Muere el papa Francisco: nombró a los dos primeros santos venezolanos

Francisco promovió el diálogo en República Dominicana para encontrar una salida a la crisis política venezolana, negociación que no llegó a término. En 2019 se filtró una carta dirigida a Nicolás Maduro donde reclama que todos los intentos para una negociación «fueron interrumpidos porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para implementar los acuerdos»
El papa Francisco falleció a las 07:35 a.m. (hora de Italia) de este lunes a los 88 años, anunció el Vaticano. Quien fuera arzobispo de Buenos Aires, antes de ser elegido papa número 266, dejó una huella en la Iglesia Católica, reformando la Curia romana e intentando acercar la milenaria institución a las realidades del mundo contemporáneo.
El 13 de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, se convirtió en el papa Francisco. El primer pontífice latinoamericano y primer papa jesuita salió al balcón de la basílica del Vaticano, rogando por un mundo más solidario. «Rezamos por todo el mundo, para que sea una gran hermandad», fueron sus primeras palabras públicas.
Francesca Ambrogetti, periodista y primera biógrafa de Bergoglio, explica que tenía como motivo «que la Iglesia Católica encerrada tenía que salir de sí misma».
El papa tomó el nombre de Francisco de Asís, el santo fundador de la Orden Franciscana, quien vivió observando un estricto voto de pobreza. De hecho, lo apodaron el Papa de los curas villeros por su cercanía a ese movimiento de sacerdotes comprometidos en las villas miseria de Argentina.
«Para él era importante que el sacerdote vaya a atender los sectores más necesitados», recuerda el padre Pepe Di Paola, quien forma parte de lo que en Argentina llaman los sacerdotes de Villas y Barrios Populares, y amigo del papa. «Él mismo se hacía presente en las villas, mirando la realidad de Buenos Aires desde allá, desde los sectores más marginados y no desde su catedral».
En más de una década de pontificado, el papa Francisco jamás visitó a su tierra natal. En sus últimos tiempos como papa, desde el hospital Jorge Mario Bergoglio destituyó a un obispo acusado de abusos y se comunicó con el Padre Romanelli de la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza.
Para Venezuela –país que nunca visitó–, autorizó la canonización de los dos primeros santos venezolanos: José Gregorio Hernández, un médico oriundo de Trujillo, y la Madre Carmen Rendiles, que fundó la Congregación Siervas de Jesús.
Francisco también promovió el diálogo (en República Dominicana) para encontrar una salida a la crisis política, pero en 2019 se filtró una carta dirigida a Nicolás Maduro donde reclama que todos los intentos para una negociación «fueron interrumpidos porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para implementar los acuerdos».
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El domingo, pocas horas antes de su muerte, apareció en público en el Vaticano para desear una feliz Pascua, y se reunió con el vicepresidente estadounidense, JD Vance.
El canciller venezolano Yván Gil dijo que el país «se une al luto» por la muerte de Francisco, «quien será recordado como un inquebrantable defensor de la humanidad, la dignidad de los pueblos, la paz, la inclusión y la justicia para los más desfavorecidos».
Migración y corrupción
En 2013, la isla de Lampedusa fue el foco de una de las peores crisis humanitarias y migratorias, con cientas de personas atravesando el Mediterráneo en botes para alcanzar sus orillas y otras cientas falleciendo en el intento. Francisco escogió Lampedusa como primera visita pontifical. «La cultura del bienestar nos vuelve insensibles a los gritos ajenos», dijo a su llegada.
Un año antes de tomar las riendas del Vaticano, se destapó el mayor escándalo de corrupción y tráfico de influencia. Esta fuga de documentos sobre su gestión financiera, conocida como Vatileaks, sacudió la Curia romana.
«Fue votado en un cónclave por una serie de cardenales de la periferia. Querían un papa con una trayectoria lejana al Vaticano, que no estuviera relacionada con los escándalo», explica Vicenç Lozano es autor de Intrigas y poder en el Vaticano.
Francisco creó en 2014 de un Secretariado para la Economía que aplicaría medidas anticorrupción. Cerró 5.000 cuentas del Banco del Vaticano. «Se consideraba un banco que realizaba blanqueo de dinero y el Vaticano era considerado un paraíso fiscal», asegura Lozano.
Abusos sexuales
La lucha contra la pedofilia en la Iglesia católica marcó el papado de Francisco de principio a fin. El papa puso en pie una comisión internacional de expertos, expulsó a un buen número de prelados y varias veces pidió disculpas pero sin jamás hablar de un problema sistémico y estructural, apoyando a veces a prelados encubridores.
El caso de la Iglesia de Chile fue emblemático, así como la decepción que conllevó el respaldo que Francisco otorgó al obispo Juan Barros, acusado de haber protegido al sacerdote Fernando Karadima.
A Karadima, el Vaticano lo sentenció a una vida de penitencia y oración. Francisco no lo expulsó del sacerdocio sino hasta 2018. Ese mismo año, también nombró a Juan Barros obispo, rechazando las acusaciones contra él y desatando manifestaciones en Chile.
«Respaldó por la confianza que tenía en algunas personas. Pero como sea, esta Iglesia de hoy está mucho más comprometida con la lucha contra la pedofilia», dice Francesca Ambrogetti.
El papa «verde»
El mundo recordará a Jorge Mario Bergoglio como el papa de la ecología. Su encíclica de 2015, titulada Laudato Si, está dedicada al planeta, que el pontífice denominó «nuestra casa común», y a su conservación.
Francisco organizó en 2019 un sínodo de la Amazonía, denunciando «el neoextractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que apuntan su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro y monocultivos agroindustriales».
«Al interesarse en ese tema fue absolutamente novedoso», resalta su biógrafa. «Siempre volviendo a lo humano: dañar el medio ambiente agudiza las injusticias». Entre periodistas, se comentaba desde el inicio de su pontificado: «Va a seguir diciendo las cosas de siempre pero Dios le regaló un megáfono».
«Esto eco encontró oídos favorables y oídos desfavorables», añade Francesca Ambrogetti, señalando las resistencias que han surgido en el ala más conservadora de la Iglesia, en especial en Estados Unidos. «Ahí hay una resistencia importante».
Resistencias en el sector conservador
Francisco escribió en su autobiografía que imaginaba una Iglesia que «acogiera a personas homosexuales y transexuales» que buscaran a Dios. Autorizó la bendición de parejas de mismo sexo y que personas transgénero pudieran ser padrinos de bautismo, pero recordando a la vez su posición: que las cirugías de reasignación de género, el aborto y la eutanasia «violaban la dignidad humana».
También rechazó la ordenación de mujeres diaconisas en momentos en que pedían ampliar su responsabilidad en la Iglesia.
«Dio pasos adelante pero no salió corriendo», detalla Ambrogetti. «Hay cargos que históricamente no ocupaban mujeres» antes, como el de secretaria general del Governatorato, directora del Museo del Vaticano o prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada, un «ministerio» de la Curia. «Es la Iglesia que él quería».
Con información de RFI En Español
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