No defiende la salud, por Sebastián Boccanegra
La función básica del Defensor del Pueblo es hacer que se cumplan cabalmente los derechos humanos. El actual defensor del pueblo se precia de haber ejercido dicha defensa desde hace muchos años y quienes lo conocieron en el pasado dan fe de que eso fue así. No hay entonces discusión sobre ese punto. Sin embargo nos preguntamos qué entiende Tarek William Saab como derechos humanos.
Qué tan amplia es su concepción sobre ellos. Para algunos que se dedican al tema, la defensa de los derechos humanos se circunscribe al respeto a los derechos políticos de los ciudadanos. Esa es una posición válida, pero los derechos humanos son más amplios. El derecho a la salud, por ejemplo, es un derecho humano fundamental. Que la población pueda ejercerlo es una competencia del Estado. Dicho lo anterior, le corresponde al defensor del pueblo velar porque los centros de salud públicos atiendan correctamente a quien lo requiera.
El chavismo, ahí incluimos a William Saab, ha venido pregonando durante todos estos años que han invertido una enorme cantidad de dinero en materia social. Pero los resultados no son muy buenos. El sistema público de salud es una muestra de lo que decimos. Ni siquiera el difunto presidente Hugo Chávez lo quiso utilizar para enfrentar el cáncer.
Ahora bien, la defensoría en lugar de hacer algo concreto porque todos los venezolanos puedan acudir a los hospitales y ambulatorios estatales y ser bien atendido, decide irse por lo más fácil y contrata una póliza privada de salud para sus empleados –incluyendo a William Saab-, con lo que le da la razón a quienes afirman que en salud, como en muchas otras áreas, esta “revolución” es una estafa.
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