estándares en la forma en la que se administra el negocio.
Hay un acompañamiento. Hay proveedores que tienen oportunidades y nosotros desarrollamos planos de trabajo en conjunto con ellos para poderlo lograr. Por ejemplo, tenemos un producto con el que inicialmente teníamos que importar cacao, pero nos impusimos como meta el desarrollo de la industria nacional, buscamos un proveedor y lo fuimos acompañando. Ahora, un producto que no habíamos logrado hacer localmente, lo hacemos al 100% en Venezuela.
—Vemos un repunte en la producción, pero el gremio empresarial ha resaltado la necesidad de recuperar también el consumo ¿Cómo ha visto Mondelēz Venezuela la demanda de sus productos tras estos años de caída?
—Sin duda la economía venezolana tuvo una caída importante. Nosotros hemos tenido que adaptar la compañía para acompañar esa situación. Desde hace cuatro años decidimos crecer de una forma distinta. Hemos estado transformando toda la compañía buscando eficiencias.
En algunas áreas hemos avanzado muchísimos y en otras no tanto. Hemos visto con buenos ojos medidas que han permitido dinamizar la economía desde el punto de vista de transaccionalidad, de poder adquisitivo. Vemos con buenos ojos porque en la medida en que eso se traduzca en bienestar, eso hace que la industria pueda crecer.
Ciertamente hay condiciones en el mercado venezolano que hacen que tengamos que tener una agenda urgente de recuperación de la competitividad. Tenemos que buscar eficiencias internas que nos permitan crecer y generar escalas.
¿Cómo conectas el salario con el crecimiento? Si hay más producción nacional, hay más posibilidades de generar empleo y eso se traduce en un mayor consumo.
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—Ya que menciona las medidas del Gobierno, se ha hecho mucho énfasis en la importación de productos terminados ¿Cómo evalúan el desempeño de la empresa en una economía orientada a la importación?
—Hay una arista que afecta de manera directa, que son todos los productos que entran de manera ilegal al país y tienen un efecto negativo en la agenda de crecimiento de la economía, porque los venezolanos nos surtimos del empleo que hay en el país.
Vemos con preocupación, y lo manifestamos a través de la cámara en la que hacemos vida, el efecto pernicioso del contrabando en la economía. Tiene un efecto positivo a corto plazo porque hay una sensación de mejores precios en algunos rubros, pero tiene consecuencias devastadoras en el mediano plazo de no corregirse. Atenta contra la agenda de la recuperación de la productividad.
Debe entenderse la situación en la que está la industria y hacer los análisis para establecer mecanismos que permitan hacer que los productos del exterior entren a la economía para acompañar, no para sustituir.
No decimos que no queremos competencia, sino que tengamos las condiciones iguales para competir. Una cosa es competir, con lo cual estamos completamente de acuerdo, y otra es competir en condiciones desiguales.
—Desde 2018 el Gobierno ha llevado adelante una política de exoneración tributaria a bienes importados que, en los últimos años, ha ido reduciendo ¿Esta disminución de bienes en esa lista ha tenido un efecto positivo? ¿Queda trabajo por hacer?
—Creo que es una evaluación que debe hacerse de forma continua. Lo importante es entender el contexto en el que están los sectores. A través de las cámaras se recoge muy bien la situación de cada industria en particular.
Hay exenciones que tienen sentido porque son bienes o productos que no se fabrican en el país. Venezuela tiene un parque industrial muy importante, la capacidad y la gente está ahí, hay que entender cuáles son los incentivos correctos para que esos aparatos productivos puedan reactivarse y entrar en la fase de círculo virtuoso.
En mayor o menor medida hay sectores que lograron arrancar ese círculo virtuoso. Hay que hacer un monitoreo continuo para que mantenga ese sentido. Hay otros que no han arrancado y hay que entender muy bien el contexto ¿Hasta cuándo y qué cosas deben tener exenciones?
Solo cuando hay desbalances debería haber políticas que permitan hacer ajustes por un período de tiempo para dar espacio al sector industrial de entrar en ese círculo virtuoso y hacer las inversiones que se deban hacer. No creo que estas medidas deban ser eternas, sino tener un acompañamiento en función del contexto.
