Nos mintieron, no fue el imperialismo, por Wilfredo Velásquez R.

El acoso comunista contra Venezuela se inició con dos acontecimientos aparentemente insignificantes, la creación del partido de la Revolución Venezolana (PRV), en México el año 1931, por los aristocráticos hermanos Machado y Salvador de la Plaza y la pasantía de Rómulo Betancourt en el Partido Comunista de Costa Rica (Vanguardia Popular).
Ese mismo año Gustavo machado viajó a Rusia tratando de conseguir un barco para invadir a Venezuela, primer gesto de entrega del país a la URSS. (hablando de invasiones… ahora que están de moda…)
Los hermanos Machado y sus copartidarios transformaron el PRV, en el Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Y Rómulo Betancourt que había fundado el ARDI en Barranquilla, después de agruparlo en el PDN, terminó creando Acción Democrática (AD), el 13/09/1941, de tendencia social demócrata, dejando de lado sus compromisos con los comunistas.
A partir de la fundación del PCV, los esfuerzos destructivos de los comunistas contra Venezuela quedaron bajo la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). (tercera internacional).
Mientras los partidos surgidos durante el gomecismo y posteriormente, realizaban esfuerzos por cimentar las bases democráticas del país, los comunistas, dirigían sus esfuerzos a destruir la precaria soberanía nacional para sumarnos a la égida Soviética.
Así se mantuvieron hasta derrocada la dictadura de Pérez Jiménez.
Iniciado el gobierno de Rómulo Betancourt, empezaron una guerra fratricida por dos décadas con el apoyo soviético-cubano.
En ese período, mataron, tomaron políticamente las universidades, haciendo uso de la autonomía que hoy tratan de destruir, entorpecieron con huelgas el sistema educativo, secuestraron, ajusticiaron, asaltaron y promovieron la invasión cubana a Venezuela.
Mientras el país hacía esfuerzos por construir la democracia y exploraba posibles vías de desarrollo; ellos se esforzaban en destruirlo, para brindarle a la URSS, una base militar que le permitiera equilibrar la guerra fría.
Así nos pusieron al borde de un desastre nuclear con la crisis de los misiles
Respecto a las intenciones soviéticas, los comunistas venezolanos no tienen excusas, en varias oportunidades pudieron dejar la venda virginal de los ideales, primero cuando Pompeyo Márquez (1956), estando en Rusia se enteró del informe Kruschev; sobre los crímenes de Stalin, segundo cuando Rusia traicionó a Cuba y a la subversión latinoamericana, al negociar con EEUU la crisis de los misiles, y la más emblemática cuando Teodoro Petkoff, alzó su voz para denunciar la invasión de Checoslovaquia.
No solo los comunistas han atacado internamente al país, justo, es señalar que la improvisación, el populismo y la corrupción adeco-copeyana, hicieron lo suyo; facilitando el acceso de los comunistas al poder.
Decía Juan Luna; en sus libros llenos de lugares comunes, que la guerrilla no tenía vocación de poder, que este solo se podría alcanzar cuando apareciera un líder que aglutinara a todos los sectores.
El líder apareció y con apoyo de los medios y de importantes sectores del capital nacional, alguna platica de la subversión colombiana y dinero del Oriente Medio asumió el poder.
Ya en el poder hizo lo que el comunismo hace muy bien, destruir.
Y como la URSS ya no existía, entregó nuestra soberanía a Cuba cumpliendo el viejo sueño de Fidel, que se había interrumpido con el fracaso de la invasión de Machurucuto.
Debido a la condición de país rentista, nuestro principal problema no era producir la riqueza sino crear mecanismos para repartirla.
La repartieron entre Cuba, Rusia, Irán, las islitas del Caribe y los hijos de los antiguos dirigentes guerrilleros y de sindicalistas de viejo cuños.
Al pueblo; solo las sobras, utilizadas como mecanismo de control social
Desinstitucionalizaron el país, concentraron todos los poderes en el presidente, acabaron con el aparato productivo, con la industria petrolera, con el sistema educativo, desmontaron el sistema de salud para facilitar la penetración cubana, devastaron los servicios, abandonaron la infraestructura…
Y como si esto no fuera suficiente se inventaron el arco minero y endeudaron el país.
El viejo sueño de los fundadores del Partido Comunista de Venezuela, se ha cumplido con creces, la destrucción ha sido total.
Ahora los viejos comunistas que rondan los ochenta, cosechan las mieses, personas que nunca trabajaron, que solo entorpecieron todo lo positivo que se quiso construir, ahora conforman el nuevo panteón de héroes, algunos revestidos con “órdenes» y réplicas de la espada del Libertador.
Los hijos y nietos de esa generación, usufructúan el poder y facturan la utopía que sus padres vendieron.
Los comunistas son expertos en responsabilizar a otros de los males causados por ellos, siempre nos han dicho que el enemigo de Venezuela es el imperialismo, cuando en realidad el verdadero y más letal enemigo de Venezuela ha sido el comunismo