No es mentira que es verdad: economía más que política, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
Las dictaduras comunistas, a diferencia de las tradicionalmente de la llamada «derecha», saben «camuflarse». Ya no visten de verde. El uniforme militar es la excepción.
Lo primero que ellas intentan controlar es la economía. No lo hacen. La transforman. La destruyen. La desnaturalizan.
La economía existe para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. No tiene sentido hablar de una política económica, donde las personas se “empobrecen” cada día más. Es esta la especialidad de los seguidores del “marxismo, leninismo”.
Es allí cuando la frase atribuida al senador estadounidense Hiram Johnson en 1917, cobra plena vigencia: “La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad”.
Los chavistas como buenos comunistas, constantemente hablan y repiten hasta el cansancio de la «guerra económica». Es la forma que ellos tienen de hacer política, de ser gobierno. Su mirada solo distingue entre «enemigos y aliados».
Cuando un comunista llega al poder, critica el consumo de bienes y servicios, el lujo, el placer de disfrutar de los buenos momentos en los mejores sitios. Para ellos el trabajo «aliena» y no es la forma de los seres humanos de existir, de sacrificarse, para progresar.
Una falsa moral, porque son los privilegiados de los sitios de mayor lujo del planeta. Disfrutan del buen vino y la buena comida. A sus seguidores les venden otra cosa.
Lo más grave es el resentimiento que crean en los «pobres»: «Ustedes pasan hambre porque ellos son ricos…» Claro que los líderes chavistas se excluyen. Su confort no es el resultado de la opresión de una clase sobre otra, sino un derecho natural de la revolución.
La verdad, esa que también definió Winston Churchill como «…tan preciosa que debería ser protegida por un guardaespaldas de las mentiras», experimenta su mayor batalla.
La verdad chavista: La economía venezolana avanza.
Hace unos días, la líder de Vente Venezuela en twitter señaló: «Abren casinos y cierran museos. Florecen bodegones y agonizan universidades. Ésta es la «gran recuperación» que pretenden vender al mundo para tapar la realidad. Expongamos la verdad con el foco en la Libertad!”.
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Incluso leo economistas reconocidos hablando de una mejoría y es allí cuando comprendí la profundidad de su acción política.
Grandes restaurantes, cadenas de farmacias y automercados que no tienen estructuralmente nada que envidiarle, a los que observamos en los países desarrollados. Un «superinventario» de bienes y servicios.
¿Quién compra? Un docente que no llega a los 10 dólares de sueldo. Un profesional de la salud, del derecho, un empleado público…
La diferencia son las remesas que llegan del exterior. Esa clase «subsidiada» es artífice principal de la «burbuja» creada en Venezuela.
La verdad es que la fachada es falsa. Es una mentira.
Leo a sociólogos reconocidos hablando de la producción del campo y su aumento. De la leche, el ganado. Entonces porque nuestra población presenta niveles tan altos de desnutrición y de pobreza…
¿Quién puede adquirir una póliza de seguros en dólares que cubra los altos costos de una hospitalización o una emergencia?
No mienten los que afirman la destrucción del país.
La pregunta: ¿es la economía o la política?
Como en el viejo juego de palabras, quien fue primero el «huevo o la gallina», estamos en lo mismo. Papineau, filósofo inglés decía que el huevo. Obtuvo mil réplicas. de hecho, científicos de las universidades de Warwick y de Sheffield en Inglaterra, concluyeron que la gallina fue previa, pues debido a una proteína hallada en sus ovarios, la ovocledidina-17 (OC-17), cumple una función clave en la formación de la cáscara del huevo.
No es tan simple para el caso Venezolano. Lo que sí tenemos claro es que necesitamos políticos, que pongan lo económico en primer lugar.
El pueblo venezolano no cree en promesas, ni posturas populistas, sino en hechos. Quizá ese es el mayor drama que padece la oposición venezolana. Su desconexión radica en tener un desierto en el modelo económico que necesitamos para salir de la crisis. La primera política debería ser ocuparse de esto.
El fenómeno soviético de 1955: Cualquier parecido con nuestra realidad es pura coincidencia
El nivel de vida en la desaparecida Unión Soviética en 1955, era aparentemente mejor que el de Estados Unidos. Su crecimiento económico era abismal. Era el resultado de la orden de Stalin de aumentar la producción e importación de maquinaria a toda costa, en lugar de producir o importar alimentos, ropa, construcción de viviendas, etc.
Creyó el dictador soviético que la expansión económica no tendría precedentes.
Sucedió lo previsto: Grandes carencias, hambrunas como la de Ucrania en 1932–34, donde hasta cuatro millones de personas del campo murieron de hambre “porque el gobierno soviético les robaba su producción agrícola tanto para alimentar a la población de las ciudades donde estaban las fábricas, así como para exportar los granos y cereales a precio de remate, con tal de mostrar al mundo lo «poderosa» de la economía soviética”.
Lo que sucedió hoy es del conocimiento público.
Al leer esto, muchas imágenes de Venezuela vienen a mi mente… «restaurantes y sitios de lujos en Caracas» «Margarita full de turistas», «crecimiento de producción agrícola»…y entonces ¿Por qué diariamente más de mil compatriotas abandonan la nación?
¿No entendemos?
El gobierno de Maduro, ha solicitado préstamos al FMI y otras instituciones.
Según algunos economistas es paradójico que eso ocurra cuando en los principales bancos del mundo, existen más de 350 mil millones de dólares a nombre de venezolanos. Esto que afirmamos no es nuevo. Lo que sí sería una novedad es instrumentalizar un mecanismo legal para rescatar ese dinero. Sin embargo, esa tesis no es de mi agrado, dado que estamos entre dos aguas, diferentes de colores y de responsabilidad, y al final muy parecidos en el manejo inescrupuloso de los dineros públicos.