No saben qué más hacer, por Melanio Escobar
Autor: Melanio Escobar | @melaniobar
Otra vez volvemos a la fiesta “democrática”, esa que le encanta a la dictadura porque claro, controlan todo, el Consejo Nacional Electoral con el que manejan las voluntades a su favor, el dólar DICOM con el que hacen derroche de neveras, lavadoras, cocinas, televisores y cualquier otro cachivache que funciona por 6 meses y que no se puede reparar por falta de dinero o repuestos y por supuesto, controlan el escenario mediático, casi tan importante y peligroso como todo lo anterior, por no decir más.
Es tan peligroso el extremo control de los medios que poseen que hace poco vimos a un enmascarado de la revolución, mejor conocido como Henri Falcón, dando unas duras declaraciones contra Maduro en televisión, luego de que inscribiera su falsa candidatura para ser presidente de la nación, le llamó “el candidato del hambre” y habló de la gente comiendo de la basura. Esto se transmitió sin ningún corte por Venezolana de Televisión, esto hizo efecto en algunos espectadores, que creyeron ver en Falcón a un hombre honesto y luchador, pero para quienes sabemos cómo es el juego, estamos claros de que es otro bastión de la mal llamada revolución.
No conformes con esto, en su desesperación porque los locos “huele cargo” de la oposición se sumen al llamado de la votación, extendieron el periodo de inscripción y pospusieron las elecciones hasta mayo, para ver si alguno de estos eternos candidatos que hacen vida en la MUD se pueden soltar del consenso y sumarse al parapeto que han creado para tratar de legitimar algo que para muchos es claro; y es que la dictadura finalmente se ha afianzado con la finalidad de quedarse un largo rato, bajo el amparo del poder y la impunidad, bajo el manto sagrado del SEBIN y las FAN, para seguir desgobernando, matando y robando sin que en Venezuela pueda haber algún cambio.
Los venezolanos esperamos que los dirigentes no bajen brazos, que mantengan coherencia con lo que se han planteado.
Porque as garantías son inexistentes, porque las condiciones son ausentes, porque merecemos más que vivir adoctrinados y mendigados con una bolsa de comida, porque no merecemos pasar la vida como una Cuba más podrida, porque nuestros hijos merecen un mejor futuro que el presente y el pasado que vivimos, porque estamos cansados de ver a los criminales pasando sus días como reyes, y los reyes, esos que cada día se esfuerzan trabajando por obtener algo de pan, sean condenados por ser honestos en un país gobernado por vándalos.
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