No quiero la guerra, por Wilfredo Velásquez

Twitter: @wilvelasquez
Un grito por Ucrania
No me importa si Zeus viste de azul y el monte Olympus se encuentra en la Casa Blanca o si sus muros son rojos y Zeus mora en el Kremlin
Poco me importa quien sea el dios de la guerra
No me importa la guerra
No me importa quien la promueva
Ni los vencedores ni los vencidos
No me importan los guerreros ni los amos a quienes sirven
Detesto los héroes
sus uniformes
sus condecoraciones y sus banderas
Detesto a los patriotas que se llenan la boca de espuma mientras gruñen y pierden los dientes defendiendo patrias ajenas
Detesto a los que matan y a los que mueren peleando guerras que no entienden
Abomino de sus artífices que arrasan pueblos y naciones enteras
La guerra es oficio de miserables que las crean para pasearse victoriosos sobre escombros arrastrando sus pesadas alforjas dejando por siglos sus secuelas
Destruyen todo
Crean odios
enemigos visibles e invisibles
peligros intangibles
Inventan falsos patriotismos
Gritan patria
Libertad
Familia
mientras otros mueren y ellos se llenan los bolsillos
Los artífices de la guerra no tienen rostros
tienen industrias donde imaginan y sueñan guerras
Por patria tienen el mundo
no habitan la casa humilde del guerrero
sus mansiones lucen orgullosas en los mejores sitios del planeta donde no llega la guerra
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Navegan
vuelan
surcan en veloces autos los confines de la tierra
no pelean
no son héroes
ni siquiera soldados
no reciben condecoraciones
pero tienen peones
alfiles
caballos
torres
generales
se reservan siempre el rey y la reina
Los héroes de la guerra mueren jóvenes y sus artífices son eternos
De la guerra me importa el llanto
la orfandad de los niños
la soledad de los abuelos
el llanto triste de las viudas
la muerte de los jóvenes y el luto sombrío de las madres que los entierran
Mas me importa el peso de la muerte que el oropel de los héroes
me importa más el duelo que la celebración de las victorias
me importa y duele más la destrucción de las ciudades
el arrase de los pueblos
la huida de los pájaros
que los planes Marshall de los artífices de la guerra
No me importa la vil celebración de la paz con que festejan el cese temporal de la guerra
prefiero la tranquilidad no interrumpida
la cotidianidad de la vida
la alegría de los niños
el paso lento de los viejos por las aceras amigas
me importa el parque desvencijado
el lamento triste del columpio sin el niño
el tren descarrilado
la desesperación del hospital bombardeado
el colegio en llamas
el humo que enceguece y oculta el llanto milenario
el puente derribado
el veterano enloquecido y mutilado
la enfermera que oculta el llanto y cura heridos
el que recorre las trincheras apilando muertos
el piadoso que los entierra improvisando despedidas
Me importa un bledo el que grita paz mientras vende armas y mueve los hilos que equilibran o voltean los resultados en el frente
Me importa un comino el cónclave de los aliados
detesto sus proclamas agoreras que convocan el llanto y la tristeza
las oraciones vacías de los pontífices
que invocan a Dios para santificar la muerte
Es más noble el trabajo de Caronte
que los falsos gestos de paz de los señores de la guerra
Ni un ápice me importan los carroñeros que pesan los escombros calculando su provecho desdeñando vidas
me importa más soñar el juicio final de la humanidad entera contra los artífices de la guerra
un gran paredón con bombos platillos y trompetas
donde vencedores y vencidos apunten unidos
y los muertos griten
¡fuego!
con tal fuerza que estremezca los cimientos de la tierra
Me duelen tanto los vencedores como los vencidos
me duele saberlos igualmente destruidos
No me importa la guerra ni los que juegan a ella
Me importa el fuego
la metralla
las bombas
el hedor de los muertos
Me duele que quienes pelean mueran por defender el botín de quienes inventaron el vocabulario maldito de la guerra
Wilfredo Velásquez es poeta.
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