Músicos de la Sinfónica Simón Bolívar cuentan lo vivido junto a Coldplay en Londres
La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela ofreció conciertos en Londres, incluyendo una colaboración histórica con Coldplay en el estadio de Wembley, como parte de la celebración de los 50 años del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles de Venezuela
Durante varias noches, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela compartió escenario con la banda británica Coldplay en el icónico estadio de Wembley. Estos históricos conciertos, parte de la celebración de los 50 años del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles de Venezuela, fue el tema central de una entrevista en el programa Noche D con Esto Sí Suena, donde participaron dos miembros de la orquesta: Abner Padrino, chelista, y Víctor Calderas, trompetista.
La colaboración, gestada gracias a la amistad entre el director de la orquesta, Gustavo Dudamel, y Chris Martin de Coldplay, fue una sorpresa para los músicos venezolanos. «Nos dijeron que había una gira para Londres, unos dos o tres meses antes», explicó Padrino. «Evidentemente teníamos un viaje a Los Ángeles planeado, pero se canceló. La noticia de que sería con Coldplay nos dio un ánimo increíble». Calderas añadió: «Fue una de las mayores sorpresas que hemos recibido. Para nosotros es algo totalmente nuevo, ya que hemos estado acostumbrados a presentarnos en teatros y hacer música académica».
La preparación para el evento fue intensa. «Comenzó aproximadamente tres o cuatro semanas antes del primer show», detalló Calderas. «Se mandaron los arreglos previamente hechos. Cuando llegamos a Londres, tuvimos tres días superduros de ensayo con Gustavo para ultimar detalles». Padrino destacó la familiaridad con el estilo de dirección de Dudamel y su asistente, André David Ascanio, ambos formados en la misma escuela del maestro Abreu. «Para la orquesta es muy fácil adaptarse a ambas batutas», afirmó.
El primer contacto con Coldplay, según los músicos, no fue una reunión formal. «No hemos tenido ese acercamiento directo», dijo Padrino. «Somos 80 músicos en tarima. La impresión más grata fue que Chris Martin nos introdujo en todos los conciertos, algo que nunca ha pasado, que el artista principal introduzca a sus teloneros. Nos sentimos especiales y agradecidos». Calderas añadió que Martin se quedó en varios conciertos observando a la orquesta, mostrando su asombro. «Es como que, ‘wow, qué genial estos panas cómo hacen música'», interpretó Calderas.
La integración de la orquesta en el espectáculo de Coldplay fue un desafío logístico. «Se ensayó prácticamente el mismo día del evento», explicó Calderas. «Tuvo que hacerse estricto a catar las órdenes: ‘cuando escuchen esto, van, pasan a este ritmo, se ubican acá'». La selección de las piezas que la orquesta interpretaría junto a Coldplay varió en cada concierto. «El primer concierto solo se tocó ‘Feels Like In Love’. El segundo, ‘Viva la Vida’, que se volvió más mediático y se tocó en todos los conciertos posteriores», explicó Calderas.
La respuesta del público fue abrumadora. «La interacción con el público es directa», dijo Calderas. «Uno voltea y ve banderas de Venezuela, ingleses que se enganchan con lo que estamos haciendo. Todo el mundo baila en las coreografías, se comportaron superbién». Padrino coincidió: «El público lo disfruta mucho, se sorprenden porque rompemos el estereotipo de una orquesta sinfónica sobria y seria. Nos paramos, bailamos, tocamos, pero la calidad musical sigue al más alto nivel».
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Además de su participación con Coldplay, la Orquesta Simón Bolívar ofreció conciertos propios en Londres, con un repertorio que incluyó piezas de Beethoven, Vivaldi, Bernstein y Ginastera. «En apenas dos o tres ensayos con Gustavo logramos un concierto de altísimo nivel», dijo Padrino sobre uno de estos conciertos. «La euforia se notó en las obras principales, no solo en los bises».
La experiencia, según los músicos, trasciende lo musical. «Cada género necesita del otro para llegar a más público», afirmó Calderas. «Esta versatilidad se ve beneficiada cuando podemos fusionarlos». Padrino añadió: «Es la empatía que tienes que tener con el artista con el que estás trabajando. Esto va a trascender, no solo para nuestra orquesta, sino a nivel mundial». Ambos músicos concluyeron que la colaboración abre nuevas posibilidades para el diálogo entre estilos musicales y para la visibilidad de la música académica en escenarios globales. La presentación en Wembley con Coldplay representa un hito para la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y para el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, un testimonio de su talento y su impacto global.