Mucho show, pocas nueces; por Teodoro Petkoff
Hoy se acaba la primera mitad del año. En este periodo el país ha estado atrapado en el duro cepo del doble paro.
Por un lado el petrolero, cuyos efectos quedaron dramáticamente expuestos en los números del desempeño económico del país durante el primer trimestre; por el otro lado, el cambiario, cuyos efectos serán visibles en las cifras que pronto serán conocidas sobre el desempeño económico del segundo trimestre. La caída de 29% en el PIB durante los tres primeros meses y una caída, tal vez un poco menor pero no menos dura en sus consecuencias, en los siguientes tres meses, está produciendo una herida devastadora en la fuerza de trabajo. Según datos oficiales, no menos del 20% de los venezolanos en edad de trabajar se encuentra totalmente desempleado y más de la mitad malvive en la esfera de la informalidad. Nunca en el medio siglo transcurrido desde 1950 se han visto en el país cuadros de miseria tan atroz como la que es dable observar en estos días. En los sectores más humildes se hacen insondables la indigencia y el desamparo.
Frente a esta realidad el gobierno de Hugo Chávez apela cada vez más a la magia. Mientras el país se derrumba, el presidente juega con la realidad virtual y engolosinado con su juguete televisivo, dando rienda suelta a su pasión secreta de showman, trata de proyectar la imagen de un país de maravillas, cuyos verbos sólo se conjugan en futuro y donde las únicas obras públicas de que se puede vanagloriar son las que comenzaron a ser construidas antes de su gobierno, porque durante estos cuatro años el tiempo se le ha ido discurseando. Por si fuera poco, la corrupción administrativa ha alcanzado niveles de amplitud y sofisticación nunca antes vistos. El Ministerio de Finanzas es el centro de una vasta maraña de trajines financieros que ha hecho del robo de los dineros públicos una verdadera obra de arte.
En el plano político, la situación no es mejor. Misteriosos atentados alimentan las más disímiles conjeturas sin que aparezcan jamás los responsables de ellos, a pesar de que las autoridades, y hasta el propio Chávez, se jactan de tenerlos hasta fotografiados.
Por supuesto, la impunidad favorece la sospecha de que los terroristas están vinculados al gobierno o a grupos que le son afectos.
Por otra parte, hoy estamos a 49 días del cumplimiento de la mitad del periodo presidencial, cuando se abre el proceso revocatorio, y todavía la pieza esencial de este, el CNE, no ha sido montada. En el parlamento el tiempo transcurre sin urgencia. Los partidos de oposición discuten entre sí por sus candidatos, sin ponerse de acuerdo. Un grupo importante de diputados, incluyendo los jefes de todas las fracciones, se ha ido a Boston como si no tuviera ninguna prisa. El diputado Rampersad, del MAS, deja ver, hoy (El Nacional), que habría algunos partidos de oposición a los cuales no les interesa el RR y apuntan más bien hacia los procesos electorales del año próximo. ¿Habrá RR este año? Aunque crece el escepticismo, el TSJ todavía puede desatar este nudo, siempre que no se tome hasta la segunda semana de agosto para hacer las designaciones.