Nicolás llora porque las calificadoras no lo creen serio
El inquilino de Miraflores sigue con su llanten porque no logra obtener préstamos en el mercado financiero mundial
Sebastián Boccanegra
En sus dos últimas cadenas Nicolás Maduro ha repetido sus acusaciones contra el capitalismo mundial, ese al que le paga religiosamente la deuda contraída irresponsablemente por el difunto “eterno” y quienes lo acompañaban. El llanten lo tuvo ayer jueves y lo repitió hoy viernes.
Maduro saca cuentas y suma y suma. Dijo que los últimos tres años ha pagado algo más de 60 mil millones de dólares el día y hora que tocaba, pero las calificadoras de riesgo no quieren ver su buen comportamiento con la banca mundial y le ponen mala nota, lo que le impide a su gobierno lograr nuevos préstamos a tasas de interés razonables.
El inquilino de Miraflores hace un repaso por su buen comportamiento. Dice que es buena paga que los capitalistas, sus enemigos, no están tomando en cuenta eso. Que son gente muy mala a pesar de que él es muy bueno. Se ve patético a una persona que pregona ser un ejemplo de revolucionario implorarle a los dueños de Wall Street que le hagan un préstamo.
Quiere hacer ver Maduro que no tiene nada que ver con esa deuda que hoy se ve obligado a pagar. No explica por qué razón cuando el país recibió la mayor cantidad de dólares en su historia, gracias al precio del barril petrolero, pidieron prestado sin ningún control y dilapidaron y se robaron buena parte de lo que generó el petróleo y lo que les prestaron.
Lo que no dice el heredero es que los malucos capitalistas no le tienen confianza porque viola la ley más importante que tiene el país, algo que esos señores no ven con buenos ojos. Cualquier nuevo endeudamiento tiene que ser aprobado por la Asamblea Nacional, la que fue elegida por la mayoría de los venezolanos y que Maduro ignora. Tal vez si se pone a derecho reciba el dinero que necesita. Mientras que siga con su llantén a pesar de ser buena paga.
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