«No somos terroristas»: Familiares de presos políticos y en protestas piden su liberación
En una vigilia desde la plaza de Los Palos Grandes, municipio Chacao, los familiares de presos políticos se solidarizaron con los más de dos mil detenidos por las protestas tras los resultados de las presidenciales. Denunciaron nuevas condiciones de aislamiento dentro de centros de detención como El Rodeo I y El Helicoide
Familiares y decenas de ciudadanos solicitaron este jueves 8 de agosto la liberación de los más de 300 presos políticos y 2.200 detenidos por las protestas en contra de los resultados de las presidenciales. Dejaron en claro que no son «terroristas» o «fascistas», como han acusado altos funcionarios de la administración Maduro.
En la plaza de Los Palos Grandes (municipio Chacao), al este de Caracas, se concentraron para una vigilia convocada por familiares de presos políticos desde hace unos días. Poco a poco, fueron dejando pancartas con nombres de cada uno de los presos políticos, peticiones para cerrar los «centros de tortura» y cesar el uso de las detenciones arbitrarias y las desapariciones forzadas en el país.
También depositaron algunos claveles blancos y se fueron formando con velas las palabras «libertad y paz», la petición más repetida por los asistentes. Marino Alvarado, coordinador de exigibilidad legal de Provea, aseguró que la represión en las últimas semanas ha sido superior a la de otros países de la región.
«Nunca habíamos tenido en tan pocos días esta cantidad de personas detenidas. Además a todas, absolutamente a todas se les está aplicando la ley contra el terrorismo, una barbaridad», sentenció Alvarado.
El activista también convocó, a nombre de Provea y el Foro Penal Venezolano, a un encuentro de familiares de personas detenidas en el contexto de protestas. La actividad se realizará en el Instituto de Previsión Social del Profesorado de la UCV, el próximo jueves 15 de agosto a las 9:00 am. «Vamos a dar orientación jurídica».
Andreina Baduel, hermana de Josnars Antonio Baduel, señaló nuevamente las condiciones de reclusión en la cárcel de máxima seguridad El Rodeo I, donde fueron trasladados un grupo de al menos 40 presos políticos el pasado mes de abril.
Ninguno de los presos en ese lugar comparte celda, que son de 2×2 metros con una litera, una colchoneta fina y una letrina. También se les prohíbe tener contacto entre ellos. La alimentación es restringida, no tienen agua de forma regular, tampoco cuentan con luz eléctrica o reciben luz directa del sol.
Además, Baduel denunció que desde hace tres semanas están aislados y no tienen acceso a las visitas.
Mientras que Mildred de Barillas, esposa del comisario Gilbert Barillas, dijo que «es horrible lo que ellos viven allá adentro». Pidió a los ciudadanos «que nos apoyen en esta lucha por la libertad de todos los presos políticos (…) Esta lucha no ha terminado, tenemos que apoyarnos unos con otros, a seguir luchando por la libertad de ellos y no seguir permitiendo tantas detenciones como hemos visto estos días».
Por su parte Diego Casanova, hermano de José Gregorio Pérez, afirmó que su hermano fue detenido el pasado 30 de julio cuando salió a comprar una harina y se encontró la protesta. «Pasaron 24 horas y no sabíamos nada. Lo buscamos en la morgue, en todos los centros de reclusión hasta que dimos con él y nos dijeron que lo habían detenido por guarimbero».
Contó que José Gregorio fue presentado tres días después de su arresto en un tribunal de los Valles del Tuy, pero el juez declinó «porque lo estaban acusando de terrorismo (…) no le permitieron en ningún momento la defensa privada». La audiencia, al igual que en otros casos, fue telemática y le dictaron privativa de libertad.
El joven rechazó esas acusaciones contra los detenidos en las protestas: «Nosotros no somos terroristas, terroristas son ellos que han asesinado a 20 jóvenes por protestar. Nosotros no somos fascistas, fascistas son ellos que quieren controlar nuestras vidas. Pero tenemos que mantenernos diciendo la verdad (…) El mundo tiene que enterarse que en Venezuela vivimos el terror, vivimos una dictadura que cada vez está más arrinconada».
Los familiares de los presos políticos y detenidos por las protestas encendieron las velas y se unieron en oración. Unos metros más allá, una decena de policías estacionaron en motos rojas y se dedicaron a observar la parte final del evento, que culminó con el himno nacional.