Nicaragua se paraliza por 24 horas mientras se espera por la respuesta de Ortega
La convocatoria a paro se realizó horas después de que la Conferencia Episcopal de Nicaragua informara que el viernes 14 de junio se reanudará el diálogo nacional, suspendido el 23 de mayo por falta de consenso
El paro nacional convocado por la oposición en Nicaragua inició con gasolineras, comercios, bancos y otros establecimientos cerrados con el fin de presionar al presidente Daniel Ortega a frenar la represión y terminar con los violentos enfrentamientos que dejaron 148 muertos en casi 2 meses.
“Este es un paro cívico y pacífico que abarca a todo el país y a todas las actividades económicas”, señaló la Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, que agrupa a empresarios, estudiantes y sectores de la sociedad civil.
El cardenal Leopoldo Brenes y el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, se solidarizaron con esa acción. Brenes y Báez llamaron a los sacerdotes, religiosos y laicos de la arquidiócesis a que vivan el paro nacional con espíritu de solidaridad, como ciudadanos y cristianos, como expresión de unidad y de protesta pacífica ante la grave crisis política que atraviesa el país.
La Iglesia pide a los nicaragüenses ir al Paro Nacional hoy con espíritu de solidaridad, unidad y protesta cívica https://t.co/mqzoWgt7Kw
— Silvio José Báez (@silviojbaez) June 14, 2018
“Un paro nacional puede tener consecuencias impredecibles tanto para la economía como para la política”, advirtió el economista nicaragüense Néstor Avendaño. Recordó que la última vez que hubo un cese nacional de actividades fue en 1979 contra la dictadura de Anastasio Somoza.
“Tras ese paro Nicaragua vivió una guerra civil en la década de 1980 que golpeó duramente a la economía y demandó más de dos décadas volver a los niveles que tenía a finales de los años setenta”, añadió el especialista.
Los tranques en las principales avenidas y carreteras del país se mantienen, como una forma de la población de buscar resguardo ante los ataques de las fuerzas de seguridad del Estado y grupos paramilitares conocidos como las “turbas sandinistas”.
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La convocatoria a paro se realizó horas después de que la Conferencia Episcopal de Nicaragua informara que el viernes 14 de junio se reanudará el diálogo nacional, suspendido el 23 de mayo por falta de consenso.
“En la mesa de diálogo estaremos dando a conocer a la comunidad nacional e internacional la propuesta que presentamos al señor Presidente y la carta que él nos ha enviado con su planteamiento, lo que someteremos a debate para buscar un consenso”, explicaron los obispos en un comunicado.
Según el líder del Movimiento Campesino Anticanal, Medardo Mairena, Daniel Ortega aceptaría ir a unas elecciones adelantadas sin cesar en sus funciones como primer mandatario de ese país. La información manejada por Mairena habría provenido de la Embajada de los Estados Unidos en Nicaragua.
Desde que se iniciaron las manifestaciones el 18 de abril, el balance es de 148 muertos y miles de heridos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.
Nicaragua: condenamos la agudización del uso excesivo de la fuerza estatal, la sucesión de muertes ocurridas en el marco de las protestas y el aumento de hechos violentos vinculados a la polarización política https://t.co/uwierql4Fw
— CIDH (@CIDH) June 13, 2018
El 13 de junio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el aumento de la violencia y represión en ese país, por lo que instaron al gobierno de Ortega que «debe cesar la represión de manifestantes y opositores, e investigar, sancionar y desmantelar a los actores parapoliciales y terceros armados».
Con información de La Prensa de Nicaragua