¿Negociación o negocios?, por Wilfredo Velásquez
Las traiciones en Venezuela, siempre fueron hacia algún caudillo, quien las consideraba como traiciones a la patria, aunque fueran simples desacuerdos políticos con sus maltrechos egos.
La semana pasada el país maltratado por un régimen cleptocrático, sumido en la miseria y la desesperanza, respiraba un ambiente de traición y fraude.
El país que resiste, el que se ha inmolado buscando la libertad democrática, respira indignado ante el ignominioso acto, perpetrado contra la esperanza de un pueblo, por un pequeño grupo de sátrapas que usaron las siglas, que es lo único que queda de sus partidos, para sumarse sin escrúpulos a los planes continuistas del gobierno.
En su mayoría son expersonas, que han vivido a costas de los diferentes gobiernos, algunos provenientes, en sus lejanas juventudes, de los partidos comunistas, y otros execrados de AD, porque sus lideres supieron olerles el tufo del oportunismo en sus pañales políticos.
En las “traiciones», de Piar, Miranda, Páez, o las que le imputan al mismo Libertador, siempre hubo un caudillo, que vio en los actos del acusado, una traición a su persona y luego señalaba que la agraviada era la patria.
Para los socialistas del siglo XXI, los traidores a la patria somos todos los demás.
En este caso el oprobioso acto no fue contra algún líder en particular, fue un acto de artera traición contra el pueblo, que en aplastante mayoría asumió una estrategia única contra el régimen.
Proclamaron su adhesión a la estrategia, hasta que el sonido del vil metal perforó sus prostibularios tímpanos.
Ante las esperanzas de un pueblo pudo más la ambición de cuatro sátrapas, que, agobiados por sus ambiciones y las urgencias económicas, de quienes se ven envejecer agobiados por la situación de un país empobrecido, apostaron por su propio bienestar, antes que por las necesidades colectivas.
Si se vendieron o no, seguro lo sabremos, pero sus escuálidas humanidades resuman pobreza.
No sé qué vehículos conducen o si andan de peatones, pero los zapatos que se les ven son más viejos que sus vehículos, los trajes con solapas anchas y largo fuera de uso, evidencian su ausencia de tiendas y sastrerías.
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Sus anticuados vestuarios, sus camisas raídas, pelos y bigotes ajenos al tinte a que estaban acostumbrados, dan fe del tiempo que tienen sus manos alejadas del erario público.
Si cobraron su entrega al régimen no puede nadie afirmarlo, pero el dinero como la tos resultan inocultables. Estaremos pendientes de su nuevo look.
En cuanto a su condición de “oposición» no debemos preocuparnos, porque seguro el pueblo y la comunidad internacional lo entienden, solo son aliados circunstanciales del régimen. Jamás opositores.
El maltrecho polo patriótico ganó cuatro nuevos miembros, mientras la oposición se depura.
Sobre el fondo de los “acuerdos» o alianzas estratégicas con el gobierno, veremos que todas apuntan hoy y seguro que en el futuro también, al sostenimiento del chavismo, y al continuismo de Maduro.
Vimos al felón de Timo, anunciando la libertad de presos políticos y después a un tribunal firmando excarcelaciones a presos acusados de “delitos gravísimos”, acaso, ¿Timo es parte del gobierno? ¿O es su vocero?
Vimos al aliado de REDES, firmando sin la presencia de Juancito, ¿rompieron su alianza? ¿Siguen juntos o la traición también es intra sátrapas?
La negociación entre ellos y el régimen, será desestimada por la comunidad internacional, por qué sus simulados acuerdos solo podrán ser vistos como decisiones tomada entre aliados.
La liberación de rehenes, no puede verse como un logro de los felones, solo son tímidas señales de adulación, que el gobierno manda a la comunidad internacional.
La incorporación de los diputados del gobierno a la AN, contribuiría mucho a que se dé el juego democrático, seguro tendrá sus oponentes entre ellos, por el riesgo que implica el reconocimiento de la AN.
Si nombran el CNE, lo harán con uno de los aduladores en la presidencia para garantizase su absoluto control.
Poco que esperar de la “Mesa de Alianza Nacional».
En cuanto a las negociaciones, Guaidó debe dejar la ingenuidad, debe iniciar negociaciones con los que tienen verdaderos intereses en el país, (China, Rusia, Irán) considerando las garantías, que, en el Marco de la Constitución, se le pueden brindar a las inversiones extranjeras.
Si a cambio se logra, que los militares rusos abandonen el territorio venezolano, estaremos avanzando hacia una salida en paz.
Si logra que USA, no aplique la ley Helms- Burton, por ahora, y permite la inversión privada norteamericana en Cuba, podemos negociar la salida del ejército cubano de una Venezuela agotada económicamente, que poco pude brindarle en medio de las sanciones.
Cualquier negociación debe procurar una salida democrática y en paz, pero supone la consideración de todos los intereses en juego.
No hay salida negociando solo entre el gobierno y la oposición,
Tan importante como los intereses nacionales son los intereses geopolíticos.