Ni roja, ni verde, ni azul: la campaña electoral 2018 fue gris
En más o menos un mes y medio de campaña, los candidatos que compitieron por la silla presidencial apelaron más al sentimiento contra una persona que a mostrar las bondades de su proyecto político. La falta de debate público y violaciones a la Ley de Procesos Electorales fueron el sello determinante de ese periodo
Al decir “campaña electoral” en Venezuela, la mente de muchos tiende a viajar a aquellas épocas donde Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins e incluso Rafael Caldera salían a las calles a conquistar adeptos. Sin ir tan lejos, el fallecido Hugo Chávez también hacía gala de su “maquinaria roja” para hacer aquellos despliegues en cualquier intento por obtener votos y, a pesar de aplicar el ventajismo, la “fiesta electoral” se hacía sentir en las calles del país.
Sin embargo, en el último evento comicial celebrado que le dio la victoria a Nicolás Maduro, el proceso de dos meses para que los candidatos Henri Falcón, Luis Alejandro Ratti (quien declinó en favor de Falcón), Reinaldo Quijada y Javier Bertucci, junto al actual mandatario, no fue tan efectivo porque muchos de los venezolanos tuvieron la percepción de que lo que ocurría entre el 22 de abril y el 17 de mayo no tuvo trascendencia en sus vidas: tenían otras cosas de las qué preocuparse, como algo tan esencial como conseguir comida, medicamentos o huir de la inseguridad.
Esa es la postura de la politóloga Mariana Bacalao, quien califica la campaña electoral de 2018 como “gris”, debido a que “nadie estaba pendiente de ese evento porque el evento en sí careció de significado. Nadie entendió que lo que ocurrió el 20 de mayo era una elección. Cuando digo nadie, es la enorme mayoría de los venezolanos”.
Con base en la cifra oficial de participación de 46,06% ofrecida por el CNE, la directora del Observatorio Global de Comunicación y Democracia, Griselda Colina, considera que en Venezuela la abstención fue la que ganó en estas elecciones.
“Si analizas la participación del electorado, en Venezuela la gente vota y lo hace más en los procesos presidenciales. Entonces, que en esta elección solo 46% de la población haya participado es lamentable”, señaló.
Ambas analistas consideran que las campañas fueron poco efectivas, contribuyendo a incrementar el desinterés general de la población en un proceso que, a grandes rasgos, no fue percibido con una campaña real.