Motín en el Sebin, por Naky Soto
Los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) han sido responsables de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes. Diversas organizaciones de derechos humanos lo han denunciado en todas las instancias posibles sin que el Estado venezolano haya hecho nada contra sus violaciones sistemáticas, probando que el Sebin se ha convertido en un Estado dentro del Estado. La rebelión en El Helicoide se fue develando con videos que mostraban unas versiones muy distintas de los hombres que conocimos -¡qué duro ver cuánto y cómo han cambiado!-, presos políticos que reúnen un abanico de arbitrariedades en su contra y que este miércoles se amotinaron para exigir la libertad de las 76 personas que teniendo boletas de excarcelación no han sido liberadas; que permitan las visitas de sus abogados, atención médica para los más vulnerables y juicios justos. Cuatro demandas que resumen la necesidad de que el Estado venezolano cumpla con la Ley. Varios diputados de la Asamblea Nacional y ONG como el Centro de DDHH de la UCAB, Provea y el Observatorio venezolano de Conflictividad Social denunciaron la agresión contra los presos políticos recluidos en El Helicoide, exigiendo a la Defensoría del Pueblo investigar al director del Sebin, Gustavo González López y demás funcionarios responsables de la custodia de los presos políticos.
Testimonios
Esta noche
Libertad de prensa
…
Las desatinadas declaraciones de Nicolás y del resto de los candidatos no tienen la importancia de este motín, son banales cuando se comparan con la templanza necesaria para enfrentar a tus verdugos en su territorio. Saab habló del envío de fiscales del Ministerio Público al Helicoide, pero el periodista Javier Ignacio Mayorca advirtió que no los dejaron entrar. El encargado de Negocios de EEUU en Venezuela, Todd Robinson, también salió sin respuestas de la sede de la Cancillería. Si Ecuador avala el proceso del 20 de mayo y Canadá no, como lo denunció Jorge Arreaza, es accesorio. Una noticia más coherente son las palabras que el estudiante nicaragüense, Lesther Alemán, dedicó al dictador Daniel Ortega: “No podemos dialogar con un asesino, porque lo que ha sucedido aquí es un genocidio”, dijo el chamo. Con el temor de que nuestro propio genocidio continúe, nos acostaremos esta noche. Como todas las noches.