¡Negros no!, por Simón Boccanegra
Ahora resulta que en las discotecas de Las Mercedes no se permite la entrada de negros. De modo, pues, que cuando hasta en Estados Unidos han sido eliminadas esas odiosas discriminaciones y en África del Sur fue barrido el apartheid, aquí, en este país mestizo, hay unos cretinos, unos miserables, que niegan el acceso a un local público a cuenta del color de la piel. Al suscribir el Pacto de San José sobre Derechos Humanos, Venezuela da rango constitucional (artículo 23 de la segunda Biblia) a la prohibición de toda forma de discriminación (raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social). Aquí tiene el flamante Defensor del Pueblo una oportunidad para demostrar si en verdad merece el cargo por algo más que el Super Dedo de «Don» Luis. También el alcalde de Baruta está obligado a actuar. Las licencias para el funcionamiento de esos locales dependen de su institución. Lo lógico sería revocarlas, a menos que se ajusten a la ley. ¡Ah malhaya que no hay una revolución de verdad en este país!