New York Times: Trump «le puso un parao» a la interlocución de Richard Grenell con Maduro
El presidente de Estados Unidos Donald Trump ordenó detener todos los esfuerzos diplomáticos de su administración con la administración de Nicolás Maduro, según confirmaron funcionarios estadounidenses al New York Times. La medida, que pone fin a las conversaciones encabezadas por el enviado especial Richard Grenell, abre la puerta a una posible escalada militar de Estados Unidos contra el narcotráfico o incluso contra el propio gobernante venezolano, afirma el rotativo norteamericano.
Grenell había liderado negociaciones con altos funcionarios venezolanos durante varios meses. Sin embargo, en una reunión con jefes militares el pasado jueves, Trump lo llamó para instruirle que cesara todo contacto diplomático, incluidas las conversaciones con Maduro. «Todas las gestiones están suspendidas», señalaron las fuentes.
La decisión refleja la frustración del presidente ante lo que considera la negativa de Maduro a abandonar el poder de forma voluntaria y su insistencia en negar cualquier vínculo con el tráfico de drogas. «Trump ha perdido la paciencia», aseguró un funcionario familiarizado con las conversaciones.
Según el reportaje del New York Times, la Casa Blanca ya ha evaluado varios planes militares que podrían contemplar operaciones de mayor alcance, e incluso maniobras destinadas a forzar la salida de Maduro. Marco Rubio, actual secretario de Estado y consejero de seguridad nacional, ha calificado reiteradamente al líder venezolano de «ilegítimo» y lo ha descrito como «un fugitivo de la justicia estadounidense».
Rubio ha recordado en varias ocasiones la acusación formal de Washington contra Maduro por narcotráfico y la recompensa de 50 millones de dólares ofrecida por su captura. Un funcionario de la Casa Blanca aseguró que Trump está dispuesto a usar «todos los elementos del poder estadounidense» para detener el ingreso de drogas al país.
Mientras tanto, las operaciones militares continúan. El viernes pasado, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, informó que fuerzas estadounidenses atacaron una embarcación en aguas internacionales cerca de Venezuela, en una acción que dejó cuatro muertos. Fue el cuarto ataque conocido contra barcos que, según la administración Trump, transportaban estupefacientes.
En paralelo a esos operativos, Grenell había intentado avanzar en un acuerdo que evitara un conflicto mayor y permitiera a empresas estadounidenses acceder al petróleo venezolano. Incluso, Maduro había enviado una carta al presidente negando cualquier actividad de narcotráfico y ofreciendo continuar las negociaciones. Sin embargo, Rubio y sus aliados consideraron que esas gestiones eran «poco útiles» y generaban confusión dentro del gobierno.
En el caso venezolano, defensores de la vía diplomática advierten que cualquier intento de extender la campaña antinarcóticos dentro del territorio o de propiciar un cambio de régimen implicaría un riesgo de guerra abierta. «Expandir la operación hacia un intento de derrocar a Maduro sería exactamente el tipo de conflicto prolongado que Trump prometió evitar», dijo uno de los exfuncionarios consultados.
Grenell y Rubio han mantenido diferencias en el pasado sobre cómo manejar la relación con Caracas, especialmente en lo referente a la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela. Con la diplomacia suspendida y los tambores de guerra sonando más fuerte, el futuro de la política de Washington hacia Maduro vuelve a colocarse en una encrucijada.
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