Las exenciones sobre productos terminados deben ser temporales y estar muy bien justificadas. Al final del día hay una capacidad instalada en el país que permite atender esos rubros. Lo que debe entenderse es en qué situación está y cómo reactivar.
—Esta exoneración ha impulsado las denominadas «importaciones puerta a puerta» ¿Esta tendencia ha perjudicado a Mondelēz Venezuela?
—Cualquier producto que entre al mercado venezolano, a excepción de Halls y Trident, no está entrando bajo la supervisión de Mondelēz. Son «importaciones irregulares» que perjudican en cierta forma a todos los que hacemos vida en la economía venezolana.
En esos casos, disciplinadamente comunicamos a las autoridades pertinentes para que estén atentos. Es una realidad y evidentemente forma parte de la agenda que todos los industriales venezolanos comunicamos a través de las cámaras.
Es clave porque, al final del día, la suma de todas las industrias es la que genera empleo. Esa es la única fórmula para que se desarrolle la economía.
—El pago de impuestos es otro de los aspectos sobre los cuales empresarios y economistas piden ajustes ¿Es necesaria una revisión de la política tributaria para mejorar las operaciones?
—A través de todas las cámaras en las que participamos, mantenemos una comunicación muy fluida con el Gobierno. En el caso del tema tributario nos sumamos a la solicitud de revisar la carga impositiva, porque ciertamente en los últimos años ha tenido un crecimiento importante. Forma parte del contexto que debemos revisar para mejorar la competitividad.
Debemos pagar impuestos, esto forma parte de la receta fundamental para el desarrollo de una economía, pero creemos que hay áreas de oportunidad donde debemos trabajar de manera coordinada para entender cómo podemos hacerlo de manera distinta.
—Hablamos de competitividad y ese es uno de los focos de la reapertura comercial con Colombia ¿Qué lectura tiene una multinacional sobre este acercamiento y la firma de convenios binacionales?
—No me puedo precipitar porque no tengo los detalles del acuerdo, pero a partir de las reuniones en las que hemos estado, se ha discutido buscar un equilibrio en el resultado de ese acuerdo.
Creemos en la igualdad de condiciones para competir. Somos optimistas en que lo que resulte refleje lo que se ha transmitido a través de las cámaras. Eso nos permitirá insertarnos en la economía colombiana y que la economía colombiana se inserte en nuestra economía.
A través de las cámaras hemos posicionado todos nuestros mensajes y necesidades. El Gobierno ha estado atento a recibir toda la información y trabajarla en conjunto. Creemos que las consideraciones pueden estar hechas.
—¿Es atractivo para Mondelēz el mercado colombiano?
—Son 50 millones de habitantes. Es un país que está al lado. Históricamente hemos tenido una relación binacional importante. Creemos que puede ser un mercado interesante en el mediano plazo. Todo pasa por restituir esas relaciones naturales que una industria debe tener en el país para ir con una oferta de servicios atractiva para el mercado colombiano.
La industria colombiana se ha venido desarrollando de manera importante. Ha habido políticas de desarrollo. Es una realidad que tenemos competidores relevantes de aquel lado. Lo que estamos es entendiendo cómo poder restituir esas relaciones para hacer una oferta de bienes y servicios atractiva.
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—¿Cuál es la visión de Mondelēz Venezuela a largo plazo? ¿Qué se espera a futuro?
—Seguir transformando la compañía para las oportunidades que se nos presenten. La compañía, en los últimos 24 meses, ha hecho reconexión de sus marcas con los consumidores, hemos hecho lanzamientos, hemos innovado. La idea es seguir haciéndolo.
La visión a largo plazo es seguir estando en el país, seguir generando bienestar, no solo poniendo a disposición del venezolano las mejores meriendas, sino contribuyendo con el proceso de desarrollo a través del pago de impuestos, la generación de empleo y consiguiendo sustentabilidad. Debemos adaptar el negocio a lo que el contexto nos depare.